ANAL A MI MAESTRA DE QUIMICA
• Este relato sucedió hace ya algunos años, yo cursaba el ultimo año de Universidad, después de haberla abandonado en mi juventud, regrese casi 15 años después a finalizarla, casi terminábamos ese semestre, era el mes de Mayo, ansiosos esperábamos al nuevo maestro para iniciar la materia de Química, de pronto se abrió la Puerta y entro la subdirectora, detrás de ella una chica, blusa blanca, jeans de mezclilla y zapatos de tacón alto, tez morena, pelo liso y hasta los hombros, la presentaron y creo que desde ahí surgió la química, y no hablo de la materia, sino de la atracción entre ambos, mis compañeros y yo, no perdíamos oportunidad de deleitarnos con su trasero mientras ella escribía en el pizarrón, tenia un cuerpo que se notaba le invertía tiempo en ejercicio, mis compañeros eran algo chavos comparados conmigo y la mayoría llegaba 30 min tarde a la clase, éramos solo 7, así que diariamente teníamos oportunidad de platicar 30 min, ella no iniciaba la clase, argumentando que después mis compañeros se iban a retrasar y ella tendría que repetir, así paso la materia y de nueva cuenta nos impartió otra materia ya en el ultimo semestre, mis compañeros especulaban que la maestra tenia favoritismo por mi e inclusive me pedían que hablara con ella para que le echará la mano a uno de mis compañeros, un día ella llego despampanante, lucia un conjunto de saco y minifalda de color azul oscuro y zapatos de tacón, los halagos no se hicieron esperar por parte de mis compañeros, que a donde iba tan guapa? Y ella solo comento que se festejaba el día de las madres en el colegio de sus hijas, cabe mencionar que cuando comenzó a darnos clases, todos pensábamos que se trataba de una chica recién egresada, ya que no aparentaba mas de 24 años, pero después nos corrigió y nos dijo que tenia mas edad, durante las clases a mi era a quien mas pasaba al pizarrón, una vez que termino la materia yo me sentía triste porque ya no la veía, días después la vi entrar a la oficina de control académico y asumí que era para entregar calificaciones, de inmediato con el pretexto de saber mi nota me fui y me tope con ella, ella me pregunto que hacia ahí y le dije que quería saber mi calificación, ella sonrió y me dijo: Que crees que saco el alumno preferido de la maestra? Yo me sonroje y le dije: Pues el no se, yo quiero saber que saque yo, así pasaron los días y un día la vi que llego triste, como que había llorado, me arrime y le pregunte si le pasaba algo, me dijo que no, y le dije: Tal vez no confié en mi, pero si un día necesita un hombro donde desahogarse, aquí esta el mío, me dijo que gracias y se alejo, días después recibí un mensaje suyo y de ahí en adelante sucedieron las cosas, para no hacerla muy larga, esta vez quiero relatar lo sucedido después de un viaje de trabajo que tuve, en ocasiones anteriores ya había tenido la oportunidad de descubrir que su punto débil estaba en su orificio anal lo cual descubrí por casualidad y a partir de ahí cada vez que tenia la oportunidad lo aprovechaba al máximo, durante una conversación telefónica en ese viaje platicamos sobre esa debilidad y le dije que me encantaría mucho que al regresar de mi viaje me diera la bienvenida con eso, durante mi viaje vi un juego de negligé transparente color rojo y una diminuta tanga, la cual me gusto y se la traje de regalo, esa noche me la modelo y eso me puso bien caliente, ya me la quería coger nada mas de verla, mi verga estaba súper parada, así que ya estando a solas, comenzaron las caricias, ella era toda una experta en el arte de mamar, me chupaba la verga, los huevos y me la puso que hasta me dolía de tan parada que la tenia, y pues yo no cantaba mal las rancheras, me puse a darle unas mamadas y especialmente lengüeteaba su culito, la puse a mil por hora, ambos hicimos nuestro mayor esfuerzo y así llegamos al momento de la penetración, ella se puso de perrito y yo me coloque detrás de ella, ella fue la que guio mi verga y la puso justo en la entrada de su culito, solo que yo no lo sabia, la luz era tenue así que no se apreciaba bien, yo estaba que parecía que llevaba un trozo de acero, de lo parada que tenia la verga, la cual con la saliva de ella y ella con la mía, no hubo mayor problema, cual cuchillo caliente en mantequilla rápidamente entro casi la mitad de mi verga, ella solo gimió, yo sentí que el acceso estaba muy apretado, pero en ese momento no imagine donde lo había colocado ella, me aferre a sus caderas y hundí lo que restaba de verga, ella volvió a gemir y me dijo: Despacito papacito, despacito, yo me incline sobre su espalda y le dije: Porque despacito? Y lo que me dijo a continuación me subió la temperatura a mil por hora, me dijo: Es que la tengo en el culo, papito, yo para confirmar intente llegar con mi mano hasta su pepita y efectivamente, estaba vacía, así que me quede en esa posición sin moverme, para dar oportunidad a que ese diminuto orificio se amoldara al invasor, pasados unos minutos ella fue quien comenzó a mover sus caderas y con eso me indicaba que podía iniciar el mete y saca, me levante de nuevo y sujetándola de sus caderas lo sacaba casi hasta la punta y lo clavaba hasta el fondo, solo se escuchaba el golpeteo de los huevos en sus nalgas , era delicioso, ambos lo estábamos disfrutando plenamente, así estuvimos unos minutos, ella solo gemía y me decía entre gemidos: llénamelo papito, llénamelo papito, por mas intentos que hice de aguantar, me fue imposible y un escalofrío se apodero de mi, mi cuerpo se comenzó a contraer y la inunde por completo el culo de leche, era la experiencia mas deliciosa de mi vida, era increíble que por ese diminuto orificio hubiera cabido algo de tamañas dimensiones, cabe mencionar que ya antes le había metido la verga en ese apretado culito. Así que después de darle por el culo nos metimos a bañar, ahí siguió el agasajo, me la empezó a mamar de nuevo y de nuevo a coger, yo le veía el ojito del culo y se la quería meter de nuevo, pero finalmente la puse en 4 y a darle por la pepita hasta que se la llene de leche, luego pude darle otra buena cogida y me vine en su boca y ella tragaba y tragaba mi leche, me decía que le encantaban los capuchinos.