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En una hora me hiceron decir que era una puta 2

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Hola nuevamente estimados lectores, nuevamente les escribo para terminar de contar la segunda parte de mi relato en unas vacaciones en Cancún.
No se si lo recuerdan pero por si no, lean la primera parte de este relato.

Casi para regresar de aquellas vacaciones en donde había sido infiel por primera vez, aquella mañana me desperte, me puse un pantalon pegado pero de esos flexibles, tanga como le gusta a mi esposo y unas zapatillas. Un día antes, había vivido una experiencia inolvidable a la fecha con el salvavidas y doctor de aquel hotel y ante la circunstancia de querer limpiar mi honor, sali de mi habitación y fui al consultorio. Toque y él abrio la puerta y me dijo: “Sabía que vendrías puta, adelante”.
Me meti al consultorio y sin más lo increpe; “No es lo que piensas y vengo a aclararte que lo de ayer no ha sido nada, reconozco que perdí el control pero soy una mujer casada y no quiero que pienses que soy una cualquiera”
Él en un tono tranquilo, me dijo: “Ok, pasa, entiendo lo que me dices y de verdad que no es mi intención ofenderte o lastimarte sino simplemente hacerte sentir bien; creeme que nunca haría algo en que no estuvieses totalmente de acuerdo y si aún es valido, te ofrezco una disculpa si es que hice algo en contra de tu voluntad…”
Sus palabras retumbaron en mi mente: “te ofrezco una disculpa si es que hice algo en contra de tu voluntad…” Era verdad, todo lo que había pasado fue con mi permiso, me invadio una tristeza, me puse melancolica y solo atine a sollozar; él un tanto caballeroso, se acerco, me puso una mano en el hombro y me dijo; “Tranquila, todo va a estar bien, mañana ya solo será un recuerdo. Lo lamento pero no pude contenerme de ver un cuerpo tan hermoso como el tuyo y tocarlo para sentir ese calor; te ves tan bella en traje de baño” y me empezo a abrazar. Bajo un poco sus manos y alcanzo mis nalgas y las toco suavemente diciendome: “Jamas olvidare estas carnes que me han hecho pasar un buen momento”.
Quize hacerme hacia atras y empujarlo, sin embargo no entendí porque no lo hice y ya no reclame; en ese momento, el se saco el pene que ya estaba erecto y bajo mi mano, para que yo lo tocara. Me resisti y no lo agarre con mi mano y él se pego a mi cuerpo diciendo, “Tranqula, tranquila”. Sentir los brazos de aquel hombre y sentir su miembro pegado a mi cuerpo, comenzaron a excitarme y ya no lo rechace; la segunda vez que bajo sus manos a mis pompas, se acerco a mi cuello y me beso. Sentí un escalofrio y un suspiro se me escapo; Él se dio cuenta y rápidamente volvio a coger mi mano para ponerla junto a su pene; esta vez ya no la subí; simplemente lo tome y no lo solte; él empezo a hacer movimientos de tal forma que simulaba una paja y siguio besandome el cuello. Yo me excitaba cada momento y por fin, moví mi mano y comence a mover su pene. No les había dicho pero su pene era más grande que el de mi marido; no se de medidas, pero lo agarraba con mis dos manos y aún sobraba espacio. me comenzo a sobar las pompas y yo me deje hacer correspondiendole acariciando su pene.
Entendi que ya no habia vuelta atras y lo bese; me quito la blusa, me bajo el pantalon y yo hice lo propio con él; ya no hubo palabras y comenzamos a besarnos apasionadamente; el empezo con caricias más atrevidas y cuando puso su mano en mi vagina; me corrí. Me acosto en un sillón y se subio encima de mi; no supe como y otra vez me estaba penetrando y yo lo estaba disfrutando.
Empece a jadear y a aventrame contra él quien se movia ritmicamente penetrandome hasta el fondo al tiempo que acaricaiba mis senos jalandolos de la punta.
Yo estaba excitadisima y cuando me pregunto; “¿Te gusta?” le dije “Siii, no te pares por favor…” Yo se lo estaba pidiendo!
Él comprendio mi estado, sabía que me tenia a punto y nuevamente comenzo a hablarme diferente: “Vamos putita, te voy dejar un bonito recuerdo, pero abreme bien las piernas” y yo obedecía diciendo; “Si, si, ah, ah, ah”
“¿Quieres mi verga?, ¿La deseas tanto como para que te coja? y yo solo decía “Si, si”.
Me empezo a decir: “Pidemela; vamos, pidemela puta; pideme que te coja”
En ese momento de extasis, yo comence a obedecer; entendí que él era mi macho, mi hombre y sentí ese deseo de corresponder haciendome un tanto sumisa y obediente: “Si, por favor, cogeme, dame tu verga”
Él me dijo: “Dime que quieres ser mi puta; pideme que te rompa el culo”

¿Culo?, sus palabras me transformaron y un orgasmo vino a mi; me moje y ahorá era yo quién lo cabalgaba en el sillón; ya no había necesidad de que me pidiera algo; yo me movía y le decía: “¿Te gusta tu puta amor?, ¿te gusta como te lo hago?”. El muy sinverguenza me dijo: “Las putas son obedientes, así es que te quiero en cuatro patas” y yo de inmediato obedeci. Se puso atras de mi y acerco su mano a mi vagina introduciendo dos dedos, los comenzo a mover en una forma que me puso frenetica. No se como describirlo pero yo me sentí en la golria; nuevamente mis liquidos me mojaron y escurria demasiado en el sillón. El llevo sus dedos cerca de mi boca; yo entendí y los comence a chuar en tanto el me metía su pene por detras. Nunca había probado mis propios jugos y esos me transtornaba. Con sus dedos mojados, comenzo a hacer circulos alrededor de mi ano y poco a poco introdujo la punta de uno de sus dedos. Yo estab excitadisima y m aventaba hacia atrás buscando que los introdujera más; pero él sabia hacer su trabajo y lo media poco a poco hasta que finalmente lo introdujo todo. Sentí muy rico pues a la vez me estaba cogiendo por la vagina.
De repente, saco su pene de la vagina y lo apunto en mi ano. El momento había llegado y yo me sentí muy excitada; comenzo a moverse poco a poco y cuando menos lo esperaba; de un solo golpe, lo introdujo en mi. Pegue un grito de dolor; pero el me agarro de los cabellos y me jalo como si fuera su llegua; me tapo la boca y siguio bombenadome. Poco a poco; el dolor fue pasando y se convirtia en placer. Ahora me empece a empujar buscando que todo su miembro me desgarrara.
Recuerdo sus palabras: “¿Quién te rompio el culo putita?”
“Tú”
“Quieres más verga?, pidemela”
“Si, si, por favor”
“¿De quién es esta puta?”
“Soy tuya,soy tu puta”
“Mas fuerte que no te oigo”
Yo ya no medía consecuencias y sin rzonar nada grite: “Soy, tu puta!! rompeme el culo cabrón”
Eseguida, empezo un saca y mete por el culo y de pronto se cambio a la vagina; Era la gloria aquel momento; coger por los dos lados; mmmmmm.
Yo era suya en ese momento y él lo sabía, me tenía a su merced y solo volví a decir: “Soy tu puta cariño, cogeme somo tu sabes hacerlo, rompeme el culo!!”
Eso debio excitarlo pues se encarrero demasiado y por primera vez mi culo recibio semen. Él fue parando poco a poco y de repente se salio de mi cuerpo; acerco su pene a mi boca y yo gustosa lo chupe hasta dejarlo limpio.
Termine sudada y mojada de mis partes; rápidamente me vesti; nos dimos un beso y el me dio unas nalgadas diciendome: “Que rico coges mamacita; me ha encantado romperte el culo. Vuelve cuando quieras”. Puso una tarjeta en mi bolso y yo salí de ese lugar. Regrese a mi habitaciòn y practicamente fuimos a registrar la salida; me costaba un poco de trabajo caminar y mi esposo lo noto. Me pregunto si estaba bien y le dije que si; que solo un poco de molestia, pero no le dije en donde. Él penso que era mi tobillo y no me dijo nada más.
Así, sin bañarme y con leche de otro hombre me subí al avión…

Esa aventura me había dejado excitadisima y esa noche hice el amor con mi esposo; esta vez fui un poco más atevida y al ver que le gustaba; acerque sus dedos a mi ano; él comprendio y rápidamente comenzo a meter un dedo. Ese mismo día él también me dio por el culo y aunque sentíbonito, mi mente recordo a aquel hombre que me estreno por ahí.

Cuando terminamos; mi esposo muy contento me dijo: “Amor, hoy has perdido tu otra virginidad”
Yo simplemente atine a decir: “Si amor, hoy la perdí…”


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