Este relato que les contare a continuación es una vivencia real, algo que ocurrió inesperadamente, es una historia que mezcla varios sentimientos, que a la final me atreví a contar, a veces no es bueno guardar secretos, es mejor compartirlos y sentir que tu alma se te apacigua un poco.
Empezare por Contarles de mí, me llamo Lizeth, vivo en la ciudad de Bogotá, trabajo en una entidad bancaria, soy de tez blanca, mido 1.70, ojos cafés claros, cabello largo castaño claro, delgada, tengo actualmente 25 años, vivo con mi bebita ya que mis papas viven en otra ciudad.
Mi historia comienza hace año y medio cuando quede en embarazo, de quien ese entonces era mi novio, el no estuvo muy contento al saber la noticia que sería papa, al ver su reacción, lo mejor que pude hacer fue dejarles las cosas claras, si no se sentía a gusto con la llegada de este bebe, lo mejor sería que se apartara de mí y yo me encargaría de sola de la crianza.
A él le dio igual y lo vio como su oportunidad de alejarse de esa responsabilidad, como dicen por ahí “lo que no sirva, que no estorbe”, pensé que contaría con su apoyo, pero lo que vi en él fue un rechazo total.
En fin me concentre más en mí y en mi bebe, el tiempo pasaba y yo enfocada en mi trabajo y en el embarazo, ya mostraba los típicos síntomas, a las 16 semanas, fui a hacerme la ecografía para saber el sexo del bebe, estaba tan contenta al saber que sería una niña.
Mi felicidad a veces se opacaba por la tristeza de sentirme sola, el no estar con alguien para compartir esta etapa tan bonita de mi vida y de toda mujer, mis amigas del trabajo siempre me animaron estuvieron conmigo, pero no era lo mismo; al llegar a mi apartamento era una angustia, empecé a entrar a salas de chat para conversar con gente, y no sentirme tan sola por las noches, a veces pensaba si eso de entrar a chatear era buena idea, conocías gente, pero siempre eran los típicos tipos groseros, que no saben comportarse ni hablar con decencia, ya estaba tan aburrida de lo mismo, hasta pensé que esa sería la última ocasión que entraría a una sala de chat, cuando me llego un mensaje por privado de alguien llamado “chico-decente”, al principio pensé que era otro tipo que se ponía un Nick modesto para conversar, pero después te empiezan a hablar vulgaridades u obscenidades, pero estaba equivocada, se expresó de manera muy cordial, y me pareció interesante conversar con él.
Después de varios minutos conversando, le pregunte su nombre real, de donde era, ya que no daba muchos detalles de él, me conto que se llamaba Andrés Felipe, que vivía en Bogotá, lo cual me alegro saber, ya que había conocido a alguien que vivía en la misma ciudad y que además vivía cerca del Barrio donde yo vivo, (yo vivo en Mazuren, él vive por cedritos) , en fin seguíamos nuestra conversación, y me parecía muy agradable su forma de expresarse, le pregunte su edad, ya que le había comentado mi edad, él se demoraba en responder, eso me estaba creando cierta duda hacia él, y escribió, “ok te diré mi edad, pero promete no enojarte y no dejaras de hablarme?”, yo respondí, “no te preocupes, no creo que sea para tanto”, entonces me respondió, “tengo 14 años”, me sorprendí al saber su edad, y me daba vergüenza, el que estuviera chateando con un niño, pero como le había prometido, no me enojo el hecho de saber su verdadera edad, ni le deje de escribir, le respondí que no habría problema y que podríamos seguir chateando si él quería, el agradeció el que no le rechazara por su edad y seguimos conversando, al ver su sinceridad, le comente de mi situación, a él tampoco le importo el hecho de que estuviese embarazada, y era muy amable, me sorprendió eso de un chico de su edad.
La conversación seguía y seguía, duramos horas platicando, hasta que ya me empecé a bostezar por el sueño, le dije que me iría a dormir, en eso el me responde si le puedo dar mi WhatsApp, para no perder contacto conmigo y seguir platicando, dude un poco pero, qué más da, le di mi número y nos despedimos.
Al día siguiente ya estaba en mis labores de oficina cuando recibí un mensaje suyo, por WhatsApp, me saludaba, me deseaba un bonito día y me deseaba lo mejor durante mi embarazo, le agradecí, también le desee que tuviera un buen día en el colegio, y me respondió con un carita feliz.
Ya por la tarde llegada de almorzar me volvió a escribir, me comento que estaba en la hora de descanso, me preguntaba que como estaba, que si ya había almorzado, le comente que sí, que era muy amable por preguntar, y seguía preguntado, era un chico muy atento y muy educado, nuestras conversaciones me hacían sentir especial, como que alguien se preocupaba por mí.
En la noche volvimos a conversar, le pregunte como le había ido en clases, me comento que bien, que le gustaba el estudio, y me preguntaba sobre mi trabajo, le comente que había llegado algo cansada, pero no tanto para no poder seguir conversando, y así seguimos por unos cuantos minutos, le pregunte sobre amigos, o amigas, me comentaba que no era un chico muy sociable, lo cual me parecía extraño, siendo el tan educado, pero como son los chicos de hoy en día no me sorprendería que a un niño así de educado fuera tan solitario, me conto que por eso entraba a la sala de chat, para conversar con alguien, lo cual me parecía algo no muy sano, ya que esos chat solo conoces gente no muy agradable le comente, el sabia eso, pero me contesto que se alegró mucho de conocerme, a lo que le respondí que también me alegra haber conocido alguien tan amable como él.
Me envió una carita sonrojada, y le respondí con una carita sonriente, me volvió a escribir y me preguntaba si le podía enviar una foto mía para conocerme, ya que no suelo poner mi foto en mi perfil de WhatsApp, le pregunte por qué quería conocerme, a lo que me responde que le parezco una mujer muy agradable y así como soy de agradable así debo de ser de bonita, eso me hizo sonrojar, y le respondí, ok, te enviare una foto mía pero tú también debes enviarme una foto tuya para conocerte, y el acepto con agrado.
El me envió primero su foto, era un chico delgado, cabello negro, ojos negros, tez blanca, aun con rasgos de niño era algo guapito, era mi turno, y le envié mi foto, al instante me escribió que era una mujer muy bonita, a lo que le respondí con un “gracias”, que él también era un chico simpático, y me respondió con una carita sonriente, me vuelve a escribirme para decirme que me debo ver aún más bonita estando en embarazo, y le respondo que no creo, ya que me siento gorda, y él me responde, para nada, sé que debes verte muy bonita.
Le agradecí el cumplido, y seguimos platicando unos minutos, cuando me escribe, que le gustaría conocerme, le dije que eso no sería posible, que a mí me daba pena, y le pregunte el por qué quería conocerme, me contesta que al no tener amigos ni amigas, encontró en mí una amiga y que le gustaría que nos conociéramos. Le respondí que era algo mayor para ser su amiga, que debería tener amigos de su edad, y además yo estaba embarazada y eso no se vería bien.
A él no le importo e insistía en querer conocerme, me sentía culpable al haberle dado mi número, pero al mismo tiempo me sentía mal ya que no tenía amigos, así que le conteste que, ok podemos conocernos.
Me comento que el día viernes no tendría clase, por jornada de educadores, entonces acordamos nuestro encuentro el siguiente viernes en una panadería cerca de mi apartamento a las 2:30 p.m., para conocernos y comer algo, y el acepto con agrado.
Ese día salí a medio día del trabajo, me lleve puesto un pantalón, una blusita de embarazada y unos zapatos cómodos tipo sandalia, no sé por qué pero quiera verme bien para mi encuentro con este agradable jovencito, estando en la entrada de la panadería, pude ver que él se acercaba, lo reconocí enseguida por su foto, y no me equivoque al decir que era guapito, me alegraba saber que en verdad era él y no otra persona o que era alguna broma de mal gusto.
Nos saludamos, y entramos, empezamos a conversar, él estaba algo nervioso y a la vez feliz de conocerme, pero él no dejaba su nerviosismo, tal vez al haber tanta gente alrededor, se sintió más tímido, entonces le propuse que por que mejor no comprábamos algo y hacíamos de comer en mi apartamento así podríamos conversar más a gusto a lo cual el acepto.
Ya en mi apartamento, prepare un chocolate y nos sentamos a comer en la sala, donde empezamos a conversar, me conto sobre él, que era hijo único, efectivamente tenía 14 años y que vivía solo con la mama, que trabajaba casi todo el día, y solo la veía en la noche para comer, me contaba de sus pocas amistades o ninguna, lo cual me parecía triste, el preguntaba sobre mí, el embarazo, el sexo del bebe, le respondí que es una niña, en su forma de ser tan amable me respondió que sería una niña muy bonita como la mama, me sonroje, y le conteste, que amable eres, gracias.
Y así nuestra conversación siguió hasta las 5 de la tarde, (como pasa el tiempo tan rápido cuando la conversación es tan agradable), ya era hora que el volviera a su casa antes de que llegara su mama, no negare que me agrado conocer ese chico, y por lo visto a él también le agrado conocerme, ya nos estábamos despidiendo, cuando me dice que cuando podríamos volver a vernos, (yo también quería volver a verle), le comente que el domingo iría al centro comercial a comprar unas pijamas y ropita, que si no habría problemas con su mama, podría acompañarme, su expresión en el rostro lo dijo todo, que no me preocupara por su mama, y que era una alegría el que nos volviéramos a ver.
Espero que les haya gustado mi relato, estén atentos a la segunda parte.
espero sus comentarios.