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Diana y Alfredo: Amigos de verdad (parte 10).

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Una vivencia de lo más extraña y de lo más excitante que he tenido

 

Mis amigos lectores….mis confidentes más secretos.

 

No sé si culpar a mi marido al haber abierto su boca y haberme confesado su fantasía sexual o culparme a mí, por haber tomado muy en serio sus palabras y haber cedido a un momento!

 

Después de todo lo que he pasado y que ustedes han tomado su tiempo para leer, en cada uno de mis relatos, donde incluso, describo como he intentado confesarle a mi esposo, que su fantasía, ya es una realidad, he repetido nuevamente mis encuentros con mi amigo, pero cada vez los encuentros se vuelven más morbosos.

 

Debo decir que en un inicio, no todo era sexo con mi amigo, y nuestros encuentros, aunque distanciados, alimentaban momentos de placer,  pero últimamente, nuestros encuentros íntimos, estaban siendo más recurrentes y sentimos que estábamos cayendo en un error, por lo que mi amigo y yo, tomamos la decisión de darnos un espacio.  Sin embargo, no era nada fácil, debido a que cada que nos veíamos Alfredo y yo, un hormigueo recorría nuestra piel, y nuestras miradas buscaban una invitación para sugerir un encuentro íntimo.

 

Todo ese tiempo, mi amigo y yo, tuvimos un trato por demás, de solo amigos.  En mi caso, trate de recuperar mi sexualidad con mi esposo aunque su cansancio y falta de respuesta en la intimidad, me hacía sentirme necesitada.  Alfredo me confeso  que le paso lo mismo, ya que su esposa, al trabajar en otro Estado, le generaba que a su regreso a la Ciudad, llegara cansada y sin más ánimos que los de estar con sus hijos y descansar.

 

Fue entonces que ese martes, estando en el trabajo, y Alfredo fuera de la oficina concretando más clientes, me llamó para pasarle un domicilio que estaba anotado en su escritorio, y al estar ahí, encontré una tarjeta de un centro nocturno ubicado en la colonia Lindavista y la tomé para verla y llevarla a mi escritorio.   Más tarde llegó Alfredo y después de cerrar pendientes laborales, regrese a mi escritorio y ahí encontré la tarjeta y se la lleve para que la guardara, pero sin decirle nada Alfredo me dijo: -Guárdala Dianita, es que un cliente que me comentó que ojala algún día lo visitara. Guárdala y si se ofrece, me pasas los datos-.

 

Así paso la semana y el viernes por la mañana, Alfredo me habló cerca de la una de la tarde, para indicarme mis tareas para ese día, y solo me informó que se había encontrado a un cliente, quien lo invitó a ver sus oficinas y después a comer. Debo reconocer que las actividades de Alfredo fuera de la oficina, estaban ayudando mucho, porque nos generaba un distanciamiento, que nos sabían a gloria por el hecho de que las tentaciones se alejaban de ambos.

 

Estaban ya dando las 2 de la tarde de ese viernes, y estaba por salir por mis hijos a la escuela, cuando mi esposo me llamó, para decirme que acababa de hablar a la escuela y que una de sus hermanas pasaría a recogerlos. Le pregunte el motivo y solo me indicó que quería que ese día nos fuéramos a tomar una copa y disfrutar la noche con algo de música que nos permitiera platicar. Me comento que quería que disfrutáramos la velada y que le gustaría verme mucho muy guapa –yo ya sé que cuando me dice eso, quiere que me vista muy provocativa-.

 

Cuando le pregunte a qué hora pasaría por mí, me sorprendió su respuesta:

 

– Mi amor, quiero pasar a las 9 a tu oficina, porque ya sé que todos los viernes sales muy tarde. Ahí paso a recogerte, Dile a tu amigo si no tiene problemas en que dejes ahí la camioneta en su negocio y después pasas por ella-.

 

 

Para ese momento, mi esposo no sabía que Alfredo no había ido ese día al negocio, y jugando pero previniendo cualquier otra oportunidad, le comenté:

 

-Ok mi amor, espero no se moleste Alfredo ya que como sabes, todos los viernes, hacemos corte y aunque ahorita hay mucho trabajo, me acercaré con el para pedirle ese enorme favor……aunque es casi seguro mi amor, que este favor, me llevara a quedarme otro día más tarde ehhh…..seguro me lo va a cobrar, ……. le pediré a Alfredo me deje salir a las 9 cuando tu llegues, pero……..en lo que voy a casa a arreglarme…..a lo mejor perdemos tiempo no crees? -.

 

Y nuevamente mi esposo me sorprendió con su comentario:

 

-Mi amor, te propongo lo siguiente. Aprovecha ahorita en el horario de recoger a los niños, pero no le digas nada a tu amigo que otras personas recogerán a nuestros hijos, y aprovecha ese tiempo para pasar a la casa a arreglarte, tan bella como a mí me gusta verte….siempre muy bella…..siempre muy atractiva. Pero sabes?………..lo único que no me gustará es que tu amigo te vea llegar bastante atractiva, y no pare de comerte con los ojos……..eso me tendrá muy inquieto mi amor……..tu sabes porque ……. -.

 

Al decir esto mi esposo, y sin saber la ausencia de Alfredo en la oficina, mi mente en ese momento respondió muy atinadamente.

 

-Ok mi amor, …. Tu solo disfruta imaginarme…….echa a volar tu imaginación y disfrutame en tu mente…….yo sabre arreglarme para gustarte….solo a ti mi amor!!!!……si te comen los celos, solo piensa que solo tu me gozas como tu deseas. Lo demás, déjamelo a mi….. nos vemos a las 9 aquí. Besos!-

 

Desde ese momento, mi mente brillo y en efecto, tome el teléfono y llamé a Alfredo, para decirle que ya estaba toda la producción concluida y que si tenía inconveniente en permitirme dejar la camioneta en su garaje, después de explicarle que mi esposo pasaría por mí al trabajo para llevarme a cenar. Lógicamente no tuvo inconveniente y solo me pidió que asegurara cerrar todo bien, ya que el seguía con el cliente y que su esposa ese día le habló para decirle que llegaría hasta el sábado en la tarde, por problemas en la carretera y que por ello, su cliente lo había invitado a tomar unas copas en su bar.

 

Ya todo estaba listo y sin problema, así que se cerraron las actividades y me fui a casa a arreglarme a las 6 pm. Ese día quería volverme loca y volver loco a mi marido, y como ya sé que le gusta exhibir la belleza de mujer que soy y más le gusta que me muestre coqueta, pues me dedique a un arreglo especial para ese día.

 

Después de ducharme, y asegurar tener mi conchita totalmente depilada, me perfume el cuerpo con ese channel número 5, y buscar como impresionar a mi marido. La temperatura en esas fechas, eran más que cálidas, por lo que me maquille con profesionalismo, y me coloque una tanguita sumamente pequeña, que incluso parecía no traía nada. Yo se que las minifaldas le encantan a mi marido – creo que a todos los hombres- y me coloque una minifalda blanca, que parecía pintada a mis caderas y la hacían lucir poderosamente en cada curva y línea de mi cuerpo. Arriba no me puse sostén y me coloque una blusa color roja semi transparente, con un escote pronunciado que develaba la unión de mis senos pero a la vez, la falta de sostén. Me puse unas zapatillas muy altas y blancas que hacían juego con mi minifalda y lo complementé con…..una pulserita en mi tobillo.

 

Estaba coquetísima y muy muy atrevida!!! No debo negar que me guste yo misma al verme así. Al mirarme al espejo, pase mi lengua por mis labios, ya que en verdad, me mire como toda una mujer que era una tentación y una  invitación a ser cogida por cualquiera!!.

 

Estaban dando ya las 8:40 de la noche cuando le hable a mi esposo para ver donde andaba con el pretexto de que lo estaba esperando en la oficina. Me indicó que estaba en camino y que llegaría muy puntual por mí, y que estaba muy nervioso porque no le gustaba mucho saber que yo estaba vestida muy atrevida y sola con mi amigo en la oficina. Lo tranquilice y le hice saber que Alfredo estaba encerrado en su oficina, y sin dudarlo más, salí rumbo a la oficina de nuevo y como traigo el control remoto, abrí el garaje y metí mi camioneta, para esperar adentro a mi esposo. Justo estaban dando las 9 cuando mi esposo me llamo al celular para decirme que ya estaba afuera.  No tarde mucho y rápidamente salí y ahí los ojos de mi esposo quedaron asombrados al verme y en cuanto me subí a su auto, me plantó enorme beso y me repitió mil veces que estaba hermosísima.

 

Cabe mencionar que la verdad no soy muy buena para tomar, lo que si es que el alcohol me pone muy caliente, y por eso creo que soy una excelente inversión con cualquiera que me invite unas copas, ya que con poca bebida, mi marido puede tener una excelente puta sin necesidad de gastar mucho. Por el contrario mi esposo es muy bueno para tomar, pero también le genera ir mucho al baño.

 

-Te ves bellísima mi amor!…..me encanta verte así de hermosa!- comentó mi esposo.

 

-Gracias mi amor, ya te esperaba con ansías, y temía que Alfredo no me dejara salir porque me estaba llamando a cada momento a su privado para pasarle unos informes y llegue a pensar que me pediría algún trabajo especial- Le comete a mi esposo con premeditada mentira, para encenderle los celos y hacerle pensar que mi amigo estuvo admirándome a cada momento.  Creo que logré lo esperado porque de inmediato noté un cambio de gesto en el rostro de mi esposo, y se puso más serio. Para romper el hielo, abrí mi bolso y extraje la tarjeta del bar que había tomado del escritorio de Alfredo y se lo entregue a mi esposo:

 

-Mi amor, mi amiguita, me dijo que me recomendaba este lugar, para disfrutar una buena velada…..me llevas ahí?? –

 

-Claro mi amor- y volvió a quedar en silencio.

 

Como mi marido disfruta mucho en exhibirme y a mí me encanta hacerlo, pues aprovecho estas ocasiones para vestirme sexy y captar miradas; para ser sincera me sentía bien buena y me sentía muy segura de mostrarme ese día ya que iba con mi esposo y mi objetivo era putearle muy fuerte a él……..quería putearle para que algún día, si mi esposo se llega a enterar de mi infidelidad, no pueda decirme que fui más puta con otro que con él.

 

Así, entre miradas ocasionales de mi esposo a mis piernas que se lucían con esa minifalda blanca, y su silencio lleno de celos hacia mi amigo, llegamos al lugar que le propuse, justo a las 9:40 pm y en cuanto bajamos, de inmediato el mesero nos pasó en medio de una luz muy tenue,  al interior del Bar y cubierto con algunas lamparitas en las mesitas.  Desde que nos sentamos, notaba que seguía la seriedad de mi esposo y yo no le quitaba la mirada, últimamente, me he sentido demasiado puta con todo lo que he hecho, y por mi mente pasaban algunas preguntas, sobre si habrá descubierto algo en algún momento o si seguía viva la fantasía de verme coger con otro hombre.

 

Comenzamos con unas copas y mi esposo sabe que me gusta el Brandy, y me pidió una botella, la cual comenzamos a beberla. Poco a poco y gracias a la bebida, la actitud de mi esposo comenzó a tomar calor y la plática comenzó a ser amena y hasta muy abierta, y empecé a pasármela muy bien con mi esposo, ya que me gusta mucho su platica, y tal vez entre sonrisa y sonrisa, comenzamos a tomar más, porque en un momento, vi que el mesero me sirvió las ultimas gotas de la botella y mi esposo pidió otra botella más. Me la estaba pasando ya muy bien y ya medio tomada estaba entrando en ambiente. Estaban dando ya la media noche y me sentía muy caliente de la sangre por las bebidas que llevaba ya tomadas.

 

A mi marido le encanta que use ropa interior sexy, por lo que siempre uso tangas por lo mismo. Hay ocasiones que incluso le gusta que se me noten los tirantes de mi tanga por encima de mi pantalón o falda, o incluso me motiva a usar tangas con jean a la cadera, asegurando con ello, que la tanga se luzca en mis caderas.

 

Así que casualmente a medida que avanzaba la noche y de repente me daba algún beso, me tocaba el culo y sacaba mis tirantes de la tanga por encima de la minifalda, para que estuvieran a la vista, yo me dejaba hacer y me encantaba porque esos momentos, son justos los que me encienden y más cuando estoy con mi esposo porque me siento muy segura.

 

Tampoco puedo decir que soy tonta, porque me doy cuenta cuando estoy siendo blanco de miradas y ese día no fue la excepción, porque justo en la mesa de enfrente,  había mucha actividad, ya que habían llegado tres hombres, bastante ruidosos.

 

Como les decía, casi no había luz y de hecho vi llegar a ese grupo de hombres pero no les preste mucho la atención porque llegaron de un lado de nosotros y mi esposo justo estaba en el baño cuando llegaron y yo revisaba mis mensajes. Pero a la 1 de la madrugada, elevaron un poco la luz y ya las personas se veían más claramente. En ese momento los dos hombres de enfrente clavaron sus miradas en mí y más que decentes, se veían sumamente indecentes y llegó a incomodarme como me veían constantemente. Desde donde yo estaba, la mesa de los vecinos me quedaba de frente, mi marido les daba la espalda, así que ellos aprovechaban la oportunidad de dedicarme constantes miradas, pero justo en un momento, la sangre se me heló de una manera muy intensa!!!. Esa sonrisa tan conocida, me enchino la piel. Y en un momento, el tercer hombre, el que estaba dándome la espalda, volteo y ……..era el!!!….era Alfredo!!!!. Nos vimos y nos comimos en nervios y no supimos que hacer!!!. El se puso serio y regreso su mirada a la mesa y yo hice lo mismo.

 

No escuche que le haya dicho a sus amigos y yo tome mi copa para casi vaciarla hasta el fondo, tratando de no decirle nada a mi esposo. Quise que mi esposo se fuera al baño y tratar de hablar con Alfredo pero no se podía.

 

En un momento dado tuve que ir al baño, y mi esposo me dijo que me acompañaba, ya que el lugar estaba lleno y el llegar al sanitario, y regresar era toda una odisea, sobre todo para ir al sanitario de las mujeres, el cual tradicionalmente se llena aún más. Como pude llegué, y me metí, dejando a mi esposo afuera. Y al salir el pasillo,  estaba lleno y mi esposo  me tomó de la mano entre la multitud y el juego de luces que no permitía distinguir mucho a la gente. En un momento mi esposo me soltó de la mano pero no le tome la importancia,  y fue cuando me topé de frente con Alfredo, quien me miró y me sonrió, yo lo ignoré llena de nervios pensando en que mi esposo lo descubriría y me armaría un problema. Sin embargo, trate de pasar, como si no lo hubiera visto, pero el no se movía y yo lo tenía de frente, a pesar de que el pasillo estaba lleno. Alfredo pudo pegarse a la pared para cederme el paso y con un esfuerzo de su parte, fácilmente podíamos haber transitado él y yo sin problemas, pero no lo hizo, así que tuve que pegarme de espaldas a la pared y de frente a él, lo más que pude y tratar de pasar.

 

Así lo hice, pero el tamaño de mis senos me jugaron una mala pasada, así prácticamente le embarré mis tetas contra su pecho, quedando nuestras caras muy cerca. El sintió a la perfección la textura de mis senos y solo se limitó a sonreír, y a mí esto me causó mucho coraje, porque me estaba poniendo en una situación muy complicada, y al final no puede salir de la situación como lo hubiera querido.

 

Sin embargo al pasar algo me llamo la atención. Porque no pasó nada más? Porque mi esposo no replico nunca nada?? Porque Alfredo se mostró muy seguro de todo?  Con el rostro agachado seguí mi camino hacia la mesa y al poco rato claramente vi a Alfredo, riéndose con sus amigos, supuse con certeza que estaba presumiendo lo que acababa de suceder, lo cual me hizo hacer un coraje mayor, porque nunca pensé que el pudiera hacerme esto, y pasó un poco más de tiempo y volví a mi asunto cuando vi que mi esposo estaba tomando asiento. Me quede extrañada y  dejé de lado el tema y me volví a concentrar en pasármela bien, para solo preguntarle donde había estado. – Mi amor, justo estábamos pasando por el baño de hombres cuando tuve la necesidad de pasar y te solté la mano para meterme y aunque te trate de decir, no me escuchaste y me meti de inmediato-

 

En ese momento, tuve que levantarme para contestar una llamada que estaba esperando de mis hijos, así que le avise a mi esposo y me dirigí al baño, ya que ahí se podía escuchar mejor. De regreso, otra vez la misma historia, Alfredo enfrente de mi y la misma situación, lo miré con enojo porque sentía que estaba poniéndome en una situación muy incómoda al estar ahí mi esposo, pero por lo mismo, cambié de estrategia y traté de darle la espalda como si no lo hubiera visto y pasar de frente a la pared, pero fue peor ya que al pasar, le di la espalda a mi amigo y entre la gente, la oscuridad, y la música, me ha metido una manoseada descarada mi amigo, ya que sentí claramente sus mano sobre mis nalgas por debajo de la minifalda e incluso alcanzó a rozarme con su verga; su triunfo era completo, primero con mis tetas y luego con mi culo.

 

Estaba roja del coraje con Alfredo, y a mi regreso a la mesa, y mi marido me preguntó si todo estaba bien y yo contesté que no había problema, que solo es que había mucha gente y no podía escuchar bien.

 

El problema fue que mi marido una vez que va al baño por primera vez, tiene que ir constantemente; sucedió su primera visita y con ella vinieron varias.

 

Mi marido se levantó al baño y en cuanto me quedé sola en la mesa, las miradas de los tipos que acompañaban a Alfredo, continuaron más intensas, y de repente mi amigo se levanta y se acerca a mí

 

–          Hola Dianita

–          Que tal-le dije muy enojada.

–          Quiero decirte que mis amigos no saben que nos conocemos, y me sorprendió mucho encontrarte aquí!!…Me he acercado para decirte que estas bellísimas y por mucho, la mejor mujer de todo este lugar

–          Es todo Alfredo?? Te puedes retirar?? mi marido no tarda en llegar.

 

Alfredo solo sonríe y regresa a su mesa, yo me quedo verde del coraje esperando a mi marido. De pronto mi marido aparece y seguimos platicando, pero como el Brandy se acabo (la segunda botella),  se me ocurrió pedir, una margarita. Las margaritas me encantan por su sabor y porque tradicionalmente son muy ligeras y frescas y para esa hora, el calor ya estaba muy fuerte al interior. Al retirarse el mesero, veo  de reojo que la gente de la mesa de enseguida le llama al mesero, el cual compartíamos ambas mesas y Alfredo le dio algunas instrucciones.

 

Seguimos tomando y mi marido me besaba esporádicamente, me encantan sus besos, realmente me la estaba pasando bien, me relajaba y sentía el efecto de las margaritas en mi cuerpo, poco a poco me estaba desinhibiendo y porque no decirlo, sentía un morbo de tener enfrente a mi amante, y mi esposo agasajándome como me gusta, ya que esa noche quería dedicársela a mi esposo. El morbo corría por mi sangre ya que en mi enojo con Alfredo, trataba de darle celos con mi propio esposo, y me dejaba besar, tocar por mi esposo como el quisiera.

 

Nuevamente mi marido, en un momento se levanta al baño y otra vez la misma historia:

 

–          Hola otra vez Dianita

–          Hola

–          Te he dicho en los últimos minutos que estas buenísima?

–          Si gracias

–          Porque tan enojada conmigo? Que te hice?..

–         Tu lo sabes mejor que nadie no?

–          Sabes Dianita……no aguanto más……este distanciamiento que nos hemso dado, me tiene muy inquieto…….quiero verte fuera de la oficina….me entiendes?

–          Soy casada Alfredo, y lo sabes!

–          No te pregunté tu estado civil!!!……..te estoy comentando que un dia de estos, puedes acompañarme a una reunión con algunos clientes!….una reunión de trabajo no crees?

–          Alfredo…….ya se el final de esa reunión con clientes tuyos ……ya te dijo que por favor te retires porque esta por llegar mi esposo y por eso estoy enojada…..me estas poniendo en una situación muy compometedora ehhh!!!……además solo salgo con mi marido y con mi Jefe pero en horas de trabajo

–          Entonces tendré que buscar la manera de estar contigo a espaldas de tu marido? O pedirle a tu Jefe que me lleve a una reunión para estar contigo?

 

En eso noto que le hacen una seña a Alfredo y se para y otra vez la misma dinámica. Mi esposo llega, me tomo mi margarita de un trago y mi esposo me pide otra Margarita, algunos besos y yo me empezaba a calentar cada momento más, nuevamente mi esposo debe levantarse al baño y Alfredo se vuelve a parar de su silla para venir conmigo.

 

–          Deberías de estar más contenta, salir y bailar, así todos podríamos ver mejor tus encantos no Dianita

–          Si como no, por favor ya déjame en paz, no quiero problemas con mi esposo

–          Sólo quiero decirte Dianita, que tu y yo sabemos que te encanta la verga y que la mía, además de volverte loca, está estallando nada más de verte

 

Me quede helada, ya que su lenguaje me sorprendía porque nunca lo había escuchado hablarme así, y solo alcance a decir:

 

–          Que te pasa Alfredo??, no te me vuelvas a acercar o dirigirme la palabra por hoy!! Has tenido suerte de tener una mujer como yo pero eso no te da derecho a hablarme así ehhh!!!, que te pasa??….estas muy borracho o te estás dando valor enfrente de tus amigos???

 

–          Tal vez

 

Y se marchó, sin inmutarse y tan tranquilo. Mi marido regresa y seguimos platicando. Yo ya no se cómo sentirme, porque realmente me estaba poniendo muy enojada pero mi piel me descubría que estaba poniéndome muy cachonda, no sé si por el alcohol o por las caricias de mi marido pero caliente ya estaba.

 

Eran ya las 3 de la madrugada, y yo con seis margaritas dentro de mí, y mi esposo lleno de vino por lo que a la siguiente vuelta al baño de mi marido, otra vez lo mismo, y sinceramente yo pensaba que después de mis palabras me había deshecho de Alfredo, pero parecía no tener límite y una decisión a toda prueba.

 

– Oye Dianita, discúlpame pero te puedo preguntar algo?

– Mmmh

– Sabes porque no fui a trabajar hoy?…..es que fui al doctor porque me sentía muy mal y me dijo que me estaba haciendo falta tomar más leche? Crees que puedas ayudarme?? Es una noble causa, puedo morir por ello ehhh……me compartes de la tuya?

 

La verdad es que no sé si sean las copas pero el comentario me causó gracia, me encantan los piropos, traté de mostrarme molesta pero no pude evitar esbozar una sonrisa y darle un sentido formal al tema al hablarle de usted a mi amigo:

 

–          No gracias, tendrá que buscar otra candidata Señor!

–          No me diga eso señora, usted puede salvarme de esta situación……se lo pierde ehh….tal vez mas tarde piense distinto

–          No creo

 

Y nuevamente noto que le hacen señas y se para para dirigirse a su silla y al poco tiempo mi esposo regresa y ahora tenía que ser yo la que tenía que ir al baño, pero para estos momentos, ya no había preocupación por acompañarme, y me iba sola al sanitario, por lo que traté de aguantarme pero era imposible, y me levanté, pero de inmediato Alfredo se levanta de su asiento y aprovechando la oscuridad, el juego de luces y la cantidad de gente, y me topo con el nuevamente, situación que en todo momento mi esposo jamás se dio cuenta, porque estaba siempre de espaldas a ellos y yo hice todo por atraer su atención y evitar que volteara; entonces, en el pasillo de los sanitarios, me encontré a Alfredo quien se paro enfrente mio por lo que tuve que tomar una decisión al pasar……. y ahora? Por adelante o por atrás?? Que espectáculo le voy a dar??

 

Instintivamente le di la espalda, no se si la calentura, la simpatía de su ultimo piropo o porque realmente creía que el menor daño se daba dando la espalda. Nuevamente, en medio de la oscuridad, paso dándole la espalda y siento como sus manos me toman de las caderas, para hacerme pasar muy lentamente, y me restriega su paquete en toda su plenitud, el cual ya sentía un poco duro, sólo que esta vez el sentimiento no fue de enojo porque muy a mi pesar me gustó, y la verdad es que no sé si en algún punto paré un poco mis nalgas.

 

Regresé y le pedí a mi marido que nos fuéramos, la situación no me gustaba porque por primera vez me di cuenta que comencé a ceder a ese juego y corría el riesgo de que esa velada se echara a perder al dejarme llevar por un juego enfrente de mi marido, y la verdad yo ya estaba lista para coger, así que no tenia  caso seguir ahí? Porqué no mejor ir a casa y coger como merecíamos mi marido y yo y no caer en un juego tonto?

 

–          Por favor vámonos, estoy caliente y quiero verga mi amor-mi lenguaje también se torno vulgar.

–          Espérame tantito amor, ya te pedi otra bebida y para mi otra……nos las tomamos y pido la cuenta, mientras voy al baño

–          Otra vez?? No puedes ir en la casa

–          Ya sabes como me pongo cuando tomo

 

Nuevamente mi “amigo” regresa a escena

–          Al parecer tu marido quiere que te siga buscando

–          Eso parece Alfredo!!!….Le he pedido que nos vayamos y tuvo que dejarme otra vez sola.

–          Me encantas toda tu Dianita…..sabes que me encantan tus nalgas, y no he dejado un solo instante de admirarlas y mis amigos están locos por verte…..los traes locos sabes???…..quisiera que me enseñaras tus nalgas sin mirar a quien más vas a darle ese espectáculo!!!…..Quiero que me des ese gusto si??? no me las quieres enseñar??

–          Y para que quieres que te las enseñe, si ya las conoces a la perfección y hace un momento te diste la agasajada de tu vida, al rozarme todita??

 

No sé porque dije esto, y Alfredo suelta una carcajada en lo que me dice:

 

–          Mira vamos haciendo algo, vamos a aprovechar la oscuridad y el juego de luces, y quiero que te desabroches un botón de la blusa, y créeme que dejo de molestarte y no regreso, solo por el gusto de verte mejor y que me excites al excitar a los que te están viendo si??

 

Nuevamente la señal y mi amigo se retira para que al medio minuto, mi marido regrese y yo me quedo pensativa, si me desabrocho el botón será bueno o malo? Le quiero dar un panorama mejor de mis tetas? Cumplirá su palabra o solo está jugando conmigo? Quiero que me deje en paz??

 

Al final decido, realmente sigo caliente y enfrente de mi esposo, simulo mucho calor y me suelto un botón, la blusa además de semi transparente, era traicionera y ese botón hacia toda la diferencia, con esto daba un panorama excelente de mis senos, y entonces vi la mirada de mi esposo totalmente excitado, así como las miradas de Alfredo y de sus amigos…..sentí un escalofrío y ese momento me gustó.

 

Nuevamente una luz de cordura me invadió y me di cuenta que estaba cayendo en un juego peligroso, y le pedí nuevamente a mi marido que nos fuéramos, quería intentar que no me gustara lo que estaba pasando y lo que estaba sintiendo mi cuerpo, porque algo raro estaba pasando. Mi marido pidió la cuenta, pero al llegar el mesero y al querer pagar, el mesero nos dice que no estaba funcionando la terminal bancaria y no pasaban las tarjetas de crédito. Mi esposo se molesta pero no hay nada que puedan hacer por él, por lo que la situación era por demás desagradable, y ahora que hacemos?? Me comento si no traía conmigo efectivo pero aun asi no alcanzaba la cantidad.

 

El mesero nos dice que puede uno de nosotros ir a un cajero, sacar dinero y pagar, no hay otra opción y mi marido nunca me dejaría ir sola a una cajero en la madrugada a sacar efectivo, por lo que con mucho coraje me pide que espere y mientras pida una bebida más, ya que no sabe donde encontrar un cajero seguro a esas horas, y prefiere que vea el espectáculo del lugar en lo que el llega.

 

La situación me preocupa, ya que si con mi marido enfrente, Alfredo mostró que no tiene límites, que va pasar ahora que mi marido tenga que salir por un tiempo ilimitado? Mi marido me da un beso y voltea y llama al mesero a quien le dice que no deje de servirme mas margaritas en lo que el llega y sin decir más, se retira, y yo me quedó con una sensación combinada entre caliente y asustada, creo que lo segundo más que lo primero.

 

En cuanto me quedo sola, Alfredo regresa y se sienta en la mesa

 

–          Quien te invitó a sentarte? No me dijiste que no ibas a regresar? Yo cumplí, tu no

–          Tienes razón, pero lo he hecho por una cuestión de principios

–          Principios??

–          Claro, una mujer como tu no puede estar sola, hay aquí muchas cabrones que pueden querer abusar de ti, así que estoy aquí para defender los intereses de tu marido, no por gusto sino por una obligación de caballero

 

No pude evitar volver a sonreír

 

–          Ah si, y de ti quien me cuida?? Si eres el peor de todos

–          Es un riesgo que debes de correr, o no Dianita?

–          Eso si pero por favor vete, no es correcto que este aquí. Déjame por ahora si?…..finalmente estas frente a mi mesa y yo se defenderme sola!!

–          Me voy pero ahora si con una última condición y ya no regreso

–          Y cual es?

–          Que vayas al baño y te quietes la tanga

–          Estás loco

–          Tu dices

 

Se levanta y me quedó sola, caliente y con ganas de que llegara mi marido. Me segui tomando mi Margarita y de reojo veía a Alfredo como seguía sonriendo con sus amigos. No sé porque pero me levanté al baño, en el baño pensé en quitarme la tanga, fui fuerte y no lo hice, pero a la salida nuevamente mi amigo estaba donde antes, pero ahora no hubo corajes ni dudas de parte mía, y en cuanto lo ví, le di la espalda y pasé dándole la espalda, solo que ahora justo cuando estaba en la posición ideal para que su verga rozara con mi culo, me detuvo con sus manos en mi cintura y me pregunto la hora, y así duramos algunos segundos, en lo que yo, trataba de ver la hora en mi reloj, dejando pasar segundos en esa posición, en tanto  yo sacando las nalgas y él arrimándome su verga.

 

– Disculpe pero no alcanzo a ver la hora…….ahhh si….son las 4:15……

 

–          Gracias Dianita……ahora…..regresa al baño y quítate la tanga……

 

Dudé un poco, y así repegados, voltee mi rostro a verle el suyo, como recriminándole su orden, y me zafe de el, para meterme de nueva cuenta al baño y sin saber como ni porque, me quité la tanga, y al mirarme al espejo, también noté, como mis tetas se veían hermosas, grandes y mis pezones evidenciaban mi calentura, por lo que totalmente desnuda por adentro, salí y ya no lo ví en el pasillo por lo que regresé a mi mesa y me decepcioné un poco al no ver a mi amigo en mi mesa como esperaba, sino en la mesa de sus amigos y me desconcerté, pues qué no se había sentado conmigo?? Por qué regresaba con sus amigos, y ahora que hacía??

 

Regrese a mi mesa, y ya tenía otra margarita lista, y para mi sorpresa, mi amigo ahora no me hacían caso, justo ahora que estaba hecha una puta sin ropa interior y habia hecho lo que me pedía y ahora cuando tenía avances conmigo, me dejaba así!, Sería capaz de dejar a su presa justo cuando ahora tenía una posibilidad de cazarla??

 

Pasaron unos diez minutos y yo estaba enojada pero ví que Alfredo se paro de la mesa y regresó a la mía, y en ese momento, el corazón se me vino encima

 

–          Ahora será al revés Dianita…… si quieres que regrese a tu mesa tendrás que levantarte y comenzar a bailar para nosotros…..no tengas temor…..los señores que están conmigo no saben nada de ti y solo piensan que te estoy conquistando,………si no te paras y bailas… no regreso

 

Seguí desconcertada, pero yo no pensaba mucho…… había pedido una última margarita para esperar a mi marido y me sentí mareada y cachonda. La Margarita se acabo y pedi otra más. La música estaba estridente y muy cachonda por lo que deje pasar unos minutos y finalmente me levanté y empecé a mover el culo, me agachaba y ofrecía una excelente visión de mis tetas y de mi culo a quienes podrían verme.

 

Mi amigo se levanta de su silla y acercándose a mí, solo me dice: -Ven Dianita-. Me toma de la mano y me lleva a una oficina justo en el segundo piso del bar, al subir las escaleras me hace pasar primero y sé que al subir tiene una excelente visión de mis nalgas, no me importa y yo las muevo lo más que puedo. Estoy que ardo.

 

Llegamos a la oficina y me pide que me desnude y en esos momentos, ya no pienso y así lo hago…. no vuelvo a decir palabra.

 

Alfredo se saca su verga, y yo estoy fuera de mí.  Yo ya conozco esa verga y me sentía muy excitada, y más por la situación que se creó esa noche.

 

Sin recibir invitación, me acerco a Alfredo y comienzo a mamársela con fuerza y él solo gime y me dice:

 

–          No que por hoy, no tendría oportunidad contigo Dianita?. Pues aquí te tengo hecha una puta y lista para que te coja; quieres verga??

–          Si

–          Si que?

–          Si quiero verga, cógeme por favor Alfredo¡¡

 

Al poco tiempo, Alfredo se sienta en un sillón, y lo que desea, es que yo haga todo el trabajo, no sé si sea por su jerarquía o poder o porque me quiere tratar como una golfa, y entonces el ahí sentado, me espera y yo  me acerco y me pongo de frente a el con las piernas abiertas y comienzo a sentarme y a meterme lentamente su verga y cada centímetro me vuelve loca y mis ojos se ponen en blanco y mis labios son lambidos por mi propia lengua. Primero lo cabalgo de frente, siento su verga gruesa dentro y me excita bastante, me vuelve loca volverlo a sentir después de un prolongado tiempo, y muevo mis caderas lo más que puedo y él toma fuertemente mis tetas con cada una de sus manos. La sensación es deliciosa, a pesar de que su verga no es tan grande no importa porque el grosor compensa muy bien el tamaño, estoy demasiado caliente, un orgasmo tras otro, no se que me pasaba, me sentía mojadísima

 

–          Ahhhh que rico, más¡¡ mas¡¡¡

–          Así te quería tener Dianita, echa toda una putita!!

–          Siiiii que rico, Alfredo…..no se que hubiera hecho si no me insistes………me hubiera sentido mal……..que bueno que no dejaste de buscarme……..que rico me estas dando¡¡

–          Te gusta??

–          Me encanta ¡¡¡ no puedo dejar de terminar¡¡

 

Con sus manos me toma de las caderas y me coge fuertemente; yo busco su boca y lo beso con pasión, su aliento sabe a hombre y a alcohol, no es un sabor particularmente agradable pero es perfecto para una  situación morbosa y llena de infidelidad. Todo en él forma parte de un mismo paquete, su aliento, su físico, su boca, su verga son excitantemente desagradables, son de macho, nada fino, nada elegante en ese momento y después de estar bebiendo por horas!.

 

Al terminar grito sin pudor

 

–          Mas¡¡, Mas¡¡ Así¡¡¡ Así¡¡¡ Eres un cabrón, que rico¡¡¡

 

Con una mano me jala el pelo y con la otra me da unas nalgadas durísimas. Este cabrón que apenas hace unos minutos me acosaba enfrente de mi esposo, y hace mas de tres semanas que no me cogía, ahora me da un placer extraordinario, me hace sentir humillada y sometida, ya que esa noche asi de caliente como estaba, podría haber escogido a cualquier cabrón del lugar si Alfredo no hubiera coincidido llegar a ese lugar, y justo ahora,  es el que me está sometiendo y tratándome como una puta vulgar….lo que es el destino!!! Yo lo evitaba y el me evitaba y ahora, el alcohol nos hizo coincidir en el mismo lugar, hora y silla…..y gracias a mi esposo!!!!.

 

Mi pide que me levante y que cambie de posición, me indica que ahora me quiere coger de espaldas, él sigue sentado en su misma posición y yo soy la que debo de cambiar, mover el culo e insertarme su verga.

 

Lo obedezco, al salir su verga de mi cuerpo, la veo, gruesa pero muy erecta y muy mojada por mis jugos, no puedo resistir la tentación de metérmela a la boca

 

–          Te la puedo mamar antes corazón? Quiero limpiarla con la lengua antes de que me la metas nuevamente

 

Lo digo en el tono mas cachondo que puedo tener. Que hombre podría negarse a tal petición?, él solo asienta con la cabeza, su triunfo es completo…..me tiene para el completita¡¡ y yo que le gritaba hace unas horas que esa noche, no iba a tener una vieja como yo¡

 

La mamo por rato y me encanta, mientras la tengo en la boca gimo, él sigue sentado y yo de rodillas, la mamo ahora más desesperada, y al poco tiempo me retira y me pide que me la meta otra vez.

 

Me incorporo y me pongo de espaldas, para insertarme nuevamente esa verga que ya anhelaba, y comienzo a mover mis nalgas. Se perfectamente que este cabrón quiere una mejor visión de mi culo y no soy quien para negarle ese deseo, por lo que se lo voy a cumplir.  En ese momento, pienso en mi marido y me lleno de placer el solo imaginarme  que me gustaría que me viera así, ahí, en ese lugar, con toda la verga de Alfredo adentro  y gritando como loca. Me excito mas y ya no sé si es un solo orgasmo largo o se presentan uno tras otro, me considero muy caliente pero esto es demasiado

 

–          Te gustan mis nalgas verdad Alfredo?? Agárreme el culo¡¡ es tuyo mi rey¡¡ Así me querías tener cabrón??

–          Si Putita…..tienes unas nalgas hermosas y todos quieren cogerte ehhhh!!!…..ahhhh. que rica!!! – no se si el estar bebidos, nos hace hablar más vulgarmente pero además, ese lenguaje me está excitando ahora mas!!

–          Ahhhh……a poco si???…….no me he dado cuenta de eso ehhh!!!…..pero Como le haces cabrón?? Me has puesto súper caliente¡¡ Ahhh¡¡¡ Y mas con mi esposo a mi lado!!! Como es que nunca te vió??

 

Lo intenso de la seducción previa hizo que la cogida no durara particularmente mucho, pero eso no importó estaba tan caliente que estuvo delicioso, el morbo de que mi esposo y mi amante se encontraran en el mismo lugar, y finalmente mi amigo Alfredo, me tuviera de nueva cuenta con el, por lo que esa situación me hizo terminar y gritar como una perra.

 

-Ahhhhh…..cabroonnnnn…..que rico me cogessss…..mmmhhhh…..dame toda tu lechitaaaaa……damelaaaaa………quiero salir toda llena de tiiiii….ahhhhhhhhhhhh – y explote enormemente al sentir como disparo enormes chooros de semen dentro de mi, y casi nos desmayamos del placer……asi estuvimos largo tiempo sin medir minutos…….solo abrimos los ojos y nos paramos, nos besamos y nos depsedimos.

 

Al terminar me vestí rápidamente:

 

-Me voy, no tarda en llegar mi marido

 

Me dirigí a la puerta y antes de salir

 

–          Oye Dianita……tengo que confesarte algo

–          Que pasa?

–          Mi cliente es el dueño del lugar, y hoy no fui a trabajar porque me invito a estar en su Bar, por eso ando muy tomado Dianita…..si en algo te falte al respeto, perdóname…..pero estas tan buena que no puedo ser decente con tan semejante hembra!!!!……Por cierto……las tarjetas de crédito no tienen problema, pero no tenía otro remedio……tenia que alejar a tu esposo unos minutos…….…….tu me comprendes verdad?

 

Solo sonreí y alcance a decir

 

–          Cabrón

–          Otra cosa, me dijo mi cliente, que tus margaritas tenían una elemento “extra” que al parecer acelera el lívido, que conveniente no?

 

No sabía que decir, ni que hacer, al final solo salí corriendo y alcance a decir

 

–          A ver qué día de estos, tu cliente, nos invita y me das otra de esas margaritas….

 

Y lo mire con esa cara de puta que pongo cuando me pongo así de caliente, la verdad me había encantado, me fascina sentirme deseada y que alguien llegue a esos niveles para tener mis nalgas. Eso , es algo que me prende.

 

Al salir, apenas me senté en mi silla, y llego mi marido. Pago y el Bar le dio un importante descuento…..le argumentaron que por el problema de la tarjeta y mi esposo se puso feliz!!!……..nos paramos y nos fuimos de inmediato………no puedo negar que en el camino……le di tremenda mamada a mi esposo, hasta hacerlo venir en mi boca como nunca, en lo que le contaba lo que me paso en el bar, y en todo momento pensó que era parte del juego y fantasía……..sin saber que todo fue real!!!…..Por cierto…….mi tanguita, el cabron de Alfredo, se la regaló al cliente del lugar…..nunca le dijo que éramos conocidos!!!

 

(Continuará…)


En la playa con mi compañera de sexo

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Lo que voy a contar me pasó este verano, y desde entonces se ha convertido en un recuerdo recurrente que no deja de producirme excitación cada vez que me acuerdo.
Con un trabajo de horario bastante amplio, me gusta cogerme un rato a mediodía para salir de la oficina, comer algo y desconectar antes de volver a la vorágine. Una de las opciones para ese rato es acercarme a la playa nudista del Saler, que está escasamente a 10 minutos en coche de donde trabajo, y tumbarme a tomar el sol escuchando música. Dicho sea de paso que esta playa me ha proporcionado muchos momentos “alegres” en lo que a dogging se refiere… Normalmente me pongo alejado de la orilla, tras las dunas, porque se está más tranquilo además de protegido del viento que normalmente a esa hora suele girar y se vuelve un poco más incómodo.
Pues bien, aquel llegué como de costumbre y me puse en el sitio de costumbre. Me desnudé, me tumbé sobre la toalla y me puse los cascos para escuchar música, sin ninguna otra intención que pasar el rato tranquilo hasta que se hiciera la hora de volver a trabajar.
A los diez minutos de estar allí, calculo, porque creo que me quedé algo traspuesto, una sombra sobre mi cara que me tapó el sol me hizo abrir los ojos .

– Hola! – me dijo alguien

No pude reconocer a primera vista quien era porque el sol quedaba detrás de esa persona y mis ojos no se habían acomodado a la luz, pero rápidamente me di cuenta. Se trataba de Clara, una compañera de trabajo. Clara es pelirroja, con el pelo rizado, no muy alta ni muy agraciada pero simpática como un cascabel, lo que hace a cualquier mujer muy atractiva para cualquier hombre. Con poco pecho, siempre me había fijado en ella porque tiene un culo respingón y precioso, que normalmente acompaña con unos vaqueros ajustados y unos tacones altísimos. En fin, era la compañera de trabajo a la que miras de reojo que despierta ciertos deseos pero que no te tiene la mente absorbida permanentemente.

– Hola – contesté.

Mi primera reacción fue taparme. Reacción absurda porque se trata de una playa nudista y porque ella ya me había visto todo lo que tenía que verme.

– No te tapes, hombre! Que ya te he visto de sobra!!!! Jajajaja
– Pues tienes razón – contesté. – ¿Qué haces por aquí?
– Esta tarde no trabajo y he venido a pasar la tarde a la playa. He visto tu coche aparcado allá – dijo, señalando hacia la zona de parking
– Conoces mi coche? – pregunté un tanto incrédulo
– Pues claro!! Y también sé que vienes muchos mediodías a esta playa. Te importa si me pongo aquí?

Naturalmente que no me importaba, pero he de reconocer que la situación me resultaba un poco incómoda. La desnudez es un estado que me encanta, que no me incomoda en absoluto, pero estar de esa manera delante de una persona con la que siempre había tratado en entorno trabajo no era lo más confortable.

Extendió la toalla, dejó la bolsa que llevaba en el suelo y comenzó a quitarse la ropa. Intentando que no se me notara procuré no quitarle ojo de encima (las gafas de sol son únicas para conseguir ese propósito…) y lo que empezaba a ver respondía exactamente a lo que se intuía con la ropa puesta: un pecho escaso pero firme y un culo precioso.

Se quedó enfundada en un bikini de color ocre, con la parte de abajo muy pequeña, y se sentó en su toalla.

– No te quiero interrumpir, estabas escuchando música. Sigue, por favor – me dijo.
– No te preocupes, siempre es mejor tener compañía – respondí

Ahí iniciamos una conversación de lo más banal que incluyó trabajo, hábitos a la hora de comer, estado meteorológico, sequía y lluvias previsibles, etc. La cuestión es que estábamos hablando con plena naturalidad y yo estaba completamente desnudo. Me di cuenta que ella no miraba más allá de mis ojos en ningún momento, tal vez por prudencia o seguramente porque no le interesaba, pero a mi me hizo sentir cómodo ya que le dio una apariencia de normalidad a la conversación.

Al rato se levantó.

– Me voy a bañar. Estoy muerta de calor. Vienes? – dijo
– Creo que no, gracias. No me apetece – contesté
– Está bien, como quieras. Me voy al agua.

Se quitó el bikini y lo dejó en la toalla. Pude ver sus tetas pequeñas, con pezones pequeños y el coño depilado con una fina hilera de vello en vertical. Y efectivamente, el culo era perfecto. Respingón, grande, como a mi me gustan, y con un poco de celulitis. Vamos, perfecto.

Se fue a la orilla y mientras se alejaba me levanté y la miré. La melena rizada pelirroja le caía por la espalda. Mi polla empezó a animarse y comenzó a adquirir tamaño, pero decidí volver a la toalla porque no quería que me viera en ese estado cuando volviera del agua.

Al poco rato, chapuzón corto, volvió. Con todo el pelo chorreando y el cuerpo empapado daba una imagen más que agradable. Se sentó en la toalla y, con descaro, me dijo:

– Parece que se te ha animado! Jajajaja

Efectivamente, mi polla aún estaba grande, no con una gran erección pero sí grande.

– Eso no será porque me he quitado el bikini, verdad?
– No creas – contesté. “No poco”, pensé yo.
– Oh vaya!!! – dijo riendo.

Se tumbó en la toalla boca abajo, pero mientras lo hacía se puso a cuatro patas durante tres o cuatro segundos buscando las gafas de sol en su bolsa de la playa. La vista de su coño y su culo por detrás fue lo que necesitaba para que mi polla volviera a crecer y llegara a una buena erección. No sabía si esa maniobra había sido intencionada o no, pero por si acaso volví a tumbarme y a ponerme la música y cerrar los ojos.

Al poco rato noté como ella se movía en la toalla y abrí los ojos. Se había puesto de rodillas a mi lado y miraba mi polla con la vista clavada. Alargó la mano y la puso encima de ella.

– Me gusta, la tienes muy grande – me dijo
– Pues que sepas que ahora sí que es por tu culpa – contesté
– Me alegro y me gusta. Sabes una cosa? Desde que entraste en la empresa me fijé en ti – confesó
– No te creo, no bromees – respondí, algo azorado.

Entonces empezó masajear mi polla, primero con una mano, un largo rato, luego con las dos, subiendo y bajando mientras aquello ya se me había puesto como una piedra. Su cara reflejaba deseo de más y a mi me estaba volviendo loco, así que la moví hasta colocarla con su coño encima de mi cara para empezar un sesentaynueve. Su coño sabía rico, salado por el agua del mar, y estaba rezumando flujo. Me encantan los coños depilados, y aquel es una verdadera delicia. Mi polla se hundía en su boca mientras yo le lamía el coño y subía hasta mojarle con la lengua el culo. Me di cuenta que cada vez que se lo chupaba gemía con más fuerza, lo que indicaba que le gustaba especialmente, así que decidí concentrarme en el culo y chupárselo sin parar.

Como aquella posición no es la mejor para hacer una buena comida de culo, me levanté y le pedí que se pusiera a cuatro patas con las piernas separadas. La visión de su culo y su coñito desde detrás era excitante. Ella, con la espalda arqueada, pidiendo que se lo comiera. Me puse detrás y empecé a chupar su ano, que cada vez más mojado por mi saliva, recibía mi lengua entrando y saliendo. Sus gemidos aumentaban y con ellos mi excitación, así que me levanté y se la metí muy despacio por el coño, empapado y caliente. Poco a poco fui aumentando la intensidad de las embestidas. Tenía el coño pequeño y mi polla no le cabía hasta el final pero ella se movía y empujaba buscando metérsela toda.

Yo estaba detrás de ella, con los pies sobre el suelo, inclinado sobre su culo y su espalda y follándomela por el coño. Varios minutos estuvimos así hasta que empezó a gritar:

– Me corro, me corro, me corro!!!!!

Su orgasmo fue delicioso. Tuvo espasmos en el coño y en todo el cuerpo a la vez que soltaba chorros de flujo que pusieron la toalla perdida. Se quedó sin fuerzas durante aproximadamente medio minuto, hasta que se dio la vuelta y puso su boca a la altura de mi polla. Empezó a chupármela tragándose todo lo que podía y mirándome a los ojos diciendo:

– Seguimos? Me has puesto muy cachonda.

En ese momento se dirigió a su bolsa y sacó un bote de lubricante (el Durex del envase color naranja con efecto calor – una maravilla, por cierto – ). Lo abrió, puso una buena cantidad en su mano y me la extendió por toda la polla. Luego cogió más y esta vez se puso de nuevo a cuatro patas y se lo extendió por el ano a la vez que se metía un poco con dos dedos por dentro.

Me arrodillé detrás de ella y acerqué mi polla a su culo. Empecé a empujar despacio, no quería hacerle daño, pero el lubricante y sobre todo el trabajo previo con mi lengua hicieron efecto y fácilmente entró mi polla. Con el capullo dentro, busqué el lubricante y me puse más en la parte de rabo que me quedaba fuera y poco a poco fui metiendo el resto de la polla. Le entraba con facilidad pese al tamaño, se movía bien para encajársela y sus grititos de placer eran cada vez mas fuertes.

Una vez dentro, empecé a empujar, meter y sacar, cada vez más intensamente. Al principio solo una parte de la polla pero en seguida las embestidas fueron más fuertes. Ella gemía, se notaba que le gustaba, y mi polla entraba y salía con facilidad. Durante un rato estuve metiéndola y sacándola del todo de su culo, y cada vez que volvía a entrar ella daba un grito de placer hasta que volvió a anunciar que se corría.

– Sííííííííííí´!!!!!! Me corro otra vez!!!!!!

Esta vez no hubo el chorro de flujo tan enorme de la anterior pero sus espasmos fueron igualmente intensos. La excitación que siempre se me produce cuando una mujer llega al orgasmo en este caso se multiplicó por cien y no pude contenerme y saqué mi polla para correrme encima de su ano y por su espalda con una cantidad de semen que pocas veces había visto antes.

Caímos los dos sobre la toalla, exhaustos y satisfechos. Su espalda estaba llena de mi leche y su culo se veía abierto. Estuvimos sin hablar un buen rato hasta que miré el reloj y vi que era la hora de volver a trabajar.

– Me voy a la ofi. Te quedas?
– Sí. Voy a tomar un rato el sol, que al fin y al cabo es a lo que he venido, jajajaja! Mañana nos vemos.

Me vestí y me despedí de ella. Cuando me alejaba me dijo:

– Repetiremos?
– Claro que sí – le dije

Y hemos repetido, ya lo creo que sí!!!

Me follaron el culo tres pollas en un taller mecanico

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Bueno esta historia ocurrió hace una semana. Yo estaba de visita en el taller mecánico de Braulio, un amigo. Paso entonces por delante del taller una mujer de unos cuarenta años. Media aproximadamente 1.60 de estatura, tenía unas tetas muy grandes y unas caderas y nalgas de fantasía. Era muy bonita, su piel clara, y su cabello corto. Braulio me dijo que era la secretaria de un despacho de abogados que quedaba cerca. También me dijo que en un rato volvería a pasar, a la hora del almuerzo. Le dije a Braulio que inventásemos algún pretexto para hacerla entrar al taller e intentar follarla. Me dijo que ella llevaba el auto al taller y que la llamaría con la excusa de recordarle que le tocaba la revisión standard del auto. Que luego veríamos hasta donde llegábamos. Así lo hizo Braulio, y al volver ver pasar a Lorena, así se llama ella, la llamo y la hizo pasar al despacho del taller. Detrás de ella entre yo haciéndome pasar por un cliente.
Entonces me acerque por detrás de Lorena y me apoye ostensiblemente en su culo. Ella no dijo ninguna palabra y sé quedo inmóvil, algo tensa como si tuviera miedo. Entonces con mis dos manos la agarré de cada uno de sus glúteos. Braulio por su parte se acercó hasta Lorena, levantó suavemente la barbilla de ella para que lo mirase a los ojos, y se inclinó para darle un beso en la boca. Lorena, aún asustada, no rechazo mis manos ni el beso de Braulio. Entonces este le índico a Ricardo, su empleado, que bajara la cortina y, aprovechando Lorena estaba como paralizada por la sorpresa, entre los dos la subimos de espaldas sobre el mostrador. Entonces yo metí mi mano debajo de su falda, y de un tirón, arranque una pequeñísima tanguita. Ella solo dio un pequeño quejido, y yo metí mis dedos en su coño con decisión, mientras Braulio con maestría le abría cada uno de los broches de su camisa, dejando las grandes tetas de Lorena a su merced. Entonces Braulio succionó sus pechos y yo levanté sus piernas y metí la lengua en coño y me puse a jugar con su clítoris. Ricardo que hasta ese momento solo había sido un espectador se acercó con un taburete, se paró sobre él cerca de la cabeza de Lorena, sacó su polla y llevó la cabeza de ella hacia su polla con fuerza bruta diciéndole, devórala, muéstrame lo que sabes hacer. Lorena abrió la boca y comenzó a tragarse la polla. Lorena estaba súper caliente y llego al orgasmo gracias al trabajo de nuestras lenguas en su coño y sus tetas. Entonces el bruto de Ricardo se corrió dentro de la boca de Lorena, quien primero se sorprendió y se ahogó, pero luego sorbió toda la leche de la polla.
Al retirar la polla Ricardo, Lorena se incorporó, se lamió la leche de la comisura de los labios e hizo un amago de irse. Pero Braulio y yo que estábamos muy calientes, nos acercamos los dos hacia ella y la agarramos con fuerza. Yo intente quitarle la falda y ella se resistió. Entonces con Braulio la tiramos al suelo, le quitamos la falda, la camisa, el sujetador y los zapatos, dejándola completamente desnuda. Braulio la acostó en el piso, la sujeto de la cabeza y le hizo levantar el hermoso culo. Entonces, sin más, acomodó su enorme polla en la entrada del culo, mientras con una mano masajeaba el clítoris. Sin más preámbulos, y no dando tiempo a que Lorena reaccionase, él metió con fuerza su polla dentro del culo de Lorena. Así comenzó a follarla analmente y ella empezó a gritar y a gemir. Braulio rápidamente acabo de follarla y fue mi turno. Puse a Lorena sobre la parte delantera de un coche y empecé a follarla vaginalmente. Entonces ella me pidió que no le acabara adentro que no quería quedar embarazada. Yo entonces retire mi polla y opté por encularla. Comencé suave, pero fui subiendo de intensidad hasta darle por el culo con todas mis fuerzas. Así seguí hasta correrme dentro de su culo. Al mismo tiempo, Ricardo que se masturbaba viendo nuestra escena comenzó a correrse encima de las tetas ella. Lorena estaba gozando como una golfa y llego a un segundo orgasmo.

Después del orgasmo Lorena se limpió las tetas con un trapo, nos dijo que éramos unos brutos, que le habíamos roto el culo por la fuerza, que ella no era una puta que practicase el sexo anal, y que ahora el culo le escocia. Nosotros le dijimos que parecía disfrutar bastante mientras la enchulábamos. Y ella nos respondió que Braulio era un bruto que la había forzado y que conmigo ya la habíamos calentado tanto que prefirió que yo le rompiese el culo a que me corriera en su vagina con el riesgo de que la dejase preñada. Entonces Braulio dijo que era ella mejor que cualquier puta comiéndosela por el culo, que seguro había disfrutado con las enculadas, y que él tenía ganas de volver follarla. Que si ella quería le pagábamos 100 euros para que se dejase encular otra vez. Lorena se sorprendió, nos dijo que ella era madre de dos hijos, que tenía un marido al que amaba, y que no era ninguna puta. Luego intento comenzar a vestirse con la excusa de que ya se había ausentado mucho del trabajo. Pero Braulio la convenció de quedarse morreándola primero y besándole la cola y manoseándole el coño. En pocos minutos Lorena estaba caliente otra vez y la polla de Braulio estaba en completa erección. Entonces le dijo a Lorena, ven a chuparla. Ella sin más comenzó a chupársela dejando su hermoso culo completamente a disposición de los demás, en una vista que era una invitación irrefrenable a follarla. Inmediatamente yo acaricie el trasero de Lorena y le dije ¿ahora te vas a oponer que te encule otra vez? y ella entonces levantó las caderas en señal de que aceptaba ser follada analmente por tercera vez.

Mientras Lorena devoraba la polla de Braulio, yo le fui metiendo poco a poco mi polla hasta que la tuve completamente dentro de su culo. Lorena parecía estar muy caliente. Disfrutaba mamando una polla como una niña golosa, mientras yo por atrás le metía la polla a mi antojo en su culo. Mientras más duro yo la bombeaba, más chupaba ella a Braulio. Entonces yo retiré mi polla y comencé a meter y sacar únicamente la cabeza de la misma muy despacito en el culo de Lorena. Al tiempo Braulio la sujetaba de la cara y se la movía hacia arriba y hacia abajo rápidamente. Yo entonces volví a penetrarla hasta los cojones, y Braulio y yo comenzamos a llevar un compás enloquecedor que verdaderamente hacía gemir y gruñir de placer a Lorena. De pronto Braulio le lleno la boca con su leche caliente. Ella trató de tragarla toda, pero se le escurría entre los labios así que siguió mamándosela hasta terminarse toda su leche y dejarle la polla bien limpita. Entonces yo me senté en un banco y tomando a Lorena de la cintura la fui bajando hasta mi polla, se la acomodé entre sus nalgas dejándole sentir la cabeza en la entrada de su culo. Luego, empujándola hacia abajo le metí la polla hasta adentro de su culo ya dilatado. Entonces la fui bajando y subiendo lentamente. Esto la hacía jadear y gemir fuertemente. Ella misma además se abría sus nalgas con las manos cooperando para que yo pudiera penetrarla aún más profundo. Entonces la senté de golpe sobre mi polla, enterrándosela violentamente. Así me corrí otra vez dentro de ella, quien me pidió que la dejase enculada y comenzó a frotarse el clítoris con las manos hasta llegar a otro orgasmo.

Después de unos minutos Lorena se paró. Entonces Ricardo se le acerco con su polla bien dura, Lorena inclinó su torso desnudo y comenzó a lamerle la cabeza de la polla. Era excitante observarla en esa posición, viendo su tetas bambolearse y su culo sacado hacia afuera. Braulio entonces se acercó por detrás de ella y se puso a jugar con sus dedos en los orificios de Lorena. Seguidamente Braulio la hizo ponerse de perrito y empezó a meter su polla en la vagina diciéndole, puta no te preocupes que no me voy a correr dentro de tu coño, lo hare en tu culo. Entonces saco la polla y yo me apresure y en la misma posición se la metí pero por el culo. Ella así tuvo otro orgasmo mientras chupaba a Ricardo quien se vino nuevamente en la boca de Lorena. Entonces, Braulio con su polla enhiesta se tumbó de espaldas en el piso. Lorena, que también quería una polla dentro de su coño saco mi polla de su culo y se montó sobre Braulio, empezó a besarlo y me pidió que se la metiera por el culo. Con nuestras pollas en sus dos agujeros el cuerpo de Lorena temblaba de una forma que no se puede explicar con palabras. Ella estaba en completo éxtasis y le pidió a Ricardo que viniera para mamarlo otra vez. Ella mamaba a Ricardo, mientras los otros dos la follábamos. Braulio estaba a punto de venirse y nos pidió que lo dejásemos salir.

Los tres nos paramos y Lorena se colocó en posición del perrito, apoyando su cabeza en el suelo y levantando su culo invitando a que nuestras pollas lo perforasen. Las tres pollas apuntaron a su culo que abierto esperaba nuestras descargas. Primero fue Ricardo quien le lleno de leche el culo. Después fue Braulio, quien soltó sus jugos dentro del culo de Lorena. Por ultimo yo inundé su culo. En total fueron seis corridas dentro del culo de Lorena que habia quedado abierto en flor. Después de esto, Lorena quedó exhausta y nosotros nos quedamos viendo a esa mujer de ensueño con la habíamos disfrutado durante una hora como cosacos. A los diez minutos Lorena se incorporó y nos dijo siempre tuvo fantasías de que la follaran unos mecánicos. Por ello hoy algo le había hecho perder la cordura. Ella no se reconocía así misma follando con tres tíos, mucho menos por el culo, algo que siempre le había negado al pobre de su esposo porque ella consideraba que el sexo anal era de putas. La verdad es que a pesar de ser su debut, no tenia nada que envidiarle a muchas actrices porno. Ademas lo habia hecho sin dilatación previa y sin lubricantes. Claramente, Lorena esta especialmente dotada para el sexo anal y es muy puta a pesar de sus antiguos prejuicios que acarreo hasta los cuarenta años. Finalmente, Lorena nos pidió por favor que guardásemos el secreto de lo ocurrido ese día. Además nos dijo que esa noche para quitarse la culpa de lo ocurrido iba a hacerle una mamada completa a su amado esposo. Entonces se paró y nuestro semen comenzó a salir de su culo inundado, chorreando entre sus piernas. Ella se limpió con un trapo y se vistió delante de nosotros. Luego se fue a arreglar al servicio y se despidió de nosotros quienes le dijimos que se acordara que siempre que quisiera desde ese día tenía tres nuevos amigos. Ella respondió, que había sido la mejor hora dl almuerzo de su vida, y que con lo dilatado que le había quedado el culo no se olvidaría de nosotros por mucho tiempo.

Me follaron al aire libre y cumplí mi fantasia sexual

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Había oído hablar de aquel bosque como punto de encuentro, pero jamás había ubicado el punto exacto donde ocurría la acción. Quizás fuera que cada vez que visitaba aquel lugar iba acompañado, y por lo tanto no me animaba a investigar el lugar en el que sucedía todo. Era un tanto frustrante, si debía ser sincero, puesto que una de mis mayores fantasías era tener sexo al aire libre. Cada vez que visitaba aquel lugar me imaginaba que debía ser fantástico mamar una verga ahí, bajo el cielo azul, rodeado de la vegetación del lugar.

Aquella idea me excitaba de sobremanera, y afortunadamente llegó el día en que pude hacer mi fantasía realidad, aunque al principio no sabía que en realidad también se me cumpliría otra fantasía a la vez.

Aquel día no tenía nada que hacer. Había salido a dar un paseo con un amigo, pero tenía toda la tarde libre, puesto que mi amigo debía trabajar. Iba de regreso a mi casa cuando me quedé pensando que solo necesitaba desviarme un poco de mi ruta para ir a aquel bosque. No me lo tuve que pensar dos veces.

Llegué al lugar y me puse a caminar por el lugar. Primero paseé por las zonas que conocía perfectamente, aquellas donde la mayoría de los visitantes paseaban. Había familias, parejas, amigos… lo normal en un lugar bonito y en un día que se presentaba cálido sin llegar a lo bochornoso.

Después de un rato tomé una desviación que jamás había tomado. Yo solía pasear por la zona norte del bosque, pero bien sabía que la acción acontecía en la zona sur, por lo que me dirigí hacia allá. Al principio no me encontré con nada, solo con unos cuantos corredores que a pesar de ir en ropa sexy o mostrar músculos definidos no parecían buscar nada, pues ni siquiera volteaban a ver a los demás.

—¡Qué desperdicio! —me dije a mí mismo cuando un chico vestido con un short y una playera de color naranja fosforescente pasó junto a mí. Independientemente de la ropa llamativa, lo verdaderamente interesante de aquel chico era su rostro y su cuerpo delgado y definido. Si aquel chico me hubiera dirigido una mirada mientras se sobaba la entrepierna lo hubiera seguido hasta el fin del mundo.

Seguí paseando, aunque lo único que conseguía era frustarme cada vez más. No parecía haber ni la menor seña de actividad gay en la zona. Lo único que me topé aparte de los corredores al llegar al extremo sur de la zona fue a una parejita hetero (los cuales se estaban dando un buen faje que me hizo sentir celoso) y de un tipo al que no me le quise acercar, porque aunque se agarraba la entrepierna me asustó el hecho de que empezara a discutir con alguien invisible.

—¿Dónde será la zona de ligue? —me pregunté a mí mismo mientras atravesaba una zona especialmente agreste—. ¿O será que hoy no hay nadie?

La respuesta me llegó unos cuantos pasos más adelante, al bordear un árbol. Había un tipo que parecía contemplar el lugar sin mucho interés. No supe por qué, quizás por mi radar gay (aunque no creo en eso), pero se me ocurrió que ese wey estaba buscando lo mismo que yo. O quizás fuera que tenía la mano en su entrepierna, aunque no se veía que estuviera apretando nada. Era un chico de estatura promedio, vestido con ropa holgada: bermudas y playera.

Me quedé parado donde estaba, como si yo también estuviera observando el lugar con desinterés. Mi mirada se cruzó con la del chavo después de un rato, y mientras me observaba yo me animé a sonreírle. Estaba a punto de apretarme la verga sobre el pantalón para ver su reacción, cuando me di cuenta que él ya se me había adelantado. La razón por la que tenía sus manos frente a su entrepierna era porque el tipo tenía la verga de fuera. Era una verga de unos dieciséis centímetros, a juzgar por la superficie que su mano cubrió cuando la tomó entre sus dedos.

Mientras contemplaba al chico que se hallaba frente a mí este comenzó a masturbarse lentamente. Volteaba a ver su polla y luego a mí, como si me invitara a acercarme a él y tomar aquel pedazo de carne entre mis propias manos. No obstante, me dio algo de miedo, pues aún nos encontrábamos en una zona donde éramos perfectamente visibles desde la pista donde pasaban todos los corredores.

Seguramente el chico notó mi inseguridad pues volvió a colocarse las manos de tal manera que no se le viera el falo que llevaba de fuera y me hizo señas de que lo siguiera; cosa que hice sin dudarlo un segundo.

El chico no hizo más que internarse más en la espesura que era la maleza de aquel lugar, hasta que quedó en un lugar donde no podía ya ser visto desde la pista para correr. Volvió a mostrarme aquella verga, la cual se encontraba completamente rasurada. Tenía el mismo tono de piel relativamente claro que su dueño, como ya dije algo grande (a menos que sean fans de los tipos con más de 20 cm, de los cuales la mayoría solo salen en películas porno), no muy gruesa, pero eso sí recta y cabezona como a mí me gustan.

Comencé a acariciar mi propio pene por encima de mi ropa, aún manteniendo mi distancia. Si algo me gusta del sexo es el juego previo que puede haber. Odio a los chicos que en cuanto te ven te piden el trasero para penetrarte, o que al contrario te ponen el trasero para que los penetres. No hay nada mejor que iniciar el contacto de manera visual, observando lo que el otro tiene para ofrecerte y también mostrando lo que tú puedes dar; para después pasar a la etapa de las caricias y los besos por cada pedazo de piel disponible para finalmente conseguir la compenetración de las zonas más íntimas de ambos…

Pero me estoy desviando de lo que contaba. En aquel instante me puse a acariciar mi pene, resaltando su forma sobre mi pantalón para que el chico con el que me había encontrado viera lo que tenía para ofrecer. Él seguía masturbando su miembro de manera lenta, sin ninguna prisa, como si quisiera ofrecerme aquel espectáculo para que quedara grabado en mi memoria.

Con pasos lentos, y hasta podría decir un poco vacilantes, me fui acercando a ese muchacho que me ofrecía su verga. Fui saboreando cada instante mientras yo mismo desabrochaba mi pantalón. Cuando hube llegado justo al lado de mi acompañante ya tenía el pito de fuera igualmente. Ahora que estábamos uno frente al otro podía ver que efectivamente su pene era más largo que el mío, pero el mío tenía de ancho lo que el suyo tenía de más en cuanto a lo largo. Y mientras el suyo parecía hasta lampiño, el mío tenía vellos un tanto largos, pues hacía un par de semanas que no me rasuraba.

Decidí ayudarle a aquel chico con la erección que se cargaba, así que deslicé mi mano izquierda hacia su miembro. Él inmediatamente retiró su mano para que yo pudiera tomar su verga en toda su gloria. Era fantástico sentir aquel falo con su longitud y su cabeza que empezaba a destilar precum entre mis dedos. Formé un anillo con mi dedo índice y el pulgar y lo deslicé desde la punta hasta la base de aquel tronco moreno, sintiendo como mi acompañante casual disfrutaba de aquella caricia.

Esperaba que él me regresara el favor acariciando también mi pene, pero en lugar de eso el chico de la ropa holgada aprovechó para meter mano por la cintura de mis pantalones y de mis bóxers para comenzar a acariciar mi trasero. Aparentemente era de esos chicos que se las daba de solamente activo, pero por mí estaba bien. Tenía unas manos rugosas que producían un tacto excelente al deslizarse por la piel que recubría mis nalgas, las cuales he de decir que están bastante bien.

Para facilitarle las cosas al otro me ladeé un poco, de tal manera que quedáramos parados uno al lado de otro y yo pudiera seguir jalándole la polla mientras él acariciaba mi potito con más libertad. Sin embargo, al darme la vuelta pude ver a un chico que estaba más allá (del lado contrario a la pista para correr) que nos miraba atentamente. Bueno, aquello no era del todo sorprendente. Cuando visitaba un lugar de cruising estaba acostumbrado a los mirones, los cuales a veces me parecía que abundaban más que los hombres que iban a meter mano. El chavo que nos estaba viendo desde una distancia considerable era alto, delgado y moreno; atractivo, diría yo. Vestía ropa ajustada que dejaba ver un rico bulto que se estaba acariciando mientras nos observaba.

El muchacho de ropa holgada que me acompañaba vio que andaba mirando algo más allá, y notó al chico que nos observaba. El otro muchacho ni siquiera nos veía a la cara, más bien creo que estaba entretenido contemplando directamente como mi mano masturbaba aquella verga que sostenía. Aun así, mi acompañante llamó su atención con un gesto de la mano y después con la cabeza le indicó que se acercara. No tuvo que repetir ese gesto, pues inmediatamente el mirón sonrió y comenzó a caminar hacia donde nos encontrábamos nosotros (aunque tuvo que dar un rodeo pues la maleza era traicionera entre él y nosotros).

Le di un apretón con toda la mano al pito que sostenía a causa de los nervios. Jamás había estado con dos hombres a la vez, siempre había estado con uno solo. Claro que tenía ganas de hacerlo, pero estaba acostumbrado a que cuando quedaba con alguien fuera solo con uno, y cuando visitaba algún lugar de cruising como decía antes abundaban los mirones que aunque los invitaran jamás hacían nada. Cuando yo me encontraba en un lugar así solo un chavo se animaba a meterme mano, y los demás o se ponían solo a mirar o formaban sus propias parejitas. Varios hombres teniendo sexo en la misma zona, pero cada uno con su pareja, no era mi idea de orgía; ni tampoco la de irme detrás de otro cuando acabara con el primero.

El chavo que nos había estado observando en un primer momento llegó al lugar. No supe si fueron los nervios u otra cosa, pero aquel hombre me pareció bastante guapo. El de la ropa holgada no estaba mal, pero aquel chico de facciones afiladas, cuerpo delgado y piel morena me pareció aún más guapo.

—¡Qué onda! —dijo el recién llegado mientras veía como el de la ropa holgada me acariciaba las nalgas.

—¿Te animas o no? —preguntó el primer chico con el que andaba.

Por toda respuesta el recién llegado se desabrochó el pantalón y dejó su verga al aire mientras se paraba justo a mi derecha. El tipo de la ropa holgada se conformó con acariciar solo mi nalga izquierda, así que el muchacho delgado pudo acariciarme la otra mientras yo tomaba su miembro. Era un pene de tamaño similar al mío, pero no tan grueso, aunque quizás fuera ligeramente más largo debido a que estaba curvado hacia arriba. Me encantó apretar aquel pito entre mis dedos, acariciar la curva que formaba y sentir la suavidad de la piel que lo recubría al mismo tiempo que sentía las manos de dos tipos acariciando mi culo, una directamente y la otra por encima de la ropa.

—¿Eres pasivo? —me preguntó el chavo delgado.

—Inter, en realidad —le contesté entre gemidos. La verdad me prendía bastante el como me estaban acariciando el culo.

—Interesante —comentó el chico para después soltar una ligera risa, quizás por el juego de palabras que había hecho—. ¿Y tú? —le preguntó finalmente al chavo de la playera holgada.

—Activo —contestó el wey mientras dejaba que su mano se deslizara hasta encontrar mi agujero—. Aunque también la mamo.

—¿Estás pensando lo mismo que yo? —dijo provocadoramente el delgado.

Por toda respuesta el otro le dio una sonrisa. Yo no estaba seguro de en qué estaban pensando aquellos tipos, así que tuve que dejarme llevar por unos instantes antes de comprenderlo. La zona en la que nos encontrábamos era relativamente grande, extrañamente la maleza no había crecido en aquel círculo, por lo que teníamos cierta libertad de movimientos. Me sorprendió que el chavo de la ropa holgada se quitara inmediatamente las bermudas que llevaba, dejando a la vista unas piernas fornidas y cubiertas de un vello espeso. Mientras tanto, el otro chico se acomodó el pantalón para que su verga quedara por fuera sin problemas, se sentó en el suelo y me hizo señas para que me sentara a su lado. Estaba un tanto confundido, pero aun así le hice caso.

Mis dudas se despejaron cuando el otro muchacho se sentó de tal manera que los tres quedamos formando un triángulo en el lugar. Caí en la cuenta de lo que pretendían justamente cuando ambos se agacharon para agarrar verga de quien le había quedado a la derecha (la mía en el caso del joven delgado y guapo, y la de este en el caso del primero con el que me había encontrado). Me pareció una idea genial, así que me incliné hacia el hombre que se había quitado completamente el pantalón para poderme tragar aquella herramienta de dieciséis centímetros. Tenía un ligero sabor a precum que me agradó, aunque el verdadero placer provenía de tener al alcance de la mano aquellas piernas velludas. Era genial sentir la textura de aquellos vellos que se enmarañaban en contraposición con la carencia de pelo en la zona íntima que se encontraba dentro de mi boca.

Aunque poder acariciar aquellas piernas cubiertas de vello estaba genial, tampoco estaba mal chupar una buena polla mientras alguien más mamaba la tuya. Era una sensación diferente a la de un 69, quizás porque no se encontraban todos los cuerpos en contacto, sino que solamente sentías la cabeza del otro entre tus piernas, mientras que tú te hundías en la entrepierna de alguien más.

El chico guapo no se conformó solo con comerse mi polla, sino que además aprovechó para meterme su mano por detrás y comenzar a rozar mi pequeño agujero que se escondía entre mis posaderas. Me gustó la manera en la que su dedo delgado recorría los bordes de mi agujero para después perderse lentamente en él.

—Tienes un culo hambriento —comentó aquel chico cuando me empezó a meter un segundo dedo.

—Es que hace mucho que no come —le respondí con lujuria.

El chico de la ropa holgada dejó de mamar la polla curvada del otro, y aprovechando que ya nadie hacía sexo oral se quitó la playera, dejando a la vista un torso con una ligera panza, donde el pecho resaltaba gracias a los vellos que lo cubrían. Quizás no fuera un cuerpo de modelo, pero su visión me excitó.

—Quítale el pantalón —ordenó aquel mientras se apretaba la polla al chico que aún me estaba penetrando con sus dedos.

Pude haber protestado, pero no lo hice. Mi único motivo de queja podría haber sido el hecho de que el muchacho guapo me sacara los dedos, pero en cuanto vi al de la pancita hurgando en sus pantalones por un condón supe que aquello sería bueno. El tipo aún me estaba sacando el pantalón cuando yo ya me estaba acomodando de perrito, de manera que dejé mi trasero apuntando hacia el joven desnudo.

—Así que tu culo hace mucho que no come —comentó aquel chico mientras frotaba su glande por mi anito—. Pues hoy te voy a dar hasta que quedes lleno.

El chavo delgado no se quedó al margen de la acción, sino que tomó mis nalgas separándolas para ofrecer un mejor acceso a mi hoyito para el otro. Además me escupió en la zona, de tal manera que su saliva sirviera como una especie de lubricante.

El chico de vello en pecho finalmente se decidió a penetrarme. Su polla podía no ser muy gruesa, pero cada centímetro de los dieciséis que me metió me dolieron hasta el alma. Quizás porque lo hizo rápidamente, o tal vez porque en realidad hacía mucho que no me follaban por el culo. En cualquier caso, hubiera escapado de eso si el tipo no me hubiera sostenido fuertemente por la cintura. Pero lo hizo, así que tuve que aguantar aquel pedazo de carne caliente que parecía quemar mis entrañas mientras sentía dos pares de manos que sostenían diversas partes de mi cuerpo y me obligaban a permanecer inmóvil.

El dolor que sentí me obligó a soltar un quejido, un grito ahogado mientras la expresión de mi rostro se crispaba. Cerré los ojos con fuerza, como si de esa manera pudiera hacer menos agudo el dolor.

—¿Pues no que tenías un culo hambriento? Pues ahora te aguantas —dijo el tipo que me estaba enculando.

Mientras decía aquello me sacó su pene a medias para después volver a encajármelo con fuerza. Aquello solo me hizo soltar otro quejido, sin embargo, en realidad no quería que aquel hombre sacara su miembro de mi interior. Sabía que el dolor y el ardor provocados por su embate sería solo temporal, y después de aquello sería una delicia sentir aquellos dieciséis centímetros de carne horadando mi culo.

El muchacho atractivo no me dejó enfrentarme al dolor sin más. Sus manos soltaron mis nalgas, se coló debajo de mí y comenzó a acariciar cada centímetro de mi piel que quedaba a su alcance. Sus caricias me hicieron olvidar parcialmente el dolor de mi culo, especialmente cuando su boca se prendió de mi falo. Fue todo un alivio en cuanto sentí como mi glande tocó sus labios, como si aquel placer se expandiera por mi cuerpo y luchara con el dolor que sentía en mi trasero.

En tanto sentía aquellas manos que me acariciaban y como esa linda boca chupaba mi polla, me di cuenta que el pito de ese chico me quedaba justo al alcance de mis labios. Como ya había dicho, era una verga que se curvaba hacia arriba, con una longitud aproximada de trece centímetros, pues eso era lo que medía la mía. Estando en esa posición hice lo que me dictó el instinto, completar el 69 mientras el otro tipo seguía penetrándome el culo.

Poco a poco aquello se volvió una delicia. El placer de hacer sexo oral al mismo tiempo que lo recibía me ayudó a sobreponerme al dolor de la penetración, de tal manera que este terminó por convertirse en placer. Jamás en la vida había podido experimentar el gusto que implicaba tener una polla llenando tu boca, otra colmando tu recto y sentir tu propio pene en una húmeda y cálida cavidad. Había momentos en que el chico que se encontraba debajo de mí sacaba mi pene de su boca, pero solo lo hacía para con su lengua recorrer todo mi falo, pasar por mis testículos y continuar más allá, hasta lamer las bolas del tipo que me estaba penetrando. Suponía lo anterior porque cada vez que la lengua del chico atractivo perdía contacto con mi cuerpo el otro joven dejaba de mover sus caderas y soltaba un fuerte suspiro. Si no hubiera tenido la boca llena yo también habría soltado suspiros así cada vez que el tipo guapo lamía mis testículos.

Estuvimos un rato así, hasta que el tipo de abajo dijo que él también necesitaba sentir una buena verga en su culito. Fue muy excitante, pues mientras lo dijo pude ver claramente como metía su mano entre sus piernas y frotaba con sus dedos su ano.

—No quiero soltar a este wey —dijo el tipo del pecho en vello mientras me daba rápidamente.

—No es necesario que lo hagas —contestó el otro chico saliendo de debajo de mí.

Aquel tipo delgado terminó de sacarse la ropa frente a nosotros. Tenía un cuerpo delgado y definido, que me parecía bastante agradable incluso si me lo hubiera encontrado en un cuarto oscuro con la única guía de mi tacto. Sin embargo, bajo la luz del sol que arrancaba un brillo broncíneo a su piel morena, y con el verde amarillento de la hierba que nos rodeaba de fondo resultaba espléndido.

El joven delgado comenzó a guiarnos para que el tipo que me penetraba quedara tumbado boca arriba y yo sentado sobre de él, todo sin que tuviera necesidad de sacar su pito de mi recto. También aprovechó para con el movimiento sacarme la playera que llevaba puesta, de tal manera que en ese momento quedamos los tres prácticamente desnudos en el lugar.

—Ahora solo recuéstate tú también —me dijo amablemente el chico atractivo empujándome por el pecho para que quedara prácticamente recargado sobre el tipo que había vestido la ropa holgada, usando mis brazos para mantenerme ligeramente arriba.

—¿Sabes que así podríamos penetrarlo entre los dos? —comentó el primer hombre con el que me había topado aquel día.

Un escalofrío me recorrió la espalda al oír aquella idea. No sabía si en realidad estaba interesado en una penetración doble. La idea me parecía atractiva hasta cierto punto, pero considerando que ya me había dolido que me había penetrara un solo miembro quizás no fuera muy buena idea tener dos. Seguramente dolería más y entonces ni siquiera el placer compensaría el dolor.

El chico delgado frente a mí pasó uno de sus dedos por mi perineo, como si estuviera planteándose seriamente el penetrarme. Primero miraba la zona por la que deslizaba su dedo, el cual llegó hasta los límites de mi ano, pero posteriormente volteó a verme directamente al rostro. La sonrisa que se dibujó sobre su rostro me quitó el aliento, y no fue porque me gustara mucho, sino porque estaba convencido que se había decidido a realizar la doble penetración. Ni modo, me tocaría aguantarme e intentar disfrutar a pesar del dolor.

—Lo haría si no fuera porque en realidad me muero por tener esta cosa hasta el fondo —dijo el muchacho moreno agarrando mi verga entre sus manos.

Aquella declaración me hizo respirar nuevamente. La idea de penetrar a ese atractivo muchacho no me provocaba dudas: quería hacerlo. Aunque el joven no tenía mucho trasero (casi nada, en realidad) estaba seguro de que disfrutaría de cada centímetro de mi miembro que se perdiera dentro de aquel cuerpo.

—Pues tú te lo pierdes —opinó el chavo que se encontraba debajo de mí al mismo tiempo que movía su cadera para reiniciar el mete y saca que habíamos interrumpido al cambiar de posición.

Sin embargo, tuvo que detener su movimiento otra vez para que el otro pudiera montarse sobre mí y clavarse mi herramienta tras haberme colocado un condón. Me sorprendió la rapidez relativa con la que lo hizo, pues solo puso sus piernas a mis costados, tomó mi polla con una mano apuntándola hacia su ano y comenzó a sentarse sobre mis caderas. Sentí como las paredes de su recto apretaban mi falo, demostrando que ese era un agujero muy estrecho. No obstante, a pesar del grosor de mi pene el chico no se detuvo en ningún momento hasta que sus posaderas se asentaron sobre mí. Además, su cara no expresó ningún dolor. Lo máximo que el joven hizo fue cerrar sus ojos e inhalar profundamente

Tal como lo supuse, penetrar ese culito era delicioso. Sin embargo, no había tenido en cuenta que yo también estaba siendo penetrado al mismo tiempo, por lo que el placer era el doble. aquella era la sensación más maravillosa que había experimentado en mi vida. Al estar en medio era yo quien movía las caderas, y era riquísimo sentir como mi pene se perdía en el culo del moreno cada vez que me movía hacia delante y como el pedazo de carne del chico de la panzita se me enterraba cuando la movía hacia atrás. No había instante en que no sintiera placer en aquella posición.

Sabía que no sería capaz de aguantar mucho tiempo en esa posición. Mi respiración comenzó a acelerarse casi al mismo tiempo que mis movimientos de cadera. El hombre debajo de mí movía igualmente sus caderas para lograr un mete y saca más profundo, y el chico sobre mí comenzó a mover sus caderas en círculo mientras me sonreía coquetamente. Era sumamente excitante ver su cuerpo delgado cubierto por una ligera capa de sudor, moviéndose mientras las paredes de su recto masajeaban mi pene.

—¡Me vengo, me vengo! —exclamé cuando sentí mi orgasmo aproximarse.

El joven debajo de mí pareció arreciar sus movimientos para hacer el mete y saca más rápido del encuentro, mientras que el muchacho sobre mí hizo algo que no me esperaba: me dio un beso. Aquellos labios delgados contra los míos me llevaron literalmente al cielo, y sentí como mi pene se vaciaba mientras esa boca se frotaba contra la mía. Por el otro lado, me di cuenta que el tipo de vello en pecho también había alcanzado su orgasmo, seguramente como consecuencia de las contracciones de mi recto. Lo noté porque el tipo metió su miembro lo más adentro que pudo y ahí lo dejó mientras suspiraba ruidosamente.

Nos quedamos un momento así. El chico que se encontraba sobre mí me daba besos que yo correspondía y frotaba su nariz contra la mía mientras el éxtasis del orgasmo se desvanecía lentamente. Finalmente el joven se puso de pie, sacándose mi polla de su interior y yo hice lo mismo con el tipo que se encontraba bajo de mí, aunque yo no me puse de pie, sino que simplemente me levanté solo lo suficiente para liberar aquel pito de mi trasero y volverme a sentar, pero esa vez sobre el pasto.

Me quedé contemplando al chico moreno que se encontraba frente a mí. Su cuerpo era realmente bello. Su único defecto era la falta de trasero, pero con aquel torso con los músculos ligeramente marcados y aquella verga que se alzaba elegantemente sobre su cuerpo rodeada por un vello bien recortado lo de las nalgas pasaba desapercibido.

Mientras contemplaba aquel cuerpo moreno perfecto, recordé que él no había llegado al orgasmo como el otro tipo y yo.

—¿Quieres venirte? —le pregunté.

—Solo si me ayudas —respondió el chico con aquella sonrisa coqueta que me empezaba a gustar.

Por toda respuesta me acomodé de rodillas justo frente a su entrepierna y me lleve su miembro a la boca. Disfruté cada milímetro cuadrado de la superficie de aquel miembro curvado, y a juzgar por la expresión del rostro de aquel chico él también estaba gozando con la mamada que le estaba dando.

El otro tipo se puso de pie y comenzó a vestirse sin decirnos palabra. Yo no podía decir nada con la boca llena, y aparentemente el muchacho moreno se encontraba muy entretenido con el sexo oral como para prestarle atención al otro. Una vez que el chavo de la ropa holgada terminó de vestirse se retiró, dejándonos al joven moreno y a mí solos.

—Eres muy guapo —me dijo él acariciando mi cabeza.

—Gracias —le contesté mientras tomaba su polla con mis manos para masturbarlo—. Tú también lo eres.

Continué masturbándolo al mismo tiempo que pasaba mi lengua por su glande. Él empezó a gemir con fuerza, e instantes después su falo comenzó a lanzar chorros de semen justo hacia mi cara. La mayoría de aquel fluido cayó dentro de mi boca abierta, aunque hubo un par de chorros que cayeron en mi barbilla y mi mejilla derecha.

Disfruté del sabor alcalino de la sustancia que tenía en la boca. No había nada que disfrutara más que deslechar a un hombre y después tragarme sus líquidos eyaculatorios.

El tipo bajó para quedar frente a mí, para luego obligarme a recostarme sobre el césped mientras él hacía lo mismo sobre mí. Recorrió mi rostro con su lengua limpiando el semen que tenía sobre la piel. Posteriormente me besó, compartiendo conmigo el sabor de su leche. Nuestras lenguas se enredaban la una con la otra al mismo tiempo que nuestros cuerpos desnudos se frotaban entre sí.

—Eres fantástico —me susurró él al oído cuando nos cansamos del beso, lo cual tardó un rato.

—No más que tú —le contesté estrechándolo entre mis brazos.

Aquel era un momento sencillamente perfecto. Me encontraba abrazado a un guapo chico tras haber cumplido dos de mis fantasías sexuales al mismo tiempo.

Mi vecina se desmayo de la follada

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Vivo en un barrio de monoblocks, entonces yo tenía 19 años, era virgen y venía de mi primer rechazo amoroso, tenía ganas de olvidar y fue entonces que Florencia se mudó a mi edificio. Florencia tenía 18 años, era bajita, morocha de pelo largo, y por sobre todo dueña de las tetas más descomunales que había visto. Era verano así que constantemente la veía en ropa insinuante, remeras sin mangas con la palabra Sexy escrita en el escote, shortcitos ajustados y polleras sensuales. Incluso una tarde de mucho calor la vi volver a su departamento en pollera y corpiño de bikini, ni ella ni las primas con las que vive tienen mucho pudor.

Cada vez que nos veíamos, en el palier, en la escalera, en la calle, nos saludábamos, ella me saludó por primera vez. Al poco tiempo de llegar al barrio todos los pibes de mi manzana estaban como locos, obsesionados con poseerla, sin embargo Florencia tenía una pose de inalcanzable. Me calentaba muchísimo, desde el primer momento que la vi quería agarrarla para partirla en ocho, pero no se daba la ocasión. Una tarde salí de mi departamento, a caminar sin rumbo, cuando al llegar al pie de la escalera la encontré y empezamos a hablar. En un momento me dijo:

–¿Te gusta mi pollera? –al tiempo que giraba para mostrármela.

A mí lo que me calentaba eran sus piernas fuertes, su culo superpoderoso y esas tetas descomunales. Florencia creyó que podía dejarme con las ganas como a los otros pibes, inmediatamente me abalancé sobre ella y le comí la boca. No lo esperaba, trató de resistirse y quería separarse. Aunque no soy alto sí le llevo algo más de una cabeza de diferencia, la sometí por la fuerza y me la llevé a la rastra al descanso de abajo de la escalera. Sin dejar de besarla pasé una mano por detrás de su espalda para apretarla contra mí, sentía la presión de esas tetotas contra mi cuerpo y quería hacerla mía; con la otra mano, totalmente abierta, le daba fuertes palmadas en su culo, para sentirlo en todo su esplendor y su gloria. Florencia me sacó la remera y comenzó a acariciarme la espalda. Metí esa mano en su concha y pude sentir cómo se iba poniendo húmeda. Al separarnos Florencia me miró con cara de viciosa y supe que estaba entregada, el momento que tanto esperaba había llegado. Se levantó la remera, no podía sacar mi mirada de sus tetotas, pesaban cinco kilos cada una y eran algo de no creer. Tenía un corpiño blanco, enorme y precioso, a medida que se levantaba la remera Florencia también levantaba las tetas, cuando terminó de levantarse la remera las soltó, se bambolearon dentro del corpiño de tan pesadas y movedizas, la sacudida me puso a mil. Volvió a acomodarse la remera, se desprendió los broches del corpiño, luego se sacó los breteles por los brazos y sin sacarse la remera se quitó el corpiño deslizándolo por una manga de su remera, con eso terminó de seducirme, me derretí.

Por debajo de la remera pasé mis manos para sentir esas tetas, no me alcanzaban para abarcarlas, eran muchísimo más enormes de lo que había pensado al verla vestida. De un tirón Florencia se sacó la remera y pasó al frente, tomó mi cara y la hundió entre sus tetas, me puso contra la pared y comenzó a asfixiarme, yo quería quedarme a vivir ahí para mandarme unas turcas infernales por toda la eternidad. Conseguí zafarme de sus manos y empecé a chupárselas, la abracé y la tiré al piso.

–No voy a parar hasta que te salga yogur –dije, sintiéndola bajo mi cuerpo.

Para entonces hacía rato que sentía algo descomunal molestándome en la entrepierna. Nos levantamos y Florencia me tomó de los huevos, quiso bajarme el cierre del pantalón pero la alejé. Comencé por sacarme las zapatillas y las medias, me saqué el pantalón y en mi boxer se vio sobresalir un mástil que pedía entrar. Florencia se pasó la lengua por los labios, no veía la hora de que le entrara. Pelé la verga, nunca antes me la había visto tan erecta, en cualquier momento me caía de boca por el peso. Florencia retrocedió asustada, pero al verse en ridículo se obligó a mantener la compostura, entonces tomó mi poronga con sus manos y la metió en su boca, la vi atragantarse, a duras penas logró meterla toda. La separé, era el momento de penetrarla. Entonces supe que tenía un problema, no tenía forros encima y no quería dejarla embarazada. Sólo tenía una solución, agarré a Florencia por la cintura y de un zarpazo la tiré boca abajo contra un escalón. Le levanté la pollera y me dejé deslumbrar, esas piernas potentes y ese culo increíble iban a ser míos. Llevaba un culotte blanco, de satén, que hacía juego con el corpiño. Sólo ese culotte separaba su agujero de mi pedazo, se lo bajé de un tirón. La lubriqué con la mielcita que tenía en la cabeza de la verga.

–Abrite un poco, negra, que te voy a entrar –le dije al oído y Florencia se abrió los cachetes del culo con sus manos.

Le entré de una. Ella pegó un rugido de dolor y de placer que debe haberse escuchado en todo el edificio, todavía no entiendo por qué ningún vecino salió a ver qué estaba pasando. A mí ya no me importaba nada, incluso quería que alguien me viera cogiéndome a la chica más descomunal del edificio. Su agujero era muy estrecho, podía sentir cómo me iba apretando la verga a medida que iba entrando. La sentí estremecerse bajo mi fuerza, a cada segundo todo el cuerpo de Florencia temblaba de dolor, la oía quejarse y más me alentaba. La vi aferrarse fuerte a las barandas de hierro de las escaleras, apretaba fuerte por el dolor que sentía, y entonces comenzó a llorar. Su llanto me puso como loco, todavía no se la había puesto toda, entonces se la mandé hasta el fondo, toda entera. Al hacerlo empezó a golpear las barandas, desesperada.

–¡Sacala, me duele muchísimo! –gritó.

Pero yo ya no oía nada, empecé a darle bomba sin piedad, quería perforarle un pulmón con mi pija, dejarla con dolor de costillas por una semana, inundarla de leche por dentro. Le amasaba las tetas, buscaba su boca para besarla sin dejar de bombearla, ella no dejaba de llorar y hasta me bebí una de sus lágrimas. La oía gemir y yo quería que no se terminara más, acabé con un rugido todavía más fuerte que el de ella, estaba por las nubes.

–Fue como un choque de trenes, ¿no? –le pregunté.

–Vos sí que podés dártelas de burro, me mataste, quiero más –dijo.

Si Florencia seguía en pie era sólo porque no había dejado de aferrarse a las barandas, pero la había destrozado por dentro. Intentó incorporarse como pudo pero no tardó en caer desmayada, con la pollera levantada y el culotte enredado en sus tobillos. Busqué las llaves de su departamento entre su ropa, y sólo con el boxer puesto la cargué en mi hombro, su cara contra mi espalda y su culo destruido al aire. Cuando despertó había pasado más de una hora, me encontró acostado junto a ella, en su cama. Se levantó y la acompañé a la ducha, la había dejado renga. Volví a cargarla en mi hombro al terminar de bañarse, la llevé a su cama y la dejé descansar. Antes de irme tomé su corpiño blanco y me lo llevé de recuerdo de mi primera vez, mientras escribo esta historia lo tengo sobre mi escritorio, lo veo y quisiera volver a repetir esa tarde.

Infiel por capricho

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Yo no hice nada por inducirla a ir conmigo a un motel. Ella solo me dijo- tengo ganas de acostarme contigo. Estas embromando-le conteste, recuerda que estas casada. Eso a ti no debe importante, estoy caliente y tu me gustas. Vamos ahi, hay un motel cerca. Le obedeci porque en verdad me gustaba. Tiene un bonito poto, lindas tetas y un cuerpo de modelo. Ya en la pieza se desnudo inmediatamente mostrado toda su belleza. Yo me calente de tal forma que me desnude en menos de un segundo. Nos abrazamos caimos en la cama y empezamos haciendo el sesenta y nueve. Tenia la zorra toda mojada pero no le tuve asco. Languetee y pronto llego a un orgasmo bestial. Me clavo sus uñas en mi trasero y yo le respondí con un mordisco en la chucha. Lanzo un grito y se lenvanto encaramandose encima de mi clavandose el pico hasta el fondo y empezo a cabalgar con furia. Volvio a tener otro orgasmo acompañado con gritos satanicos. La tuve que hacer callar. -Pueden escucharte y creer que te estoy pegando. Callo y otro orgasmo pero esta vez mas silencioso. La lucha habia terminado segun ella,pero yo le dije no. Me falta tu culito. Déjame devorarlo. La di vuelta y ella se puso mi penca en su hoyito, empuje y entro con poco esfuerzo. Cosa increible estando en esa posición ella vovio a acabar, con gritos mas silenciosos.

Ahora si termino la lucha erótica. Nos vestimos y cuando salimos de pronto me tomo del brazo y me empujo a una pieza. ¿Que pasa? le pregunto. Mi marido esta salidendo con una puta. Cielos digo escondamonos. Nos fuimos al patio y esperamos que el marido saliera. Marido y mujer en el mismo motel

Un viaje y unas buenas folladas

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Como esta historia es real, me tomé la liberad de cambiar los nombres y no identificar los lugares.

Mi nombre es Laura, conocí a mi marido, Pablo, cuando vine a estudiar a Buenos Aires, soy oriunda de un país Latinoamericano y el es de acá de Bs. As. Fuimos novios casi desde que nos vimos la primera vez, terminamos la carrera juntos y decidimos viajar a que Pablo conozca mi país. Recién terminada la universidad, no disponíamos de mucho dinero así que armamos nuestras mochilas pensando en viajar un poco en transporte público (ómnibus, tren o lo que sea, todo menos avión que no estaba a nuestro alcance) y no descartamos el auto-stop.

En uno de los tantos transbordo que hicimos nos equivocamos y terminamos en un paraje solitario a horas del lugar poblado más cercano. Lo único que había eran un puesto de policía caminera y una estación de servicio. Claro en lugar así los ómnibus pasaban una vez a la semana y tampoco había mucho tránsito. Hablamos con los agentes de policía y nos dijeron que lo más seguro era que viajemos en algún camión de larga distancia porque los demás seguro que desviaban en los caminos secundarios y nos íbamos a perder del todo. Ellos nos iban a parar alguno.

Así fue, al día siguiente nos recomiendan a un camionero que viajaba hasta la ciudad, no llevaba carga, sólo unos obreros que iban en la caja del camión bajo el toldo. Ahí pensábamos ir nosotros pero el agente les pidió si no me llevaban a mi en la cabina para que no me faltasen el respeto, los otros pasajeros llevaban varias cervezas en el estómago.
El camión era enorme, de esos con cabina para dormir y todas la comodidades para viajes largos, los choferes, dos, me miraron de arriba a abajo, medio me asusté pera como tenía la recomendación de la policía igual subí, me novio se despidió y subió a la caja que cerraron con el toldo para que no traguen tanto polvo, la mitad del recorrido era camino de tierra.
Arrancamos pero antes de salir de la estación de servicio nos hace señas uno de los agentes que estaba de civil, paramos y se sube a la cabina.
-Justo empiezo el franco, me acoplo al viaje.
Me miró con toda la lujuria que se pueda imaginar, me sentí totalmente desnuda e indefensa.
Arrancamos otra vez y todo era silencio. A los pocos kilómetros el poli dice
-Supongo que les gusta el regalito que les hicimos?
-Bueno… se ve bien… vamos a ver si sirve. -Contesta el que manejaba.
-Que decís nena, cómo te vas a portar? -El milico.
Se me paró el corazón, ahí entendí que el regalito era yo…
-Se va a portar bien… no le queda otra… siempre va a estar mejor acá con nosotros que si la bajamos sola y la encuentran los negros cosecheros, cierto ricura. -y me pasa la mano por encima de hombro el otro camionero acercándome hacia él.
Forcejeo tratando de zafarme
-Soltá, están locos, si me tocan los denuncio en cuanto lleguemos, en el destacamento saben con quien viajamos, ellos nos recomendaron.
-Sí mi amor, por que pensás que estoy acá… no pienso perderme la fiesta.
-Esto es muy fácil… o te sumás a la joda por las buenas o te violamos y te bajamos sola en el monte, al gringuito de tu novio lo bajamos cuatro o cinco horas después, cuando se encuentren otra vez vos ya habrás sido la mujer de diez o veinte cosecheros, nos ponemos de acuerdo?
No tenía escapatoria, me iban a cojer, me quedé muda, las lágrimas me corrían por las mejillas pero sin un sollozo.
-Por favor no me lastimen -fue lo único que atiné a decir.
-No es la idea lastimarte sino todo lo contrario… queremos pasarla todos bien. -El milico me seca la cara con la mano y me empieza a besar.
Todo fue muy suave, no se abalanzaron como bestias… eso me descolocó… yo pensé ahora me arrancan la ropa y me destrozan toda.
No… despacio me fuero besando los dos, la boca, el cuello, las orejas, las caricias fueron apareciendo de a poco… los hombros, la espalda, el vientre…
Cuando llegaron a los pechos yo no se si estaba excitada pero si entregada, no pensaba en resistirme.
-Ves que nadie te quiere hacer daño, dale, sacate la camisa… eso es, muy bien… ahora el sostén, despacio, no hay apuro… nos calienta verte.
Me lamieron los pezones hasta que los tuve duros, jugaban con sus lenguas alrededor de mis aureolas que cobraron toda la sensibilidad posible, no se cuanto tiempo así hasta que sentí la primera mano en mi muslo, de lado interno, subiendo lento a la entrepierna. Me empece a maldecir por dentro a mi misma, por más que me resistiese me estaba calentando, -no podés ser tan puta!- me decía, no hubo remedio… me calenté… traté que no se note, que ellos no lo vean pero ahí estaban mis pezones parados y mi conchita mojándose.
-Me das los pantalones por favor -no se quien lo dijo pero yo obedecí sin chistar y quedé con mi tanga negra ya toda mojada, no había forma de disimular lo que me pasaba.
-Me parece que todos lo estamos pasando bien, verdad? -me preguntan tocando los jugos que se corrían por mi pierna. Cuando rozaron mis labios se oyó mi primer gemido.
-Ahora sí! Ya empezó la fiesta! -dijo el poli y se agachó a lamer mi conchita.
-Todavía no me dijiste como te llamás -me dice el camionero.
-Laura -le contesto entre ayes y suspiros.
-Bueno Laura, yo soy Manuel, ahora le vas a chupar la polla a Manuel -y se baja el pantalón presentándome la pija totalmente parada y latiendo, parecía que ya iba a acabar, la tomo en la mano y se movía, no era muy grande pero si dura y con la venas muy marcadas. La llevo a mi boca y la voy lamiendo de la base a la cabeza hasta que la meto y chupo con fuerza toda su pija dentro de mi boca, grita de placer y me agarra la cabeza para sacudirme haciendo entrar y salir todo su poronga hasta mi garganta, lo dejo hacer, yo estoy más concentrada en mi conchita que está siendo lamida con una dedicación que me enloquece, es como si me lo hubiera hecho desde siempre, conoce todos mis puntos sensibles, la unión de mis labios en donde tengo ese único rulito de bello que mi novio no me dejaba depilar -no quiero estar con una nena, ese pelito dejalo- me decía. Bajaba la lengua casi sin abrir esos labios y volvía a subir justo antes de llegar al culito, al subir un poquito más de presión para llegar a los labios internos y terminar en el clítoris que queda atrapado entre la lengua y los dientes, para soltarlo con un beso sonoro que me hace largar otro montón de jugos.
Con esto ni cuenta me doy que estoy chupando la pija de Manuel como la más experta de las putas, tanto que me dice
-Para que no quiero acabar antes de cojerte -y saca su pija y me da un beso en la boca con toda su lengua que sumado a la chupada que me están dando me hace acabar. Me siento horrible pero no puedo contener la excitación.
-Dásela que te la chupe Juan, es una maestra, mientras yo quiero cojerla.
-Bueno, pero vamos a la litera, igual Pedro no ve por el espejo.
Me acuestan en la litera y Manuel se mete entre mis piernas a chuparme y meterme los dedos y Juan, el poli, se desnuda y me pone la verga en la boca, no la tiene muy parada pero parece grande, el es medio indio así que tiene poco bello y la tiene oscura, con mucha piel, cuando se le pare y llene toda esta piel va a ser muy grande, pienso mientras se la pajeo con mi mano y dentro de la boca le paso la lengua. Estoy rara, ya no se si me siento violada, no me doy cuenta de que pasa, estoy gozando… Que pedazo de puta! El pobre Pablo atrás siendo cornudo por pensar en mi seguridad.
Cuando Manuel me mete un dedo en el culito ni me doy cuenta que está haciendo, con Pablo hace rato que hacemos sexo anal, pero este no es Pablo y yo ni enterada con dos o tres dedos en la conchita y uno atrás sigo chupando a Juan que sigue creciendo y yo aumento mis gemidos y jadeos, ya ni intento disimular… estoy gozando y ya!
Cuando Manuel me apoya la cabeza en los labios para entrar en mi concha ya tengo concha y culo totalmente mojados y relajados, el culito ya recibió toda su lengua y creo que hasta tres dedos, entre saliva y mis flujos todo resbala y entra sin problemas. Al sentir la pija de Manuel dentro de mi concha, aprieto los musculos de mi vagina y Manuel se enloquece
-Ay que putita sos como me agarras con esa concha, quien diría con la carita de santurrona que tenías al subir al camión -y me da adentro y afuera con todo y como yo se cerrar todos los músculos de mi vagina, a pesar de no ser una gran pija con lo dura y venosa que es me pone de la cabeza y me hamaco al mismo ritmo que él.
Con el entusiasmo de la cojida ni cuenta del tamaño que tenía la de Juan, como para para película porno, que pedazo de verga y yo en lugar de asustarme me calenté más y perdí todo control.
-Quiero que me cojas, quiero saber si puedo con toda tu poronga, nunca vi algo tan grande.
-A ver Manuel, haceme un lugarcito que me quieren adentro.
-Que te monte ella.
-Eso, vení subite.
Y allá voy yo, arriba de Juan y su cañón.
Me senté sobre esa pija despacio, tratando de que se moje y corra suave pero lo mismo me hizo temblar… no de dolor, la excitación era muy grande y yo estaba bien dilatada y lubricada, me hizo temblar el sentirme tan llena, todo estaba ocupado, me parecía ver en mi vientre el bulto de su cabezota, ni bien sentí que tocó mi fondo acabé con un grito y me arqueé primero hacia atrás para derrumbarme sobre el pecho de Juan que me abrazó y empezó a besarme y a bombear dentro mio, suave pero firme.
Así yo pegada al pecho de Juan, mi culito a disposición de Manuel que no perdió el tiempo y con los dedos bien ensalivados me dilató y se acomodó arriba para cojer mi culito.
-No, esperá que salga Juan -dije.
-Yo creo que no, que mejor si estamos los dos adentro, sino es como si estuvieras con uno solo y cojer con dos es cojer con dos, no con uno primero y otro después.
-En eso tiene razón -dice Juan.
Antes de que la pija de Manuel me toque el culito, la sola idea de tener semejante pijota en mi conchita y además otra en el culo me excitó de tal manera que tuve un orgasmo tan largo que ni sentí a Manuel entrar a mi culo. Cuando tomé conciencia nuevamente nos estábamos moviendo los tres al mismo ritmo, sentía las dos pijas entrar y salir, las cuatro manos por todo mi cuerpo, las respiraciones agitadas… volví a acabar.
-Te animas a cambiar? -dice Juan sofrenando el ritmo.
-Vos en mi culito? Sos muy grande, me lo vas a romper.
-Tengo lubricante… y por otro lado con lo que llevamos no vamos a durar mucho… un mete y saca rápido y acabamos los dos.
-Los tres querrás decir, porque la muñeca no se queda atrás.
-Jajajaj- nos reimos los tres y nos separamos despacio, yo tengo miedo de que la pija de Juan me de vuelta como a un guante.
Me siento sobre Manuel que entra fácil después del ejercicio con Juan y este me pone una buena cantidad de lubricante y con los dedos me abre el culo más de lo que había hecho Manuel. Yo me muevo despacio sobre Manuel con miedo por lo que está por venir pero como no se apuran me excito de nuevo y me aflojo. Entonces Juan aprovecha y apoya mi culito… se va abriendo de a poco y siento que entra un mundo por él… me abre los cachetes con las manos y empuja otro poco…
-Dejame entrar nena… la cabeza ya está… empujá vos… así… vamos… vamos… aflojá… ahora…-y empujó todo hasta el fondo. Sentí que me desmayaba, un dolor como si nunca lo hubiera hecho… después se aflojaron mis piernas y claro también mi culo… empieza el pone y saca, suave… está todo lubricado y me excito… me olvido del dolor… por un momento pienso en Pablo… tomamos ritmo… entran…salen…entran…salen….Aaaahhhhh!!
-Voy!
-Y yo!
Con lo chorros de ellos dentro mio voy yo también!
-Hijos de puta… que cojida que se mandaron! -grita Pedro golpeando el volante.
-Nos olvidamos de Pedro -dije mientras trataba de recuperar la respiración.
-A Pedro no le importa… le gusta mirar… y ahora en un par de kilómetros se baja Juan, yo agarro el volante y lo cojes a Pedro.
Se bajó Juan, Manuel tomó el volante y yo cojí con Pedro, no gran cosa después de lo anterior pero él estaba tan caliente que lo gozó un montón y yo… y yo también…

Tardé varios años en contarle esto a Pablo, estaba planeando un viaje al África y ahí se lo conté, en África tampoco hay buenos transportes y mucho hay que hacerlo a dedo por lo que me pareció que tenía que saber lo que había pasado…

Otro día les cuento el viaje por África…

Laura

Mi santurrona prima francesa

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Os voy a relatar una historia que me sucedió hace bastante años y que me dejó marcado de por vida.
En verano del 2000, contaba yo con 18 años recién cumplidos. Eran vacaciones  de verano y acordé con mis padres en pasar con ellos una semana y media en la torre que tenemos en la costa.
De pequeño, siempre me lo había pasado bien durante las semanas que pasaba allí, pero desde hacía dos o tres años, ya no me divertía tanto, pues algunos amigos de la urbanización o bien ya no iban por allí,  o directamente se habían vuelto gilipollas.
El caso es que quería quedarme las vacaciones en mi residencia habitual, pero al final claudiqué, y acompañé a mis padres durante aquella pesada semana y media.
Como ya no tenía con quien juntarme, decidí reservar esos diez malditos días a no hacer nada. Simplemente me dedicaría a comer, leer, dormir, y posiblemente, dar algún que otro paseo en solitario por la playa.

Ya andaba en mi tercer día de reposo, cuando mi padre me advirtió que vendrían a pasar unos días con nosotros unos familiares franceses, que para más inri, hacía mucho tiempo que no los veía.
Tenía algún vago recuerdo sobre aquellos extraños parientes. Creo que era una prima segunda por parte de madre, y sobretodo, recuerdo que eran algo beatillos, motivo por el cual, mi padre me recordó que no soltara ningún taco delante de ellos.

La prima de mi madre, estaba casada con un sacerdote anglicano (creo que se dice así), ya sabéis, de esos que pueden contraer matrimonio e incluso tener hijos.
En esta ocasión, se trataba de una hija, única, que tenía la misma edad que yo.
Este, en fin, era el único detalle que me mantenía en vilo de aquella inoportuna visita, por lo menos ver como había crecido aquella chica, que creía que iba para monja.
En apenas dos días, se presentaron allí aquellos familiares, yo les esperaba en el comedor. Primero le di la mano al cura, luego besé tres veces (como es la tradición en Francia) a la prima de mi madre, y por último, besé también tres veces a la hija.

La verdad es que la “primita” (permitidme que le llame así) me sorprendió bastante. Reunía todas las cualidades de las que se podía esperar de una francesa de 18 años.
Buen cuerpo, aunque no dejaba mucho a la imaginación, anchos labios, algo de pecas por los mofletes que daban un aspecto algo travieso a su conjunto facial. Todo eso mezclado con el sensual acento francés, Bonjour mon cousin..tout ça va…y cosas por el estilo, hacían de ella una chica muy, muy apetecible.

Sin embargo, yo ya sabía que no tendría nada que hacer con ella, pues durante la comida, los franceses se encargaron de ponernos al día en cuanto a su vida y obra.
Me interesé especialmente por ella, y pude deducir, que justamente esta año había dejado el internado de señoritas en el cual había estado recluida toda su niñez y adolescencia, y que el año que viene iría a la universidad a estudiar no se qué chorri-carrera.
Pongo esto en boca de sus padres, porque es la verdad, ella apenas hablaba, solamente para afirmar o para comentar algo en voz baja a su mama.

Una vez concluida la comida, me dirigí hacia la buhardilla ubicada en el tercer piso, al lado del solarium. Allí es donde de pequeño me solía masturbar, y decidí recuperar aquella vieja costumbre, pues los parientes lejanos se habían apropiado de mi habitación, y yo tendría que dormir durante los días de su visita en el sofá del comedor.
Como decía antes, me escabullí de la hora del café de los mayores y me dirigí a mi íntimo palacio, donde le dediqué una gloriosa masturbación con una buena corrida a mi prima lejana.

Por la tarde, prácticamente me obligaron a dar una vuelta con mis padres y los franceses. No exagero si os cuento que fue una de las tardes más aburridas que he pasado en mi vida.

La verdad, es que el curilla cada vez me caía peor, amen de la santurrona de su madre.

Por la mirada de la chica, yo diría que no era como ellos. Notaba cierto brillo en sus ojos que denotaban algo de amargura en su recluida vida, además de ciertos gestos faciales despectivos cuando tenía la palabra su padre.
Yo quería conocer más a aquella chica. Quería sacarle eso que tenía dentro, y ya no simplemente por tener alguna aventura sexual con ella, si no por el hecho de entretenerme con algo o con alguien.

Durante la cena y la noche, no pasó gran cosa, estuvimos en casa y charlamos algo hasta que poco a poco todos nos fuimos a la cama y yo al sofá. Los acontecimientos pasaron al día siguiente.

Aquella mañana me desperté pronto, pero no tenía ganas de hacer nada, así que me hice el dormido.
Sobre el mediodía, bajé a la cocina a desayunar y noté la ausencia de las dos mujeres de la casa, que habían salido a desayunar.
Busqué a la reina de la casa, pero no la vi, que extraño. De todas formas, decidí subir a la buhardilla a fumarme un cigarrillo a escondidas, y quien sabe, si a quitarme la excitación matinal.
El hecho, es que me dirigí hacia el solarium, y cual es mi sorpresa, cuando veo allí a la mademoiselle.

Estaba apoyada en la barandilla, contemplando el mar, se dio la vuelta, me sonrió y me dedicó un cariñoso y meloso bonjour que le respondí. Durante un instante hubo un silencio criminal, hasta que le pregunté algo (no me acuerdo, estaba algo nervioso), y comenzamos a entablar conversación, en francés, puesto que ella sabía poco de castellano, y yo, por suerte tenia nociones de la lengua gala gracias al colegio.

Durante unos cinco minutos, estuvimos charlando sobre temas banales. No me decidía a sacar mis cigarrillos, pues me daba algo de corte delante de ella, pero cual fue mi sorpresa cuando fue mi prima la que se adelantó y sacó de su bolsillo un paquete de cigarrillos.
Me ofreció uno, no obstante, lo rehusé y me encendí uno de los míos.
Ella adivinó por mis gestos que estaba sorprendido por el hecho de que ella fumara.
En pocas palabras, me vino a decir que llevaba fumando desde hace más de cinco años, y que…no era tan  beatona como a primera vista podía parecer.
Poco a poco, incluso llegamos a intimar y me confesó que estaba deseando comenzar este curso universitario para el siguiente año poder pedir plaza en una universidad de otro país y poder independizarse de sus beatos padres.
También, confirmó mis sospechas y reconoció secamente que sus padres la tenían secuestrada desde hacía bastantes años, que la obligaban a ir a aquel colegio de monjas…aunque no todo había sido tan malo en aquel internado.

Justo cuando se ponía mas interesante la conversación, apareció el aguafiestas de mi padre para decirnos que teníamos que bajar a comer.
Nos pilló fumando, aunque él ya sabia que yo fumaba, más que nada, me escondía de mi madre, pero mi padre se quedó al igual que yo, algo sorprendido por el hecho de que aquella supuesta santurrona fumara como un vulgar carretero.

Durante la comida, apenas sucedió nada interesante, pero por la tarde al igual que la anterior, me secuestraron para acompañar a toda la familia a ver unas ruinas romanas que se encuentran cerca de la urbanización.
Aproveché la oportunidad y entablé algo de conversación con ma jeune femme, hecho que noté que ella agradeció mucho, pues mas tarde me comentó que a ella las ruinas le importaban poco más que a mi.
Durante la visita, mi prima me golpeó con el codo para indicarme a escondidas algo. Era un graffiti de la época donde se podía apreciar un pene bastante grotesco de tamaño.
Más que nada, me gustó la cara de niña traviesa con que me miró cuando me señaló aquel enorme falo.
Yo había estudiado latín en el colegio y le comenté que los romanos tenían una vida sexual muy fructífera, a lo que ella me respondió con un insinuante…”ellos si que sabían vivir…”

Después de la cultural visita, nos dirigimos otra vez hacia casa a cenar y a pasar de forma aburrida y santurrona lo que quedaba de noche.

O eso es lo que me imaginaba.

Noté que mi mademoiselle me buscaba con la mirada, cuando la encontré, disimuladamente me hizo un gesto con los dedos como si estuviera fumando.
Capté el mensaje, esperé que ella se escabullera, (dijo que se iba arriba a leer). Poco tiempo más tarde, yo también puse otra excusa y me fugué, aun notando cierto gesto de suspicacia en el rostro de mi padre.

En la oscuridad del solarium, destacaba el punto anaranjado del cigarrillo de la femme fatale. Me ofreció uno, esta vez si que lo acepté.
Hablamos un buen rato, hasta que ella dijo que quería beber algo.
Ese algo, obviamente, denotaba algo alcohólico. Yo le dije que podríamos salir a la calle,  tomar algo en algún bar, pero me contestó que su padre le tenía prohibido salir fuera, y menos conmigo, pues no le gustaba ni un pelo mi pinta.

A propósito, me recordé del mueble-bar de abajo. Rápidamente, construimos un plan y convenimos en bajar y esperar que todos se fueran a dormir para subirnos aquí arriba con el alcohol.

El primer paso, era bajar y esperar a que los mayores se fueran a la cama, cosa que a juzgar por lo ameno de la conversación que tenían, deduje que acabarían pronto.
Y así fue, en apenas media hora la maman anunció que se encontraba algo cansada. Como era natural, su marido le secundó y, ambos, junto con su hija se marcharon a su dormitorio, no sin antes, esta última lanzarme un furtivo guiñó que interpreté como una confirmación de nuestro plan.

Un poco más tarde, mis padres también se fueron a descansar, yo me quedé en el comedor “a ver la tele”.
Cuando hubo transcurrido un tiempo prudencial, me marché otra vez hacia la terraza, punto de reunión.
La chica tardaba algo en subir. Para amenizar la espera, decidí hacerme un joint que lo fui consumiendo muy despacio… tan despacio, que hasta incluso me puse algo nervioso…vendría? Y si así es, ¿Qué haremos? ¿de que hablaremos? ¿Me la acabaría tirando?
A medida que se iba consumiendo mi cigarro, mis nervios iban en aumento. En mi momento cumbre de arrepentimiento, apareció ella.

Nos sentamos y en un instante ya teníamos servidos los dos un buen combinado.

En un principio, hablamos de banalidades, nada importante que destacar, hasta que comenzamos a hablar de nuestra reciente etapa escolar.

Como he dicho antes, mi prima estuvo interna durante gran parte de su adolescencia. Poco a poco, observé que todos los tópicos que yo venía pensando respecto a mi jeunne femme se iban cumpliendo.

En efecto, a medida que íbamos bebiendo, me explicó sus primeras aventuras homosexuales con otras internas. Me acuerdo especialmente, de una, donde por lo visto 6 o 7 chicas comenzaron jugando a inocentes juegos y terminaron en una exquisita bacanal.
A medida que ella explicaba esto, obviamente mi excitación iba en aumento, al igual que la de ella, que poco a poco se notaba en su manera de expresarse y dejar colgadas según que tipos de frases…

En verdad era una situación muy excitante, tal como revelaba el pequeño bañador que llevaba.
Ella se dio cuenta de ello y sonrió. Con la mano realizó un inequívoco gesto.
-quiero que te masturbes-… y así dijo mientras se levantaba la camiseta y dejaba sus magníficos pechos a mi vista.

Instintivamente, saqué mi miembro de la prisión y comencé a masturbarme delante de mi prima, mientras ella jugaba frotándose sus pechos y pellizcándose suavemente los divinos pezones.
Poco tardé yo en eyacular y no dudé en acercarme a ella y echárselo justo delante suyo. Esto pareció que la excitó sobremanera y comenzó a tocarse tímidamente por encima de su pantalón.

Yo quise llegar más lejos y empecé a tocarla, pero ella me rechazó. Me dio un largo beso en la boca y se despidió…Mañana más, me dijo.


Me folle a mis sobrinos brutalmente

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Siempre descreí de los límites que impone el comportamiento social, de los tabúes, de la cosa formal. Soy fundamentalmente una transgresora. Eso sí, nadie lo sabe, más allá de aquellos que comparten mi forma de ser. Tengo la habilidad para simular que soy recatada, sumisa y formal. De otro modo, mi vida sería un infierno. Por esta razón pude construir una familia normal, casada con un respetable ejecutivo y con un hijo de 19 años, Andrés. Que, por supuesto, no salió a mí. Es estructurado como su padre, serio, trabajador y excelente estudiante de Ingeniería. Y nos llevamos estupendamente. Claro, que si le contara mis fantasías, mis reales anhelos o mis aventuras, me odiaría. Igual que mi marido, Alberto. Bueno, en realidad creo que si Alberto conociera mi verdadero yo, nunca se hubiera casado conmigo. O nos hubiéramos divorciado muy rápidamente.

Por suerte, hoy tengo dos cómplices con los que compartir mis ansiedades, mis más íntimos secretos. Parece un sueño que a los treinta y ocho años me haya podido relacionar con ellos. Tienen veintiún años los dos. Matías, mi sobrino carnal, hijo de mi hermana Sandra y Nicolás, hijo del hermano de mi esposo. Son dos soles. Todo comenzó hace tiempo, unos seis años. Me dí cuenta de que me miraban de una forma distinta. No como se mira a una tía, o a alguien de la familia. Claro que a los dieciséis años, ellos se devoraban con los ojos a cualquier hembra que les pasara cerca. Y yo no podía ser la excepción. Mido un metro setenta y cinco, tengo buen cuerpo y, modestamente, llamo la atención, aún sin proponérmelo. Más aún cuando me lo propongo.

El caso es que me gustaba esta situación. En las reuniones de la familia, se las ingeniaban para sentarse frente a mí y bastaba un cruce de piernas para que sus ojos me exploraran toda. Brillantes, lujuriosos. Nadie se daba cuenta salvo yo. Y nunca dije nada, para no cohibirlos. Casi como un juego, comencé a buscar su proximidad, procuraba estar aparte con ellos, conversaba de todos los temas. Se aficionaron a venir a casa, a pesar de no ser precisamente amigos de Andrés. Yo sabía que venían por mí. Y eso me encantaba.

Conforme iba pasando el tiempo y la intimidad entre nosotros crecía, usaba ropa más atrevida cuando estábamos los tres solos. Escotes, faldas cortas, algún camisón insinuante en sus visitas mañaneras. Los tenía pendientes de mi cuerpo.

Recuerdo una mañana en que con la excusa de que les explicara francés, aparecieron en casa cuando Alberto estaba en el trabajo y Andrés en el colegio. Ellos habían faltado a clases a escondidas de sus padres, me confesaron después.

Era junio y hacía un frío de mil demonios. Estaba en la cama cuando sonó el timbre y por el portero eléctrico me dijeron :

– Tía Clara, somos nosotros, Nico y Matías.

– Suban – contesté. La calefacción del departamento es fuerte, y yo había hecho el amor con mi marido la noche anterior, por lo que estaba desnuda. Pensé en ponerme una bata, pero me decidí por la chaqueta del pijama de Alberto. Sería más excitante para ellos. Me llegaba a los comienzos de los muslos, descubriendo todas mis piernas. Les iba a fascinar. Y dejé los dos primeros botones desabrochados, para que pudieran ver algo de las tetas. Sé que les llaman mucho la atención. Tengo 105 de busto…

– ¡Hola! – saludó Nico cuando abrí la puerta, dándome un beso en la mejilla. Matías hizo lo mismo, pero me rozó los pechos ligeramente, como al pasar. Es más atrevido que el primo.

– ¡Que sorpresa! – dije.- ¿Qué hacen por aquí? – aunque ya sabía la verdadera razón.

– Necesitamos que nos expliques francés – la carita inocente de Nico ocultaba sus verdaderas intenciones. Sabía disimular muy bien.

– ¿Desayunaron? – pregunté, sin poder evitar una sonrisa.

– No…- mientras contestaba Matías, los dos se sentaron estratégicamente en el sofá frente a la mesa ratona, con lo cual yo me tendría que sentar en el sillón frente a ellos. Parecían haber estudiado la táctica. Me divertía el juego. Me encaminé a la cocina sintiendo sus miradas sobre mí. Procuré mover las caderas y que los pechos se balancearan al andar. De reojo, vi brillar dos pares de ojos.

– ¿Trajeron los libros? – me incliné delante de ellos al servirles café. Sus ojos se perdían en mi escote. Me entretuve para que pudieran disfrutar del panorama, y luego me senté. Mantuve las rodillas juntas por algún tiempo mientras sorbían el café. Cuando terminaron y me mostraban el libro con las supuestas dudas, fui separándolas lentamente, mientras les aclaraba las dudas. No les pregunté nada sobre el texto, pues estaba segura de que no prestaban atención a eso. Las miradas fijas entre mis dos piernas. Fingí acomodarme y las abrí más aún. Ya debían poder ver los pelitos de mi conchita. Estaban ruborizados, inquietos. Durante más de dos horas les dí un espectáculo que sería inolvidable. El culo, las tetas, la concha, no se perdieron un detalle. Me causaba gracia ver como trataban de disimular los bultos en sus pantalones al levantarse. Finalmente partieron. Yo estaba realmente divertida. Y algo excitada, debo reconocerlo.

Al crecer, se transformaron sus cuerpos a causa de los deportes; los antes flacos y desgarbados adolescentes se convirtieron en dos hermosos hombres, altos y fibrosos, lindos como pocos. Se parecían entre sí. Ambos de cabello oscuro, Matías los ojos claros y Nico pardos, miradas rectas, francas, penetrantes. Piel morena por el sol de todo el año, inclusive en invierno. Pasé a ser yo la que se babeaba mirándolos .

Nuestra relación se fue haciendo más íntima y desinhibida. Tácitamente parecían entender que la cosa quedaba entre los tres, y evitaban todo comentario o situación que pudiera comprometer nuestro secreto. Eso era evidente. Delante de la familia o en las reuniones sociales, los diálogos eran convencionales, normales. Pero cuando estábamos solos la cosa cambiaba, los temas se fueron haciendo más comprometidos, el juego de miradas era explícitamente erótico y no ocultábamos la atracción que ellos sentían por mí ni la que yo experimentaba por ellos.

– Clarita, cada día estás mejor – me susurraba bajito Nicolás, una tarde en la confitería del Club Náutico. Estábamos en el bar. Para variar, Andrés estaba en casa de la novia y Alberto jugaba al tenis con su hermano y mi otro cuñado. Sandra y la madre de Nico estaban en la pileta. – Si no fueras mi tía…

– Sí, ya sé … – dije riendo, mientras los ojos de mis sobrinos se perdían por la abertura del pareo con que cubría mi bikini – …y si ustedes no fueran mis sobrinos, ni te cuento – me encantaba alentar sus fantasías para conmigo –Pero soy su tía, de modo que basta de mirarme las tetas, se van a atragantar…

– Algún día, te podrías apiadar de tus sobrinos y dejarnos verlas…- la mirada pícara de Matías era toda una invitación. No pude resistir la tentación de jugar con sus sentidos.

– Claro, yo caliento el agua, y después las chicas se toman el té…- procuré ponerle a mi sonrisa toda una carga de insinuación.

– Bueno, si te lo tomás vos, mejor…- no pensé que Nico se insinuara tan abiertamente. Era la primera vez. Ya no se trataba sólo de miradas…

Terminamos los cafés y nos reunimos con las mujeres en la piscina. Traté de conversar con ellas, pero no podía concentrarme. Mis sobrinos, además de mirarme, querían cojerme. Eso me tuvo agitada todo el resto de la tarde. Sentía la conchita húmeda y las mejillas ruborizadas. ¡Qué sensación! Esa noche, en la cama con Alberto, la lujuria me desbordaba. Pero por más que él respondió muy bien a mis impulsos, no podía quitarme de la cabeza a mis sobrinos. Imaginaba que me cojían. Los dos, primero por turnos y luego juntos. ¡Por favor! Tuve como cuatro orgasmos seguidos.

Al día siguiente, domingo, salimos todos a navegar en el velero. Mis sobrinos habían completado el curso de náutica y guiaban la nave por solitarios ríos del Delta. Los miraba ir y venir y mi sangre se revolucionaba.

– ¡Lindos sobrinos tengo! – les espeté cuando volvimos, mientras los demás se cambiaban en los vestuarios del club – ¡Seguro que salen a navegar con las chicas y a la tía no la invitaron nunca! – dije, en tono de fingido reproche.

– ¡Cuando quieras, salimos! – se defendió Nico.

– ¡Seguro, no te invitamos antes porque pensamos que no te divertirías! – aseguró Matías.

– ¡O piensan que se aburrirían con una vieja! – seguí el lamento – ¡Claro, seguro las chicas están mejor que yo! – procuraba parecer realmente ofendida.

– No te pongas celosa, Clarita – Nico apelaba a toda su dulzura – Sabés que para nosotros no hay otra diosa como vos…

– ¿Te gustaría salir el martes? – propuso Matías. Ya los tenía donde yo quería. El lunes estaba como loca. Me depilé toda. Hacía algún tiempo que había escuchado un comentario entre ellos donde decían que les gustaba ver las fotos de Internet donde las modelos se rasuraban totalmente la conchita. Les daría la sorpresa. Parada frente al espejo, miraba mis tetas. Las aureolas de los pezones, grandes, unos 8 centímetros de diámetro, y oscuras. La conchita y el culo depilados. Definitivamente, se iban a morir…

En algún momento, reparé en que, decididamente, estaba pensando en desnudarme delante de ellos. Esa certeza me excitó totalmente. Separé las piernas y me acaricié el pubis, que estaba empapado. El olor de mi flujo fue el detonante. Me masturbé deliciosamente hasta que sobrevino un orgasmo estremecedor. El martes por la mañana, Alberto se fue a trabajar temprano. Andrés estaba en la quinta de unos amigos de la novia. Tenía que encontrarme con mis sobrinos a las nueve en el club, de modo que me preparé y salí después de desayunar, vistiendo una túnica hindú y unas sandalias. La ropa interior, la puse en el bolso, junto con el bikini, la toalla, crema bronceadora y otras menudencias. Estacioné en un lugar apartado para no llamar la atención de los empleados del club y me dirigí al embarcadero, donde me esperaban ellos.

– Quitate las sandalias – me dijo Matías luego de los saludos – Para no resbalar en el barco…

– ¿Me ayudás? – dije, levantando un pie. La túnica corta desnudaba mis piernas. Al inclinarse para hacerlo, los ojos de mi sobrino se abrieron desmesuradamente, pero no comentó nada.

– ¿Lista para disfrutar? – me preguntaba Nico.

– Totalmente – respondí, mientras al caminar me movía de manera que se balancearan mis pechos libres del sujetador. Ellos debieron notarlo. ¡Como me gustaba sentirme deseada de esa manera! Navegamos por espacio de una hora. En un momento, una cuerda cayó sobre la cubierta de la nave y me pidieron que la levantara. Corrí hasta allí y al juntarla, mi túnica se levantó por la brisa, desnudando completamente mi culo. Debió ser todo un espectáculo para ellos, porque cuando me volví, sus ojos brillaban. Pensé en bajar al camarote a ponerme el bikini, pero deseché la idea. Quería excitarlos un poco más. En cambio, les ofrecí café, que aceptaron. Mientras lo bebíamos, sentados en nuestras sillitas, maniobraron el barco hasta detenerlo en un solitario recodo del río. Era un pequeño paraíso.

– ¿Nos vamos a quedar aquí? – pregunté, asomándome por la barandilla para observar el remanso.

– ¿Te gusta este lugar? – me dijo Matías – Podemos nadar y tomar sol…

– No hay nadie…- comenté, mirando a mis sobrinos, que me habían rodeado con sus brazos, uno a cada lado.

– Ningún mirón…- Nico tenía los ojos encendidos.

– Salvo ustedes… – reí y ellos festejaron la broma.

– Pero con nosotros, ya estás acostumbrada – reía Matías con picardía. Sabía que me gustaba que me miraran. Me volví hacia ellos, sonriendo.

– ¿No estarán pensando que me voy a desnudar? – quería ver sus reacciones.

– Y…- ahora era Nico el que ponía cara traviesa -…ya estás casi desnuda…

– Y no se va a enterar nadie – recalcó Matías – Entre nosotros hay confianza…

– Me parece que ustedes tienen muchas ganas de verme en bolas…- sonreí, levantando los brazos. Sentí la túnica abrirse por delante, mostrando algo de mis pechos. –Pero…¿qué me van a hacer si me desnudo? – me fascinaba exacerbar sus morbos, agitar su imaginación. Mi conchita ya se humedecía. Pensé que realmente soy muy puta.

– Nada …- Nico trataba de que no retrocediera

– ¡Ah, entonces no! – reí, viendo las caras de sorpresa de ambos ante mi descaro. Al hacerlo, me apoyé contra ellos, que me abrazaron inmediatamente.

– Bueno, te hacemos lo que vos quieras…- susurró Matías en mi oído. Sentí su aliento tibio sobre mi cuello y su mano acariciar mi espalda. Mis pezones se endurecieron, marcándose sobre la fina tela de la tunica. Separé mis pies, sintiendo la brisa de la mañana acariciar mis partes más íntimas.

– ¿Lo que yo quiera? – pregunté, insinuante, mi boca entreabierta cerca de la de Nico era una tentación que él no pudo resistir. Me besó profundamente, jugando con su lengua mío. Me sentí penetrada y me descontrolé. Basta de juegos. Quería que me cojieran en ese momento. Los dos. La mano de Matías se deslizó por debajo de la túnica y me acariciaba la conchita. Sabiamente. Separaba los labios vaginales y jugaba con el clítoris, provocándome un sin fin de sensaciones, cada cual más placentera. Noté que introducía un dedo y abrí más las piernas para darle lugar, mientras Nico había abandonado mi boca y chupaba mis pezones erectos por encima de la túnica. Ni una palabra. Todo estaba sobreentendido. Desde hacía mucho tiempo, los tres sabíamos que terminarían cojiéndome.

Como pude, me quité la túnica y me recosté sobre la baranda, las piernas abiertas exponiendo la concha rasurada. Me miraron maravillados.

– ¡Clarita, tenés toda la conchita depilada! – La voz de Matías sonaba ronca mientras descendía con su lengua por mi vientre hasta llegar al pubis. Acaricié sus cabellos, guiando su boca hasta donde él y yo queríamos que llegara. Sentí su lengua recorrer todo mi sexo y penetrar en mí, mientras la de Nico hacía estragos con mis pezones. Me llegó el primer orgasmo. Intenso e inesperado. Grité mi placer en la soleada mañana.

– ¡Que puta sos, Clara! – Nico se colocaba detrás de mí, sus manos acariciaban con violencia mis tetas mientras una de las mías buscaba su verga por debajo del pantaloncito. Al llegar, traté de asirla. ¡Era enorme! Mi mano a duras penas abarcaba su contorno.

– Mmmm…nene…- suspiré -¡Qué pija tenés! – al imaginar semejante miembro dentro mío, mi conchita se contrajo en un nuevo orgasmo. Matías levantó su cara, empapada por mis jugos. Irguiéndose, me besó salvajemente en la boca y pude percibir el gusto de mi propio flujo. Agradable.

– Me parece que a vos te gustan mucho las pijas – me susurraba con voz grave, y yo introduje mi otra mano por dentro de su pantaloncito, buscando la de él. También era interesante. Algo más chica que la de Nico, pero mucho mayor que la de Alberto. Sentí que me volvía loca con aquellos trozos en mis manos.

– Me quieren cojer …- murmuré – Quieren cojerse a su tía…

– Y vos te morís de ganas de que te cojamos, putita – Nico adivinaba mis pensamientos y ya no tenía secretos para ellos.

– Siii…- me entregué, tirando de su short hacia abajo, sentí su pija dura entre mis nalgas y sus vellos rozar mi piel -..sii, soy muy puta, quiero que me cojan toda, quiero sentirlos dentro mío…- estaba desbocada, tirando del short de Matías hasta dejarlo desnudo y él comenzó a frotar su verga contra mi conchita, entre mis piernas abiertas, volviéndome loca hasta casi perder el conocimiento.

Nunca me había sentido de esa forma. Tan caliente. Esa es la definición perfecta. La sangre corría desaforadamente por mis venas, mi corazón golpeaba en el pecho, el sudor en mi piel, la saliva de mis sobrinos. Todo era un fuego. Mi espalda contra el pecho de Nico, que apoyado en la baranda del velero, amasaba mis tetas sin piedad, causándome una mezcla morbosa de dolor y placer, y mordía mis hombros y mi cuello. La verga de Matías frotándose contra mi concha hasta quedar totalmente empapada por mi flujo; levantó mis piernas, dejándome suspendida en el aire, sostenida únicamente por los brazos de los dos primos.

– Sentíla entrar – me dijo y me preparé para que me penetrara. En cambio, me empujaba hacia su primo y fue la pija de Nico, tremenda vergota, la que se abrió camino entre mis piernas totalmente abiertas hasta la entrada de mi vagina. Noté la presión y aquel falo enorme adueñarse de mis sentidos. Centímetro a centímetro me la fue metiendo entre mis gritos de placer y mares de flujo que salían de mi vagina.

– ¡Ay Nico, qué tremenda poronga! – me escuché a mi misma bramar de lujuria – ¡Me vuelve loca, me vas a destrozar la conchita!

– ¡Ya la tenés toda adentro! – me susurraba bajito, dulcemente – ¡Gózala, que te gusta! – apenas un movimiento de vaiven y sentía todo su miembro dentro mío, hasta el estómago. Se retiró dejandome con ganas de más, al tiempo que Matías se recostaba sobre una toalla y me invitaba a cabalgar sobre él. Sin dudarlo, abrí las piernas y descendí sobre su pija, que entró en mí con una increíble facilidad. El miembro descomunal de Nico quedó a la altura de mi cara, y alargué una mano con la intención de llevármelo a la boca. Quería chuparlo todo. Estaba resbaloso, totalmente lubricado.

– No seas golosa…- la sonrisa de Matías era totalmente zafada, mientras su primo se colocaba detrás de mí, empujándome sobre su pecho. Los dedos de Nico acariciaban mi ano depilado, humedeciéndolo y entrando y saliendo. Adiviné sus intenciones.

– ¡Noo! – me espanté – ¡Nico, me vas a romper todo el culo!

– Tranquila….- Matías, adivinando mi temor, comenzó a dar más ritmo a su bombeo dentro mío, sobándome y chupándome las tetas, de modo que mi atención volvió a concentrarse en él y disfrutar de las caricias de su primo en mi culo. Otro orgasmo me hizo olvidar totalmente mis temores.

– ¿Querés sentirla en el culito? – Me susurró Nico meloso, advirtiendo que por el placer que sentía aceptaría cualquier cosa que me propusiera.

– Sí…-accedí – …despacito, hacéme gozar…

Sabiamente, como un experto, apoyó la cabeza de su enorme verga en mi ano, que se comenzó a dilatar. Sentí un calor que me invadía, clavé mis uñas en los brazos de Matías que no paraba de chupar mis tetas. Sentí aquel monstruo penetrar dentro mío lentamente. Me vi penetrada doblemente por mis dos sobrinos y aquella imagen me puso de tal manera que estallé una vez más.

– ¡Clara, acabaste como cuatro veces ya! – Matías estaba maravillado de cómo gozaba yo con ellos dos. – ¡Sos una máquina!

– ¡Ponémela toda! – grité, totalmente zafada – ¡Rómpeme bien el culo, la quiero toda!

– Despacio, disfrútala – la voz calma de Nico me hizo enervar aún más, ya sentía mis intestinos invadidos – Falta la mitad…

Me desaté totalmente. Si con media pija dentro sentía todo aquello, cuando entrara toda, sería la gloria. Comencé a agitar mis caderas, sintiendo el roce de los testículos de Matías hasta que los vellos de Nico se apoyaron en mis nalgas. Sus dos vergas se encontraron dentro mío.

-¡Ya está! – Nico inició un movimiento de entrar y salir de mi cuerpo al igual que su primo. Los sentía vibrar dentro de mis orificios, experimentando múltiples orgasmos. Quería que acabaran dentro mío.

– Quiero que me llenen toda – murmuraba – quiero la lechita de los bebés….

– ¡Voy a acabar! – avisó Matías y un segundo más tarde las contracciones de su verga derramaban chorros de semen tibio en mi vientre. Eso pareció acelerar a Nico que también estalló en mi intestino con gruñidos de placer. Por suerte, yo había acabado tantas veces que pude estar despabilada para sentir sus eyaculaciones y gozarlas plenamente.

Durante un tiempo más me abrazaban y besaban tiernamente, mientras sus pijas iban perdiendo volumen dentro de mi cuerpo. Me sentía maravillosamente mimada y suspiraba enternecida por las atenciones de mis sobrinos. Se retiraron de mí y me desparramé sobre la cubierta del velero, saciada y feliz. Mmmm… – susurré, cerrando los ojos, sintiendo el sol que acariciaba mi cuerpo desnudo – ¡Qué bien me cojieron, bebés! – haciendo caso omiso el dolorcillo que experimentaba en el culo, los miré.

– ¡Hace tiempo que te teníamos ganas! – sonreía Matías relajado a mi lado – Pero no sabíamos como empezar…

– Yo también los quería tener adentro – bromeé – Pero tenía miedo de que se asustaran…

– Y….esas tetas meten miedo – la broma de Nico provocó nuestras carcajadas. Descendimos la escalerilla del barco y nos zambullimos en el río. Durante un rato retozamos en el agua, disfrutando nuestra desnudez. Cuando volvimos a cubierta, Matías se colocó detrás de mí y levantó mis pechos con sus manos. Sentí su pelvis pegada a mis nalgas y me agité.

– ¡Qué tetas, Clarita! – me susurraba – ¡Me tienen fascinado!

– Ya sé que te fascinan, goloso…- con mi mano acariciaba su verga que comenzaba a pararse nuevamente. Frente a mí, Nico se acariciaba y pude ver como aquel juguete que tenía entre las piernas volvía a adquirir ese tamaño descomunal. Sin poder resistir la tentación, me acuclillé entre ellos y abrí la boca. Primero la pija de Matías. Le di un par de repasadas con la lengua y me dediqué al monstruo de Nico. Tuve que abrir al máximo la boca y a duras penas logré que entrara la cabezota. Estuve jugando con aquellas maravillas un tiempo hasta que estallaron bañándome prácticamente en semen. Cuando levanté la vista, ellos me miraban sonriendo.

– Te diste un bañito de leche…- Nico esparcía el tibio fluido por mis tetas y mi vientre. Mis pezones me dolían de tan erectos que estaban. Se los ofrecí y no dudaron ni un segundo.

Me chupaban las tetas mojadas con la leche de ellos y mis entrañas volvieron a pedir acción. Mi conchita estaba nuevamente empapada y mi ano se dilató espontáneamente cuando Matías apoyó la cabeza de su verga a medio pararse sobre él. Estuvo jugando con mi culito por un rato hasta que separó mis nalgas y empujó hasta enterrarme todo su miembro. Abrí la boca al gemir y Nico me levantó del piso. Separé las piernas y al colocarlas alrededor de su cintura, me enterró la pija violentamente, salvajemente. Mordí su hombro gritando de dolor.

– ¡Bestia, me vas a destrozar! – mi cuerpo subía y bajaba al ritmo de los empujones de ellos, mis tetas bailaban al sol y el dolor dio paso a una sensación de placer indescriptible. – ¡Hijos de puta, me tienen toda clavada! – gritaba, arañándolos mientras Matías apretaba mis tetas sin compasión. Las manos de Nico me sostenían en el aire, separando mis nalgas y los testículos de los dos rozaban mi piel. Los tenía totalmente dentro de mi vientre, que parecía a punto de reventar.

– ¡No te quejes que te gusta, viciosa! – la sonrisa burlona de Nico me terminó de desquiciar. Lo mordí con todas mis fuerzas hasta sangrarlo y apreté mis piernas alrededor de su cintura mientras experimentaba el orgasmo más profundo que recuerdo. Como si fuera un detonador, ellos estallaron dentro mío inundando nuevamente mi vientre de semen.

– ¡Me mató! – reía Nico mientras recuperaba el aliento, los tres desnudos tirados sobre la cubierta – ¡Es más peligroso cojerte a vos que ir a la guerra! – me miraba con picardía.

– ¡Sos peor que una gata! – me decía Matías. Habían despertado en mí una fiera. Nunca me había sucedido. Y nunca me había sentido tan bien cojida. – ¡Nos vas a mandar al hospital!

– Ah…- me reí -…si me quieren cojer, tienen que ser muy machitos… Esto marcó el estilo de nuestra relación, hace ya más de un año. Cada vez que me cojen parece una batalla. Es una cariñosa violencia que me tiene atrapada. Nos mordemos, nos pateamos, jalamos nuestros cabellos, en fin, parece que quisiéramos destrozarnos, para finalizar con una maravillosa ternura que no tiene igual. Vuelvo a casa molida pero feliz, dolorida pero satisfecha. Curiosamente, frente a los demás, me cuidan muchísimo. Una vez, hace como dos meses, trajeron a dos amigos y me cojieron entre los cuatro. Pura suavidad. Nada de violencia. Como si la reservaran para nosotros solos. Otro día les cuento.

FIN

Con el cubano…!

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Estaba algo nerviosa, no le agradaba la idea de subirse al carro de un desconocido. Aunque lo conocía apenas por fotos y cuatro llamadas, cuya voz daba  cuenta de un tipo grande, de contextura gruesa y un timbre bien varonil, no estaba del todo segura de lo que iba a hacer.  El claxon y la aproximación del vehículo descrito en los sms no le dieron tiempo de arrepentirse, simplemente se subió y saludó al tipo con un escueto ¡Hola!. Chica, pero que hermosa eres, mucho mejor que en las fotos, uhm! exclamó el tipo con acento cubano al tiempo que enfilaba por la avenida con rumbo incierto. Bueno y para donde nos dirigimos, -preguntó mientras palmoteaba su  muslo bien torneado, por encima de su falda color azul de tela jeans. Ella respondió, dale por aquí..! guiando al conductor señalando con la mano la dirección. El tipo llevaba la conversación profiriendo frases de cariño como mi vida pero que rica estás mami, te voy a singar toda, mira lo que se pierde tu marido! etc…, mientras ella callaba, imaginando lo que iba a  acontecer…  iba a serle infiel nuevamente a su esposo. Observó al tipo que conducía, vio que era bigotudo, alto y grueso pero algo tosco, tenía manos grandes y se le dibujaba un bulto enorme en la entrepierna.

Para tomar tamaña decisión de salir con este grandulón se lo había pensado y repensado algunas veces. Había pasado apenas un mes de su última infidelidad y ya su cuerpo le pedía estar con otro hombre diferente a su marido. Le había llamado la atención del tipo  a su lado que era extranjero, maduro y fuerte, pero no le agradaba mucho su lenguaje un poco vulgar y su tosquedad que se apreciaba por su rudeza evidente.

Entraron al motel, ella se sentó en la cama queriendo calmarse y aceptar lo que venía, el hombre se despojó de la camisa y la gorra y la acercó levantándola y abrazándola mientras hundió su lengua en su garganta al tiempo que le agarraba las nalgas duras, apetitosas, redondeadas y recorriendo con la yema de los dedos la silueta de la espalda, sus manos apretaron sus pechos grandes y generosos, girando  los pezones erectos, con la punta de los dedos,  dibujados por encima de la blusa turquesa,  oliendo su rizado cabello, disfrutando la esencia de la mujer que tenía allí dispuesta a entregarse a él, siendo un total desconocido, que más podía pedir, se preguntó ensimismado.

Ella sintió como se mojaba al sentir otra lengua hurgando sus amígdalas, uhmm que rico besas mami.. susurró el cubano y ella dijo, mi amor tú también besas ricos uhmm… me encantan tus besos y lo decía mientras mordisqueaba y lamía las tetillas del que iba a poseerla, hicieron una pausa para desnudarse totalmente y al verla así, prácticamente la volcó sobre la cama y en una vorágine interminable la besó por todo el cuerpo, mordió sus tetas, las chupeteó, mientras ensalivaba esos pezones prietos pero erectos hasta colocarse mutuamente en un sesentinueve.

Eso terminó por encenderla, buscó como perra en celo la verga del tipo, la lamió toda, le chupaba la cabezota brillante y voluminosa de la tranca, le lengüeteaba las bolas peludas, estaba extasiada ante el tamaño de ese pene que le empezó a coger gusto y lo mamaba metiéndose toda esa manguera en su boca hasta producirle  arqueadas al chocar el glande con su epiglotis quien finalmente cedió y dio paso a esa cosa  hasta el fondo de su faringe ahogándola con su propia saliva y la deliciosa obstrucción que estaba sintiendo. La verga gruesa, bien gruesa, le hacía abrir más de lo normal su boca  húmeda, se depositó  entera en su garganta tropezando la pelvis de él con sus labios en un incesante golpeteo. Prácticamente estaba poseyéndola por la boca, ella tragaba y tragaba y halaba al cuerpo del hombre hacia sí con sus manos agarradas de las caderas masculinas.

El tipo estaba enardecido al sentir como su verga se perdía en la boca de la hembrita casada que se estaba festinando, así estuvieron por espacio de una media hora en un cimbreante sesenta y nueve ambos comiéndose el sexo del otro, ella tragando hasta las bolas del tipo y el hundiendo su lengua en la vagina peluda que le regalaba sus jugos agridulces toda empapada y arrecha como estaba, se alternaba entre el clítoris y el ano lamiendo como paleta de caramelo toda la extensión de la vagina hasta el ano y viceversa, su lengua abría ambos hoyos, ¿te gusta cómo te lo hago perra?, repitió la palabra perra elevando el tono de voz. Ella casi gimiendo dijo: qué rico me lames, chúpame asi, así, sigue chucha, comete esa chepa arrecha, que rico  me la mamas, sigue no pares..! con la boca llena de la pujante verga de más de 18 cms se escuchaba en toda la habitación los gorgojeos húmedos de su boca ensalivada que tragaba y tragaba la verga del tipo que le estaba arrancando lágrimas con cada tragada, pero que rica que está esta verga, -pensaba para sus adentros- y se ondulaba como queriendo meterse en sus entrañas esa lengua del macho que le comía, mordía y chupaba su sexo ávido de ser consentido por este tipo que la estaba subiendo a la cima del cielo.

No podía más, tenía ganas de ser sometida y le pidió al tipo con una voz gimoteada, sollozante: métela por favor, clávame la verga mi amor, al tiempo que se subió encima de él y se hundió esa barra turgente dentro de su vagina y empezó a cabalgar… primero lo hizo despacio, movía sus nalgas y caderas en un vaivén cadencioso constante y rotativo subiendo la velocidad y lanzando lamentos y quejidos con los ojos entrecerrados,  sentía que estaba llegando al clímax, sus  pechos y pezones eran martirizados por las manos ásperas del tipo pero ese era su punto débil, que le agarren las tetas y se las amasen. Le pidió suplicando, ¡mámame las tetas! mientras las agarraba y se las ofrecía sin dejar de mover sus caderas ni  su trabajo de subida y bajada de esa verga que la sentía riquísima. Le preguntaba, ¿mi vida, te gusta esta hembra?, ¿te gusta cómo me muevo?, ¿dime, cómo lo hago? Las respuestas jadeantes de él la incentivaban y la atizaban como brasa ardiendo moviendo más y más sus caderas en un frenético sube y baja acompasado, incesante.

El tipo empezó a bombearla cogiéndole el ritmo de arriba abajo, le metía la verga hasta el fondo y ella le correspondía recibiendo y aflojando el vaivén apoyando sus manos en el pecho velludo del hombre montando con velocidad como si estuviera encima de un caballo. Toma perra le gritó el tipo mientras eyaculaba todo su ser dentro de ella y ella se retorcía de gusto recibiendo toda esa leche caliente que empezaba a desbordarse por sus labios arrugados, mojando las bolas que la golpeaban, lamiendo sus labios besó la boca bigotuda del hombre maduro que la había hecho tener un interminable orgasmo que le hacía temblar hasta la voz. Se arrellanó en el pecho del tipo abrazándolo y diciéndole papito me has hecho rico el amor, quiero que me lo sigas, haciendo yo te voy a llamar cuando quiera que vengas nuevamente, el tipo sonrió y pensó, esta puta está falta de verga, me la voy a singar las veces que quiera, la tomó de la mano y se metieron a la ducha, habían pasado casado casi dos horas.

Al sentir el agua fría, ella se acordó de su esposo y le vino una llamarada de arrepentimiento, pero el que la acompañaba en la ducha se había portado a la altura, anuló el pensamiento, al fin de cuentas estaba lejos y no se iba a dar cuenta del desliz cometido, ya le estaba cogiendo el gusto a la infidelidad, el siguiente debe ser un policía se prometió..!

Mi primera infidelidad, mi comienzo

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Sus pasos se apresuraron al reconocer el auto blanco estacionado a dos cuadras de su posición, justo en el punto acordado. Su mente inconscientemente empezó a volar, en realidad su imaginación había echado a andar desde que habló con él. Su voz firme y bien timbrada, cuando la llamó para decirle donde la esperaría la hizo estremecer y su cuerpo reaccionó de manera progresiva, sus pezones prietos y pequeños se erectaron   y la vagina sufrió una oleada de líquidos que mojaron su hilo negro de fino algodón, sintió como el clítoris se le endurecía mientras se pasaba la lengua por los labios de manera involuntaria.

Los mensajes de texto que habían intercambiado,  posteriormente a la llamada, daban cuenta de lo que iba a pasar entre ella y su amante. Usó ropa casual, vistió su sexo con un hilo negro, mientras se sobajeaba las nalgas pequeñas pero firmes y observó su cuerpo ante el espejo de su habitación mientras se ajustaba el brassier negro que hacía ver más grandes sus pechos voluptuosos y generosos. Se puso un jeans algo desteñido y una blusa negra holgada  y unas sandalias que dejaban ver sus pies bien arreglados.  Salió al encuentro  mientras respondía a los continuos  sms que le escribía el tipo que iba a disfrutar su cuerpo de mujer casada, de hembra en celo, hambrienta de ser tomada y sometida,  ávida de sexo, quería probar una nueva verga y la de Daniel era muy llamativa en su opinión. Este le había enviado dos videos donde mostraba su cuerpo atlético y sobretodo esa verga que se veía gruesa, grande y bien formada. Te la voy a hacer tragar toda hasta las bolas le había prometido él.

Aunque sentía un líquido frío que le recorría la columna vertebral, en todo este tiempo ni se acordaba de su esposo, su mente embriagada en lo que iba acontecer estaba concentrada en saborear a ese hombre que la había impactado y motivado a ser infiel nuevamente. Se subió al carro y algo nerviosa le estampó un beso en la mejilla al hombre que la iba a poseer quien sabe de qué maneras mientras este arrancó el vehículo, sin observarla, enfiló para el motel donde iban a dar rienda suelta de su lujuria desenfrenada.

Entraron a la habitación y tras cerrar la puerta y poner una botella de vino y un vaso en la mesita ubicada entre unos muebles rojos de cuerina,   la tomó de la cintura, la atrajo para sí y la besó apasionadamente, hundieron sus lenguas hasta  sus gargantas, sus salivas se mezclaron mientras sus manos exploraban mutuamente sus cuerpos, ella lo abrazó por el cuello como  diciendo, al fin eres mío. El cogió el rostro de ella con sus manos y la hizo chuparle la lengua tal como lo haría con su garrote macizo de carne de 28 cms de longitud. La tenía super dura al mismo tiempo que ella le buscó la bragueta para bajarle el cierre y obtener el premio deseado, quería sentir entre sus manos ese aparato que se pintaba como algo fuera de serie y al tomarlo pudo percatarse que sus dedos no cubrían la circunferencia del pene y ambas manos juntas masturbándolo no agarraban toda su longitud, era mucho más grande de lo que se imaginó y eso logró que chorros de líquido empaparan su chepa. La hizo arrodillar mientras la tomaba del cabello negro rizado y le puso la verga en la boca y ella empezó a besar el glande cabezón, lo lamió desde la cabeza hasta los huevos, parecía desesperada, lo tragó poco a poco, era demasiado grande y su boca se engullía como podía ese pene, sus tetas se salieron al ser despojadas de su prisión y la blusa ya reposaba en el suelo, estaba desnuda de la cintura para arriba, de rodillas, chupando una verga que no era la de su marido. Sus húmedos gorgojeos excitaban aún más a Daniel quien estaba fascinado con esa tremenda hembra casada que tenía a sus pies. El desnudo de pie frente a la dama con la que tenía meses chateando y que por fin ese día la tenía allí lamiendo sus bolas y su verga erecta que era literalmente tragada por la boca húmeda y hambrienta de ella, quien ya lograba meter hasta su garganta casi la mitad de su extensión produciéndole arqueadas y mucha saliva, que rica verga tienes mi amor, le espetó, es más grande de lo que me imaginaba, mira como me la trago, uhm.. que ricaaa, uhm… que cabeza tan gruesaaaaa, no me entra toda!. Su lengua subía y bajaba del glande hasta las bolas y se detenía en el orificio de orinar al que le pasaba e introducía la puntita de la lengua. Asi estuvo un largo rato hasta que él la cogió del cabello y comenzó a bombearle la garganta haciéndola casi vomitar y arrancarle lágrimas que desteñían el rimmel de sus ojos dejándole estelas negras por sus mejillas.

La hizo poner boca abajo, ella dócil se aprestó a recibir ese mástil pulsante por su vagina, pero se estremeció cuando el se colocó  a la entrada de su orificio anal a lo que ella preguntó asustada pero sin moverse, me las vas a meter por allí? Por  favor, la tienes muy grande, me vas a a hacer daño, soy estrecha, te ruego por allí no, mejor adelante, no por favor rogó, papi me lo vas a dañar, tienes una verga descomunal, me vas a partir en dos por favor, no no!. El ignoró las súplicas y ruegos, no esperó más y la penetró por el culo, éste ofreció resistencia pero su arremetida era sin pausa, lentamente, sin detenerse, le preguntó, putita te duele o te gusta, ella resignada pero más ardiente que nunca respondió: ambasssss, pero no te detengas, dale métela pero hazlo despacioo, ya borracha de lujuria. Sus ojos se blanquearon cuando sintió que el pene de él se abría camino entre sus entrañas acomodándose a su diámetro, sus esfínter le dolía como partiéndose pero la arrechera era mayor.  Haaaazme tuya, gritó, méteme toda la verga en el culo, quiero ser tu puta!, dame verga papi! seré tuya cuando quieras! le prometió. Su pelvis chocaba con las nalgas de ella abriéndole y penetrándole más y más el ano dilatado que ya adaptado al grosor y longitud de la tranca de Daniel se abría en un boquete ancho y maltrecho en la casi una hora de embestidas profundas, ella con sus ojos entrecerrados disfrutaba, hasta la saliva se le salía por la comisura de los labios, ebria de tanta verga, su ano estaba tan abierto que le sacaba pedos por el aire que se le metía con cada arremetida.

Ella estaba disfrutando, iba a explotar en un orgasmo que le desgarraba palabras que nunca había dicho, así chucha, culéate a tu zorra, me has castigado el culo, tómalo y no pares, culéame toda la noche, quiero que acabes dentro de mis entrañas, quiero que sigas haciéndolo, amo esa verga, la tienes muy rica papi, amor me has culeado como un caballo, sigue méteme esa verga sigue, sigue y el jadeando le increpaba, ¿te gusta mi verga?, ¿eres mía putita? Si chucha soy tuya para siempre, nunca dejes de darme verga, quiero tenerte siempre, ayyy asi sigue sigue, me moría de ganas, no sabes cuánto he deseado meterme tu veerga, uhhmmm, su voz jadeante repetía y expresaba libertinamente sus ansias de comerse la verga de Daniel mientras este la bombeaba sin piedad, con cada embiste arrancaba gritos y gemidos incesantes, la hizo acostar boca arriba y abrir la piernas de par en par y agarrándole los tobillos, la volvió  a penetrar sin misericordia, se escuchaba el entrar y salir burbujeante de la herramienta en su ano. Sus sollozos y lloriqueos inflamaban  el acto, ella sentía que la estaban sometiendo de una manera inimaginable, la verga del tipo le llegaba hasta el fondo y sentía su ano dilatado, el dolor se había ido dando paso al gusto, no quería desprenderse de ese palo grueso que la bombeaba brutal pero encantadoramente. Quiso subirse encima de él para cabalgarlo, quería mirarlo a la cara y besarlo mientras era sodomizada y ultrajada a gusto. Así se mantuvo largo rato en el rítmico sube y baja, sintiendo la embestida frenética del  yermo ardiente de Daniel,  el agarraba y cacheteaba las tetas oscilantes mientras le decía de todo: verdad que eres putita, estás bien arrecha, así me gusta,  a ella le agradaba escuchar eso y la puso a punto hasta que explotó entre espasmos y temblores,  exhalando un grito sórdido, profundo al tiempo que balbuceaba la felicidad que sentía, con voz palpitante con sus ojos entrecerrados, su boca abierta como queriendo tragar aire clavando las uñas en las piernas de su corneador quien a su vez incentivado derramó toda su leche por segunda vez en las entrañas de la puta que se estaba espoleando,  ella sintió el caliente líquido inundarle los intestinos y su ano empezó a hacer arqueadas expulsando el material lechoso pero tenuemente amarillo. Al separarse ambos cuerpos, ella agradecida se incorporó y comenzó a mamar y lamerle el glande con los restos interinos y la esperma liquida que aún brotaba del huequito de orinar de la verga de Daniel, ella lamia y lamia para no dejar perder nada mientras tragaba y chupaba la cabeza como absorbiendo lo poquito que salía.

Se  metieron al baño, el agua tibia comenzó a rodar por sus cuerpos sudorosos mientras se besaban apasionadamente enroscando sus lenguas ella le prometió  que se iban a volver a encontrar pronto y ella le aseguró que sí.

Al bajarse del carro, cerca de su casa, las piernas le temblaban y el ano le ardía, aun llevaba en su mente las escenas vividas y ahora venía el remordimiento, aunque se había bañado, sentía que adentro de sus entresijos llevaba restos de la leche de su infidelidad, debía defecar y expulsar toda la evidencia, eran las 12 de la noche y debía llamar a su esposo, encendió su celular y al ver algunos msj de su marido se dispuso a entrar  a la casa para asearse y descansar, al día siguiente debía continuar su vida normal, viajar hasta su pueblo y dedicarse a su hogar.

me follo a mi madre !

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hola me llamo erick y tengo 19 años mi madre laura y tiene 40, vivimos en una casa grande solos con un perrito :) ! bueno en fin lo que les voy a contar puede que le suene raro pero es lo que estoy viviendo. Me follo a mi madre todos los dias desde hace 5 meses atras :) todo comenzo cuando una noche estaba en la sala viendo tv y mi madre como siempre con sus batas super cortas que se le ven las nalgotas ella estaba limpiando la cocina sexi mente como siempre lo hace. Pero me vino a la mente perverciones ya que 1 semana atras vi unos comics xxx de incesto y me dejo pensando en cosas raras, ella limpia y limpia y yo no podia dejar de ver su tremendo culo aunque siempre ella se lo dejaba descubierto yo no pensaba nada malo hasta ahora :> le tomo unas fotos escondidas de su culo palido y grande me voy a mi cuarto hacerme una paja y me duermo, al otro dia me despierto y me baño termino me pongo un short y salgo a la cocina y mi madre estaba haciendo el desayuno . No pude aguantar de ver su culo y la abrazo por detras y le digo cosas lindas y mientras le hablo me pego de sus nalgas disimuladamente ella me dice, hoy estas muy amoroso que tienes y se rie, no pude evitar que mi pene se me parara y frotarselo en el culo suavemente ella se da cuenta y me mira disimuladamente se quedo quieta como por 5 segundos despues se aparto a poner la comida y no me dijo nada yo un poco nervioso aja comemos y cada uno se va a su cuarto, me quedo pensando, mi madre no me dijo nada apesar de que tenia mi pene duro entre sus nalgotas que raro ? y me hice ilusiones con ella voy a su habitacion y esta de lado leyendo una revista, le digo que haces mama? me acuesto y me dice nada tontin y yo maquinando en mi cabeza en las  ajaja la abrazo y le digo que es muy hermosa linda bella y cariñosa te amo mama, ella me dice yo tambien te amo hablamos un rato y en una de esas le pongo mi mano serca de una teta y siento su peson ,estaba puntiagudo eso me puso caliente .i. le recuesto mi pene entre sus nalgas nos quedamos asi un rato como unos 4 minutos minimo ella se da vuelta y veo sus tetas su batica super corta era medio trasparente y podia ver sus pezones. Yo recuesto mi cara lentamente contra sus tetas y ella viendo la revista tranquila ,yo feliz y exitado me las ingenio me pongo mas abajo y mi boca toca uno de sus pesones, la abrazo y levemente le jalo la bata asia abajo pasa 1 minuto y hago lo mismo a la tercera vez le saco la mitad del peson mi corazon me latia duro mis labios estaban tocando su peson rosado y grande quiero chuparselo pero no me atrevo empieso hablar y se mueve su peson cuando hablo de nuevo ella se da cuenta y se rie hijo cuidado no ves que me estas tocando con tu boca mis pesones y yo me rio ajaja, ella me dice ya no eres un bebe para chupar teta respeta y se rie ,yo le digo,no te chupe la teta mama ! me pongo otra ves iggual y se da cuenta de que mi pene esta parado y me toca el pene,aaai hijo estas erecto por que ? y yo me arriesgo y le digo claro con tremendas nalgotas y esas tetas que siempre me pegas cualquiera se pone asi , pero soy tu madre! y entre risas yo le digo madre estas buena y ella, buena ? buena para que ? -yo, que eres una milf sexi ajaja ella me dice no se que es eso pero eres un pervertido y se rie ,yo le digo pero acaso no te molesta que tenga el pene parado?-ella, nooo aste una paja en tu cuarto o en el baño y se te quita ajaja ! y yo, ajaja y por que no me la haces tu :3 -ella, aaiii hijo que te pasa tu eres mocho yo estoy muy ocupada para estar haciendo esas cosas -yo, entonces si no estubieras ocupada me la  harias mama ? -ella, que ? hacerle la paja a mi hijo ajaja no seas chistoso ademas debes tener un bichito pequeño ajaja ,-yo, nervioso le digo pequeño ajaja mira ! y me lo saco lo tenia prensado y venoso y se lo pongo frente de ella, aaaaaii hijo que haces estas loco y me lo agarra y me echa para atras . Eres un pervertido -yo, ves que no es pequeño mi bichito ajaaa , y se tapa lo ojos y me dice tapate hijo ! tapate -yo, no no quiero ademas eres mi madre por que me voy a tapar-ella, tapateee y me lo agarra y me tapa con mi short yo me lo saco y ella de nuevo me lo agarra, yo le digo aaa pero te gusta tocarmelo y empesamos a forcejear en una de esas que me lo agarra yo le bajo la bata y le saco y le agarro una teta y estamos forcejeando y rapida mente me quito el short y le saco otra teta , ella me dice gritando, erick no deja deja pero se reia yo con el corazon a 1000 caliente la domino y la pongo boca arriba y le abro las piernas tenia una tanga y le veo tremenda vagina semi peluda con unos labios gruesos y grandes toda una milf, le digo ya se de donde saque mi pene grande y me rio ajajajaa ,yo no la tengo agarrada y ella con las piernas abiertas y las tetas afuera gritando un poco bajo, erick hijo ya ya no, soy tu madre y se reia y yo tambien,me acuesto encima de ella y le digo tu pudistes pararte y no lo hicistes tambien eres una pervertida madre no te hagas la loca, mientras yo le frotaba mi pene que goteaba semen por su vagina le agarro la cara y le doy un beso en la boca y le chupo rapidanente una teta y me agarra los cabellos duro ,pero no la tengo agarrada eso fue lo que me da la señal de que ella quiere ! mientras me jala los cabellos me echa la cabesa a sus tetas y yo chupandoselas-ella, deja deja y gemia yo aprobecho y le saco la tanga y le toco su vagina me suelta y hace como que me quiere quitar de ella pero no hace fuerza ni nada solo gritar ,yo le digo por que no haces nada mama ? ella me responde, esto es lo que querias verdad verme desnuda sadico pervertido ! -yo, es que con una madre tan hermosa cariñosa sexi como tu no me aguanto mas simplemente te amo mama te amo, y la abrazo y ella tambien y nos quedamos 1 minuto asi yo con mi pene recostado de su vagina y mi cara entre sus tetas-ella me dice to tambien te amo hijo mio pero esto no es normal-yo, normal querer amar y satisfacer y mi madre es algo anormal ? no lo creo y le chupo las tetas. Ella mientras habla yo chupa y chupa sus tetas y le paso mi pene por los labios de su vagina semi peluda y ella empiesa a gemir aaa aaaa  aaaa y yo mas y mas, mi madre es esteril por que le cortaron las trompas de falopio asi que no puede quedar embarazada y poco a poco se lo meto y empieso a follarmela , ella se recuesta la espalda contra el colchon y yo dandole no me creia lo que estabamos haciendo pero no podia parar!!! me la follaba mas y mas y mas y ella gritaba aaii hijo esto no es normal pero sigue  mi amor! de tanto cogermela le termino adentro y le echo mi semen cuando lo saco se sale un poco de semen y se lo meto otra ves y ahi quedamos acostados los 2 besandonos, al tro dia ella se va al trabajo yo me despierto a las 10 de la mañana y a las 12 en punto ella llega cansada me saluda y se va a su cuarto yo habro su puerta y ella esta acostada en pantaletas y sin sosten le digo mama estas bien?-ella, si mi amor estoy bien solo cansada y se para y se va a bañar mi madre es blanca palida y yo blanco normal, cuando sale del baño sale desnuda y se acuesta en la cama y yo empieso a tocarla por todos lados asta que llego a su vagina grande y se la beso, le abro las piernas y se la chupo, ella gemia y gemia de tanto chuparle los labios gruesos de su vagina me paro y poco a poco le meto el pene y empesamos otra ves a follar ,desde entonses lo hemos echo muchas beses en cada rincon de la casa mi madre es una mujer que en su juventud era atletica y le quedo el cuerrpo sexi ,bueno esa es mi historia de incesto ! :)

El Día que fui Sumisa

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El Día que me quede Sumisa

 Hola, soy Ariana (aunque ese no es mi verdadero nombre), y quisiera contarles sobre lo que me pasó alguna vez. Soy una mujer casada, tengo una hija, y mi esposo. Siempre he sido una mujer muy sociable y hogareña, de casa.

A mis 40 años, sigo luciendo un cuerpo envidiable (sé que no como antes, pero mantengo mí encanto a pesar de los años), tengo el cabello lacio, de color castaño oscuro (casi parecido al color negro), lo llevo hasta un poco más por debajo de la altura de los hombros, a veces suelto y a veces sujeto en forma de cola; mi piel era blanca, pero con el pasar de los años, fue adquiriendo un bronceado sobre ella; no soy muy alta, mido 1.60 m. Llevo muchos años casada (me case muy joven). Vivo en una de las zonas más cuantiosas de Lima, Perú.

Como les contaba al inicio, siempre he sido una mujer muy sociable, me gusta salir con las amigas, ir de compras, ir a comer, ir al cine, salir a algún lugar, viajar, trabajaba cuando se podía, y comencé a ir al gym, para mantener la línea y conservar la figura, siempre he sabido mantener mi físico en forma, incluso después que me casé.

Al comenzar a ir al gym, ya desde hace algunos 7 años atrás, hice muchos amigos y amigas (creo que hasta hoy), y en especial de un chico (al que llamaré Omar, aunque su nombre real no sea ese), que es más o menos de ocho a nueve años menor que yo, él también asistía al gym, no era muy atlético ni descuidado, se puede decir que se veía como un hombre normal, era soltero, lo conocí hace unos 4 años atrás más o menos a finales de ese año, y desde allí, no sé porque, desde que nos conocimos, comenzamos a tener más confianza de lo habitual.

Ya al año siguiente, las veces que coincidíamos en el gym con Omar, y al conversar con él, no me sentía normal, me sentía un poco nerviosa, como una chiquilla; no era habitual en mí y más siendo casada. Entre mí pensaba: ¡es idea mía o que,… que me pasa,… porque me siento así con Omar! Creí que era superficial lo que me pasaba, lo de ponerme nerviosa con Omar, supuse que se me pasaría y estaría bien nuevamente.

Con el pasar del tiempo, y cada vez que iba al gym, siempre pensaba en Omar, “no lo podía creer”, no sé cómo se metió en mis pensamientos, me sentía un poco culpable por estar pensando en un hombre que no era mi esposo, no sé a qué se debía que estaba así, y al llegar el fin de semana para ir al gym, esperaba con el pensamiento, al menos ver a Omar allí en el gym. No le conté a nadie lo que me estaba pasando con respecto a Omar, ni a mis amigas, creía que era pasajero y pasaría; pero no fue así, yo no dejaba de pensar en él, estaba intranquila, no estaba bien como siempre.

En casa, yo vivía bien con mi marido y mi hija, no teníamos dificultades desde que nos casamos, hasta que en casa comenzó a cambiar algo, más o menor a partir de marzo de ese año, actualmente unos 3 años atrás más o menos.

Mi marido (al que llamaré Yordy, aunque ese no sea su nombre), comenzó a engordar, descuido un poco su imagen, supongo que se debe al matrimonio y la vida de casados.

Yordy, a partir de marzo de ese año, cambió; comenzó a llegar a casa ebrio, más de la cuenta (aunque a mí no me gusta que tome), pensé que era como un de esos días en lo que de vez en cuando tomaba unas cervezas y al llegar a casa se portaba tranquilo conmigo; pero no, comenzó a llegar borracho más y más, de manera continua; su comportamiento también cambio, ya no llegaba tranquilo, me buscaba problemas de la nada, lo que a mí me hacía sentir mal y porque no quería que mi hija viera a su padre así.

Pensé que este malestar era momentáneo, que iba a pasar, pero no, la relación con Yordy comenzó a empeorar, bebía demasiado, discutíamos de todo, le molestaba que saliera, me buscaba problemas de la nada, no se controlaba, me celaba hasta con mi sombra, me sentía muy mal, y él, fresco, sin disculparse al menos de su mal comportamiento, estaba irreconocible.

Y así paso el tiempo, los inconvenientes se mantuvieron y el problema no cesaba, yo no sabía a qué se debía que se originó todo este malestar, creía que pasaría y volveríamos a vivir tranquilos, como antes, pero no.

Desde que surgió el problema, empecé a salir menos por no discutir con Yordy; en el trabajo estaba algo distraída, y en casa nada mejoraba, la relación con Yordy se fue deteriorando. Pero, a pesar de ello, no dejaba de pensar en Omar (no entendía por qué).

Yo me sentía muy, pero muy mal, aunque no lo mostraba. A pesar que económicamente no estábamos mal, dejé de trabajar y me dedicaba ahora a mi casa, a atender a mi esposo y a mi hija que estaba ya en el colegio.

Al poco tiempo después, en uno de esos días laborables, Yordy se fue a trabajar con siempre, y yo normalmente llevaba a mi hija al colegio muy temprano, y al estar retornando para mi casa, me encuentro con Omar, creo que se me notaba que no estaba bien, él se dio cuenta de ello, y desde que lo conocí en el gym, la confianza y amistad entre nosotros fue muy buena (como ya les había contado antes), y a pesar de ello, no entendía porque no dejaba de pensar en Omar, creo que esperaba verlo, pero no en ese momento).

Entre tanta plática, Omar me convenció para ir a tomar un café esa mañana y fuimos, le comencé a contar que en mi casa empezaron a surgir los problemas con Yordy, que no entendía a qué se debía ello, me sentía mal, y sin querer, solté algunas lágrimas.

Omar me abrazo, supo entender cómo me sentía (quizá necesitaba decírselo a alguien). Al terminar el café y la plática, nos despedimos, quedamos en vernos en el gym el fin de semana.

Al llegar el fin de semana, fui al gym, creo que más, esperando ver de nuevo a Omar, pero no llegó, y así pasaron algunas semanas, no veía a Omar, no lo encontraba ni en internet, quería llamarlo al celular, pero no me atrevía, yo no dejaba de pensar en él, e incluso aparecía hasta en mis sueños. Me sentía incapaz de entender porque estaba así, mi mente pensando sólo en Omar (sé que no era lo correcto, no estaba bien que este así), y los problemas con Yordy no cesaban.

En casa, a pesar que paso unos meses, los problemas no cesaron, se mantuvieron, y Yordy, que era tan dulce, tranquilo y detallista desde que lo conocí, cuando nos casamos y por muchos años que ya llevábamos viviendo juntos, se volvió, se podría decir más patán, hasta con la familia, y yo, más y más mal anímicamente.

Tiempo después, más o menos a partir de la quincena de junio de ese año, Yordy tuvo que viajar fuera de la ciudad, por unos asuntos del trabajo, y saldría por unos dos o tres días. Él se fue un lunes, y se suponía que llegaría el miércoles o quizá jueves, en fin.

Como era habitual, yo llevaba a mi hija todas las mañanas a su colegio, la iba a recoger cuando salía y seguía con mi rutina habitual. Ya el martes, fue lo mismo, lleve a mi hija temprano a su colegio, había dejado cocinado la comida debido a que tenía que hacer unos trámites en el centro de la ciudad; para sorpresa mía, vi a Omar allí (me sentí bien al verlo después de algún tiempo – quizá como no dejaba de pensar en él, tenía la idea que lo encontraría); me vio, vino a saludarme, conversamos, me conto que se había puesto a trabajar en un trabajo más al que tenía, y que con ello, no tenía tiempo disponible, incluso ni para ir al gym, aunque este otro trabajo que tenía, era por tiempo temporal.

Me dijo que por la mañana de ese día, tenía libre, que por la tarde tenía que ir a su otro trabajo, pero que el jueves tendría toda la tarde libre. Me invito a salir para ese jueves por la tarde y seguir conversando, pero le dije que no podía, es que como mi esposo viajó y quizás estaría de retorno entre miércoles o jueves, no quería tener problemas. Omar me insistió tanto y no sé cómo me convenció para salir. Quedamos en encontrarnos en el centro de la ciudad ese jueves por la tarde. Nos despedimos, yo para mi casa y luego para recoger a mi hija del colegio, y él para su otro trabajo por la tarde.

No dejaba de pensar en que no debía haberle aceptado a Omar a salir, no sabía por que acepte, y no sabía qué hacer.

Ya el día miércoles, yo suponía que mi marido llegaría, me levante temprano, lleve a mi hija al colegio, volví a casa, me puse a arreglar un poco, lave la ropa y trataba de pensar en qué hacer para ese jueves por la tarde.

En el fondo, quería ir con Omar (al menos creo eso porque no dejaba de pensar en Omar), pero no quería tener problemas con Yordy, y al estar pensando en que era lo que debía hacer; no sabía si ir con Omar, o llamarle o decirle que no podía ir, o ir y buscar alguna escusa con Yordy,… no sabía, cuando de pronto, suena el celular, era Yordy, quien me llamaba para comunicarme que lo de su trabajo se extendería por unos días más y que llegaría el sábado por la mañana. Para mí, fue como un alivio ello, lo cual me permitiría encontrarme con Omar el jueves por la tarde.

Así transcurrió el día miércoles, recogí a mi hija del colegio.

Llego el día esperado, el jueves, me levante temprano como siempre, lleve a mi hija al colegio, e hice mi rutina habitual en casa. Tenía que inventarme una excusa creíble para salir y no llamar demasiado la atención de mi hija. Luego fui a recoger a mi hija del colegio. De retorno en casa, almorzamos, y ella como siempre, se puso a hacer sus tareas del colegio. Yo tenía que ir al encuentro con Omar, y no sabía con qué escusa salir.

Tuve que inventarle a mi hija que iba al cumpleaños de una de mis amigas, que en dicha reunión nos reuniríamos yo y mis amigas. Que iba a estar ocupada y que regresaría en la noche todavía. Quedó comida para su cena, así que no dejaría descuidada a mi hija. La deje a cargo de la casa, que me llamara al celular por si se presentaba algún problema. Ella me entendió.

Me arregle un poco, para no levantar tanta pecha y finalmente fue al encuentro con Omar al centro de la ciudad. Estaba un poco nerviosa e impaciente.

Ya en el centro de la ciudad, me encontré con Omar a la hora señalada, se veía bien (quizá esperaba verlo a pesar de todo). Luego, conversamos y caminamos para un parque que estaba cerca, hablamos casi como una hora, sentados allí, como dos enamorados, contándonos nuestras cosas, y yo no pudiendo ocultar mi tristeza por los problemas que tenía con Yordy, solté unas lágrimas como la primera vez que conversé con Omar; en ese momento, me abrazo, yo me apoye en él, y así estuvimos por un momento.

Luego, me miró a los ojos, y sin soltar mis manos, me confeso que le gustaba mucho, desde que me vio en el gym, no había dejado de pensar en mí; yo por otra parte, estaba sin reacción, sin palabras, no sabía que decirle (yo también desde que lo conocí, comencé a pensar más y más en Omar, sin entender por qué).

Pasó un momento así, y Omar siguió diciéndome cosas bonitas, respiré, tome valor y le respondí que me halagaba lo que decía, pero que eso estaba mal, yo era una mujer casada, con familia, que era mayor que él, que no podía ser,… y sin imaginarlo, me dio un beso en los labios, me quede sin palabra, estática y trate de separarme de él, al separar nuestros labios, me volvió a tomar de las manos, no dejo de mirarme a los ojos, y me pregunto qué le respondiera que yo también le gustaba a él (yo no dejaba de pensar en él dentro mío, pero no podía decírselo), no sabía que decirle, y así, volvió a sorprenderme con otro beso que me volvió a dejar fría, el cual poco a poco le fui correspondiendo, creo que no hacían falta las palabras, me vendí solita.

Nos besamos de manera recíproca, luego decidimos ir a un lugar más tranquilo, no quería que alguien conocido me viera. Omar decidió entonces llevarme a un lugar más privado, y llegamos a un hotel, yo con algo de dudas en la cabeza, lo acompañe a aquel sitio que estaba un poco escondido, pero por allí cerca.

Ya en el hotel, y con algo de remordimiento en la cabeza (me decía entre mí: ¿qué estoy haciendo?, ¿yo soy así?, ¿qué me pasa?). Llegamos a la recepción, Omar pidió una habitación y fuimos hacia allí. Omar cerró con seguro la puerta, yo me senté a un lado de la cama, estaba un poco nerviosa. Prendió la televisión, puso el canal para adultos (creo que era el Venus TV). Comencé a calentarme viendo las imágenes. Luego vino hacia mí, se sentó a mi lado, puso sus manos sobre mis hombros, y comenzó a besarme por el cuello, las mejillas y la boca. No me resistía.

Poco a poco, fui sintiendo una sensación indescriptible por todo mi cuerpo, mis labios le decían a Omar: ¡no sigas, soy casada, ya basta,…! pero mi mente decía: ¡sigue, no pares! Omar siguió, fue bajándole el cierre a la casaquilla negra de tela traía puesta, comenzó a tocarme el pecho, aun puesta el polo verde limón que llevaba, me hacía sentir en las nubes, aunque de mi boca seguía saliendo palabras que le decían: ¡para ya, ya no siga, soy casada, esto está mal…!. Yo me sentía como hechizada ante Omar, me dejaba besar y tocar por él.

Omar me saco la casaquilla, me saco el polo verde limón que llevaba puesto, me quede solo puesto el sostén rosado que tenía. Siguió besándome desde la boca, el cuello, el pecho. Luego se puso detrás de mí, fue besándome el cuello, las orejas y fue bajando por mi espalda, tocándome con sus manos mis pechos y fue bajando poco a poco por mi espalda. Yo no reaccionaba.

Me puso de pie de la cama, y él, detrás de mí, me besaba y recorría mi cuerpo, yo sentía  como una corriente que recorría mi espalda. Luego me dio la vuelta, nos quedamos frente a frente mirándonos, él comenzó a desabrochase su camisa de color plomo que llevaba puesta, se la sacó y quedó al descubierto su pecho.

Luego me tomó entre sus brazos, beso mis labios, hasta que pude sentir su lengua y el calor de sus labios. Después, me tumbo a la cama, yo sin palabras, solo con la respiración agitada; comenzó a recorrer mi ombligo, desabrochó el botón de mi pantalón jeans, me beso el ombligo y sus manos frías fueron tocando mi piel hasta llegar a mi sexo.

Me quito los zapatos, las medias, luego me sacó el pantalón, quedándome puesta solo mi calzón rosado como mi sostén. Yo echada en la cama y con las piernas fuera del borde de la cama, me sentía en las estrellas, Omar, se sacó los zapatos, desabrocho la correa de su pantalón negro de tela que llevaba puesto, quedándose solo con una trusa negra. Luego se echó encima mío, me beso los labios y me dijo que si le gustaba, yo asenté con la cabeza diciéndole que sí, haciéndole entender que ya era suya.

Se levantó de la cama, me pidió que yo también me levantara (me sentía como un títere, lo que me decía, lo hacía y no me oponía). Me pidió que me arrodillara, y puso frente a mi rostro su sexo.  Me dijo: ¡Ariana, ya sabes lo que tienes que hacer! Comencé a tocar su pene con mis manos, le baje la trusa, y aunque no quería hacerle sexo oral, llevó su pene hacia mi boca, estaba erguida,  me dijo que se la chupara, yo obedecí.

Comencé manoseando su verga con mis manos, luego lo lleve hacia mi boca, fui chupándosela con la lengua poco a poco, y con mi boca, iba y venía hacia su sexo; su pene fue endureciéndose y estirándose más y más, Omar estaba excitadísimo, ya también me estaba calentando más. Y así fui haciéndole sexo oral por un rato.

En la televisión justo en ese momento, había una escena en la que también la chica le hacía sexo oral al chico. Omar me pidió que hagamos lo mismo que veíamos en la televisión. Allí, el chico apretaba su pene en la boca de la chica, le decía que se la tragara y aguantara la respiración. Yo me opuse, pero, Omar me dio una mirara, con la cual supe que tenía que obedecer.

Acerco su pene a mi boca, comencé a lamerlo y chupárselo, entraba y salía sin cesar. Luego, Omar me dijo: ¡Ariana, ¿estás listas?! Yo asenté con la cabeza afirmando que sí. Entonces, apretó su pene hacia mi boca, sujeto mi cabeza con sus manos, me dijo: ¡Ariana, aguanta, aguanta! Trate de sacar su pene de mi boca, debido a que me quedaba sin respiración, pero me sujetaba con fuerza.  Me solté, solo para respirar, se la seguí chupando y volvimos a lo mismo. Estaba como obsesionado con eso creo.

Pude notar que Omar estaba excitadísimo, que en cualquier momento se correría en mi boca, lo cual yo no quería. Fue apretando mi boca contra su pene, pero yo se la chupaba, entraba y salía para que no se corriera en mi boca. En una de esas, apretó una vez más su pene a mi boca, me sujeto la cabeza, y pude escuchar que me decía: ¡Ariana, aguanta, aguanta! Yo trate de soltarme cuando ya sentía su semen, pero no me soltó y se corrió en el interior de mi boca. Sentí como arcadas y al soltarme de él, por mi boca salía liquido de semen (sentí un poco de asco, ni con Yordy había hecho algo así).

Omar acercó su pene que aún tenía rastros de semen de nuevo hacia mi boca, yo ya no quería eso, y con fuerza metió su pene a mi boca, dijo: ¡tú eres mía! ¡tómate mi leche calientita! ¡trágatela! (creo que si había tragado algo de semen anteriormente). Encajó su pene hacia mi boca, lo apretó sujetó mi cabeza de nuevo, no me podía soltar. Al poder zafarme de él, me dijo que se la mamara y así lo hice. Luego me dijo que fuera el baño a limpiarme la boca de los rastros de esperma. Fui, me enjuague la boca del rastro de semen que tenía y volví a la habitación. Yo estaba un poco incomoda por lo que había pasado antes.

Omar fue al baño un momento, yo me quede sentada en la cama mirando la televisión; luego Omar salió y se acercó a mí de nuevo, me bajo los tirantes de mi sostén, me los saco y comenzó a chuparme los senos, nos pusimos de pie fuera de la cama. Omar bajo su cabeza hasta mi sexo, me bajo el calzón y me lo quitó. Siguió besando mi sexo, introduciendo lentamente los dedos de su mano y su lengua a mi ser, me hacía sentir excitada de nuevo. Siguió besándome, tocándome y dándole placer a mi sexo. Yo con mis manos sobre mi cabeza, estaba en las nubes.

Omar quería hacerlo en la cama. Ya allí, Omar se tumbó en la cama, de espaldas hacia abajo; me pidió que subiera en él, yo me puse encima abriendo las piernas, haciendo la postura del Andrómaco, me sujeto con las manos por la cintura, yo de rodillas sobre Omar, con las piernas abiertas, lleve su pene hacia mi vagina, empecé a subir y bajar, él con las manos, comenzó a acariciar mis senos, tocar mis nalgas, manosear mi ano, me estaba gustando. Creo que nunca me había sentido así.

Luego me di la vuelta, dándole una vista espectacular de mi espalda, me senté sobre él apoyando mis manos sobre sus rodillas, él me sujetaba por la cintura y comenzamos de nuevo a tener sexo, estaba entregada a él, a su voluntad, y yo gemía sin parar (haciendo la pose del columpio). Seguimos por un rato así, luego sujeto sus manos a las mías, yo me movía de arriba hacia abajo, gemía, era increíble.

Después, de eso, cambiamos de lugar. Yo me tumbe a la cama, de espaldas hacia abajo, estaba recostada, abrió mis piernas e introdujo su pene de nuevo en mi vagina, ahora era Omar quien se movía, sujetó con una de sus manos, mis dos manos a la altura de mi cabeza, y su pene entraba y salía de mi vagina, estaba mojadísima. Yo acostada, no dejaba de gemir, le decía: ¡sigue, no pares, ah…! ¡soy tuya, así, sigue,…! Había perdido la cordura. Seguimos teniendo sexo en la pose de misionero por un buen rato, entre mí, me sentía con algo de culpa, pero satisfecha.

Al mirar las ventanas, noté que ya era de noche, entonces supe que tenía que volver a mi casa. Omar me suplicó para seguir un rato más, que no me fuera (quien quisiera irse en ese momento, creo que nadie), me dijo: ¡tu hija ya está grandecita, llámala por celular y dile que te demoraras unas horas más en volver a casa, por esta vez! Omar me suplicó con sus besos y caricias, hasta que me convenció, yo estaba a su merced, le obedecí si refutarlo (no sabía que estaba haciendo).

Entre mí, con algo de dudas en la mente, llamé a mi hija y le dije que me quedaría un rato más, que volvería un poco más tarde de lo habitual, que cene y descanse, ella entendió. Omar se alegró, me beso de nuevo, me dijo que yo era suya, que haría lo que él me pidiese; y yo les respondí: ¡soy tuya, haré lo que me pidas!

No podía creerlo, yo había engañado a mi hija. Salió bien la excusa, y Omar volvió a besarme y me dijo: ¡Ariana, ahora te quedaras un rato conmigo y harás lo que te pida!

 ¡Está bien Omar! le respondí, ¡me quedaré un rato más y haré lo que me pidas! Omar me pregunto: ¿Ariana, estas segura que harías lo que te pida? ¿No te negarás a lo que te pida? Yo dudando un poco en lo que me pediría, le respondí, que sí cumpliría lo que me pidiera, siempre que no sea extremadamente malo. Omar me dijo: ¡lo prometes Ariana! Dime que sí. Entonces le deje que sí.

Le pregunte a Omar que era lo que él quería que yo hiciera. Omar, un poco apenado, me dijo que quería hacerme sexo anal, que tenía esa fantasía, que quería saber que se siente, que tenía un  culo formidable, que cualquier hombre se sentiría dichoso de estar conmigo. Ante mi asombro respondí: ¿Qué?, ¿cómo? ¡De ninguna manera! (sólo con Yordy lo había hecho por allí algunas veces, no estaba acostumbraba a que me den por el culo, era un poco doloroso por allí). Estaba un poco molesta por su propuesta. Omar estaba ahora encima de mí, yo tirada encima de la cama, y él, besándome por todo mi cuerpo, me suplicaba y rogaba a que accediera (me gustaba que suplicara). Entre tantos besos y caricias, terminé aceptando (aunque no quería hacerlo por el ano).

Le advertí a Omar que si me sentía incomoda, me dolía o no me gustara, lo dejaríamos. Él acepto. Me dijo que me pusiera en la pose de perrito, y lo hice, mis manos estaban apoyadas sobre la cama, estaba un poco nerviosa. Comenzó besándome, desde la espalda, fue bajando poco a poco hasta mis nalgas, las manoseaba; y con las manos, las estiraba. Comenzó poco a poco a abrirme el ano, besándome y lamiéndome con su lengua alrededor de mi culo.

Introdujo en mi ano su dedo índice lentamente, mientras con su otra mano, intentaba separar mis nalgas para abrirme el culo. Sentía mi ano muy estrecho. Poco a poco el dolor se hacía presente, fue sacando y metiendo su dedo índice en mi culo, estuvo así por un rato. Yo comenzaba a sentir dolor y a gemir, le decía a Omar: ¡hazlo con suavidad por favor, ahh! Sentía placer cada vez que Omar seguía metiendo y sacando su dedo de mi culo, cerraba mis ojos y los abría (quizá nerviosa por el dolor que sentía, pero satisfecha por el placer que Omar me daba).

Sentí que mi ano estaba abriéndose un poco más, Omar seguía sacando y metiendo su dedo. Después de un rato y al sentir que mi ano estaba más abierto, y ya no pudiendo soportar el dolor, le supliqué a Omar que parara. Me dijo que aguantara un poco más. Me pregunto que si ya estaba lista. A pesar del dolor, le dije que sí, pero que lo metiera con cuidado.

Con ambas manos, Omar abrió mis nalgas y las mantuvo así por un rato (sentía que mi ano estaba bien abierto), apuntó la punta de su pene que volvió a estar tieso hacia mi culo, apretándolo hacia mi poco a poco hacia mi interior, mientras sus manos, abrían mis nalgas. Sentía que me partían en dos.

Fue empujando su verga hacia mi culo, la intentaba meter con suavidad, la metía y sacaba lentamente; yo sentía que entraba cada vez más y el dolor aumentaba; por eso le dije a Omar que ya no quería seguir, que sacara su pene de mí. Omar no hacía caso a lo que le decía. Sentía que su verga estaba bien erecta, me pareció más grande que cuando tuvimos sexo anteriormente, y poco a poco la fui sintiendo más y más adentro de mi culo.

Omar empezó a moverse más y más rápido, hasta que insertó toda su verga en mi ano, grité; y a pesar que me dolía, le pedí que me la sacara, me la apretó con fuerza su verga sin soltarme, me sujetó con sus brazos acorralándome la cintura; yo comenzaba a gemir y daba algunos pequeños gritos de dolor. Le decía a Omar: ¡sácala, me duele, sácala…!

Omar me decía: ¡ya está, tranquila, relájate! Luego, comenzó a moverse, me metía toda su verga, primero lentamente, luego poco a poco, más y más rápido; el dolor seguía y el placer comenzó a aumentar (sentía que me destrozaba el ano).

Poco a poco y con los movimientos, mis piernas fueron estirándose sobre la cama, sentía como Omar me penetraba el culo, a pesar del dolor que sentía, no dejaba de moverse detrás de mí, era divino.

Yo boca abajo, y con mis piernas que se estiraron en la cama, me sentía morir; Omar seguía penetrando por detrás sin parar; mis brazos y mis codos estaban resistiendo, apoyados sobre la cama, sentía que en cualquier momento cederían y estaría tumbada sobre la cama por completo.

Omar me dijo: ¡eres mía Ariana! ¡eres mía! ¡dime que te gusta! Yo le respondí: ¡si me gusta! ¡soy tuya, no pares! Omar estaba excitadísimo, gemía con más fuerza, sabía que en cualquier momento se correría, yo también ya estaba muy mojada, finalmente mis brazos cedieron, quede tumbada por completo sobre la cama, con la boca pegada a la cama; Omar quedó encima mío, no aguantó más y se corrió dentro de mi culo, sentía como el líquido me llenada toda; a su vez, sentía que Omar me aplastaba el trasero con su cintura, quedó tumbado encima mío, sentía su respiración en mi cuello; agitados los dos, quedamos unidos así por un momento (con Yordy nunca hecho algo así, ni había tenido esa sensación cuando lo hacíamos durante todo el tiempo que llevábamos casados).

Después, nos recostamos en la cama, tirados cada uno a cada lado de la cama, Omar me rodeaba con el brazo, y yo abrazada hacia él. La televisión todavía estaba prendida. Me sentí renovada, como una mujer nueva, aunque con algo de remordimiento por lo que hice.

Ya era de muy noche, tenía que volver a mi casa. Vi mi celular y era casi media noche, me había quedado toda la tarde y hasta esa hora con Omar (no podía creer lo que había hecho).

Fui hacia la ducha, me bañe y vestí para regresar a mi casa, estaba aún atónita por lo que había pasado. Nunca había sido tan sumisa con alguien. Omar me pidió que me quedara, y esta vez no accedí, entonces, me pidió que lo esperada, entro a la ducha, se bañó, se vistió, llamó a un taxi que llegaría en unos diez minutos, fuimos a la recepción, Omar devolvió la llave del cuarto y dejamos el hotel, esperamos a la entrada al taxi que no demoró en aparecer.

Me llevó hasta mi casa, nos despedimos, quedando en comunicarnos luego, baje del taxi y vi las luces del piso de mi casa apagadas; el taxi se fue con Omar, subí hacia mi departamento, ingresé, mi hija estaba dormida en su cuarto, me dejó una nota en la cocina que decía: ¡mamá, te sirves la sopa de la olla, yo ya cené, me tuve que ir a dormir porque estaba muy cansada, me pidió que por favor la despertara muy temprano si se quedara dormida!

Me dieron ganas de llorar en ese momento, solté algunas lágrimas. Cené un poco, luego me fui a mi cuarto, pensé un momento en lo que había hecho, y antes de quedarme dormida, puse la alarma a mi celular para despertarme temprano por si me quedaba dormida.

Al día siguiente me levante temprano y seguí mi rutina habitual. Mi hija no me preguntó sobre mi reunión con mis amigas. Nos fuimos al colegio y luego volví a mi casa. Descanse un rato. Omar me llamo a mi celular a media mañana, conversamos un rato, luego nos despedimos porque él tenía que seguir trabajando.

Después de lo que me había pasado, Yordy llego el sábado muy temprano como me dijo. Ese fin de semana fui al gym y me encontré con Omar, me sentía un poco culpable por lo que había hecho. Al terminar nuestros ejercicios, conversamos, fuimos hacia un cafetín y conversamos sobre lo que hicimos, le explique que lo que sucedió entre nosotros no se repetiría, no quería malograr mi matrimonio ni perder a mi hija, no quería malograr mi imagen, mi reputación, en fin. Cuando terminé de hablar, Omar me escuchó, me tomó de las manos, me dijo que aunque no estaba de acuerdo en dejarme ir, respetaría mi decisión; para él había sido mágico lo que pasó entre nosotros, que era su primera vez, que no me iba a olvidar nunca. Y si yo quería, en cualquier momento le llamara, que estaría allí para ella. Así nos despedimos.

Pasaron algunos meses más, yo seguía asistiendo al gym los fines de semana, y a pesar que no había olvidado a Omar, ya no lo veía en el gym. Solo coincidíamos algunas veces por internet y cuando chateábamos, él no dejaba de recordarme lo mucho que yo le gusto, aunque a mí también me gusta él, debo cuidar bien mi imagen, y no levantar sospechas con Yordy. Sé que ha intentado convencerme para repetir ese encuentro entre nosotros, pero ya no se puede.

Al terminar ese año, y comenzar el siguiente, con mi esposo nuestra relación mejoró un poco, ahora estaba más en casa, tomaba menos, su conducta también mejoro algo. Aunque no he podido olvidar a Omar por lo que pasó ese día; por ello, debo darme mi lugar y seguir por mi hija.

Comencé a trabajar de nuevo, y sigo hasta hoy. Han pasado ya un poco más de 2 años y algunos meses desde ese día en que fui infiel, cuando me pongo a pensar en lo sumisa que fui con Omar, pareciera que ese día y durante todo ese tiempo, no era yo la que actuaba así. No he vuelto a ver a Omar, solo a veces lo ubico en internet. Aunque mantengo mi figura en forma, no falta quien me fastidie.

Sé que me equivoqué, no debí actuar así, tuve un traspié, lo admito. Trato de salir adelante, por mi hija (que ya está por terminar su secundaria), y a pesar que mi esposo cambio, espero nunca llegue a enterarse lo que hice.

El secreto queda guardado en mí, y a pesar de todo, sé que hay que seguir adelante.

 Atte.: Ariana.

De regreso a donde pertenezco (Parte Uno)

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Me llamo Santiago, tengo 32 años de edad, soy alto, atlético, de ojos verdes, tez blanca y pelo castaño claro, estoy casado con Sofía, una hermosa mujer de 30 años de edad, tez morena clara, facciones finas y una figura envidiable. Tenemos tres hijos, Laura, Erick y Tonik de 9, 12 y 10 años respectivamente, somos una familia bien acomodada económicamente y vivimos una vida normal y tranquila, o eso es lo que pensaba hasta hace unos cuantos días, cuando mi vida regreso a un pasado que ya había yo olvidado por completo.
Todo comenzó cuando Marimar, dos años menor que yo y una de tres hermanas menores que tengo, me pidió que pasara por su hija Sonya al ballet y la fuera a dejar a su casa, esa semana mi esposa había salido de la ciudad por asuntos de trabajo y me había dejado al cuidado de la casa y de los niños.
Marimar estudio psicología y se dedica a manejar la empresa que nuestros padres nos heredaron, ambos ya pasaron a mejor vida y todo el emporio farmacéutico de la familia Slavenikhov, tanto en Europa como en América latina, recaía en nosotros, pero principalmente en Marimar quien era la dueña legal y hacia una excelente labor al respecto.
Mi hermana es sorpresivamente soltera aun, a sus 30 años, posee un cuerpo perfecto, cuidado al máximo entre dietas y ejercicio disciplinado y regular, más sorpresivo podría sonar, que tiene dos hijas, Sonya de 12 años y Hannah 9, ambas igual de preciosas que mi hermana y ambas producto de dos relaciones pasajeras, ninguna de ellas conoce o sabe quién es su padre, pero mi hermana ha sabido llevarles una vida feliz.
Ella es rubia, de ojos entre verde y café, de estatura mediana, con hermosas facciones de rostro, todo es natural, no se ha operado nada y no necesita, cuando la ven en la calle puedo notar que tanto hombres como mujeres la voltean a ver, es normal, incluso yo recuerdo alguna vez haberme sentido atraído hacia ella cuando éramos niños.
Todas estas descripciones y explicaciones tendrán un sentido a lo largo de varios relatos que iré subiendo a este sitio, de serme permitido, donde obviamente cambie nombres, sucesos, edades y demás datos para permanecer en el anonimato y parte de todo lo que aquí cuento puede o no ser ficción o realidad, lo dejo a su imaginación.
Pues el caso es que pase por Sonya al ballet, tardo un poco en salir, pero entro corriendo al asiento delantero de mi camioneta, vestida en un traje de bailarina en color azul cielo, con una ligera sudadera gris encima, escuchando su iPad y bebiendo de una botella de agua con chupón.
Sonya es delgada, su figura es acuerpada y en desarrollo como la mayoría de chicas de su edad, es de tez blanca, tiene largas piernas, ojos azules profundos y cabello rubio. Tiene un curioso lunar en la base del cuello, ligeramente cargado hacia su hombro izquierdo.
Es una niña alegre que sonríe mucho, su sonrisa es cautivante, su energía también, es una niña inquieta e hiperactiva, pero casi no la veo, su madre viaja mucho y no es muy común que pasen mucho tiempo en la ciudad, ahora era el caso y habían pasado fácil 5 años desde la última vez que la vi.
-¡Hola Tío Santi!. Me dijo al subir, dándome un beso en el cachete.
-Hola nena, ¿cómo estás?, ¿Te fue bien en tu clase?

Sonya me contesto afirmando moviendo la cabeza y después se enfocó en mirar el camino por la ventana mientras escuchaba música, ignorándome.

No pude evitar el mirarle las piernas, debo admitir que la belleza de las mujeres de mi familia es increíble y por lo que podía ver, mi sobrina iba a ser una más en la larga galería de preciosas féminas Slavenikhov.

De repente me di cuenta que estaba viéndola demasiado, cuando note que ella también comenzó a mirarme, solamente sonrió como en complicidad y continuo escuchando su música, después recibió una breve llamada a su teléfono.

-¿Bueno?, si mami ya paso por mí, ya vamos para allá.

Me extraño un poco que Marimar le haya marcado a ella y no a mí, pero no le di importancia.
Finalmente llegamos a la casa de mi hermana, Sonya bajo rápidamente de la camioneta apenas me estacione y corrió hacia su cuarto, solo alcance a escuchar que me daba las gracias mientras se alejaba de mí.

Marimar salió de la puerta, vestida con ropa deportiva, venia de su clase de yoga, me saludo de beso en el cachete y me invito a pasar para tomar algo, acepte, hacia un rato que tampoco veía a mi hermana y quería saber cómo estaba.

Pasamos un rato hablando y poniéndonos al día, cuando de repente, la conversación cambio abruptamente.

-Entonces Santi, ¿qué opinas de Sonya, como la viste?
-¿Cómo que como la vi? No entiendo tu pregunta Marimar.
-Sí, ósea, está creciendo y se está poniendo bien linda, ¿a poco no te recuerda a mí a esa edad?
-Pues sí, supongo que un poco, todas las mujeres de la familia son bastante atractivas. Conteste.

Marimar se acercó un poco o un demasiado a mí, me toco una rodilla con su mano derecha.

-Sí, eso no lo puedo negar, pero, ¿de verdad no te acuerdas de mí a esa edad?

Me sentí un poco incómodo tanto por la insistencia de mi hermana como por la situación y trate de separarme de ella.

-Pues no me acuerdo mucho la verdad, pero ya te dije que si está creciendo y es una niña muy bonita.

Marimar se volvió a acercar a mí.

-No puedo creer lo bien que funciono esto, han pasado 12 años y tú de verdad no tienes ni la menor idea de todo lo que sucedió ¿verdad?

Marimar me tomo con una mano por el cuello y acerco su rostro al mío, pensé que me iba a besar o algo, creí que habíamos tomado demasiado, pero apenas habían sido dos copas.

-Creo que ya es tiempo de hacerte recordar Santi, es el momento y la época ideal para que regreses a donde perteneces, para que ocupes tu lugar y disfrutes lo que eso conlleva.

Marimar me susurro al oído una sola palabra.
-Wincest

En ese instante sentí un cambio completo en toda mi persona, para empezar, tuve una fuerte e instantánea erección, mi voluntad parecía doblegada, mi juicio nublado, no pude hacer más que mirar a mi hermana y cada momento que pasaba mi excitación crecía y yo me sentía sumiso y obediente.

-Sé que esto debe ser muy confuso para ti Santi. Me dijo Marimar mientras me bajaba el cierre y sacaba mi enorme verga del pantalón, para después acariciarla suavemente de arriba abajo.

Además de tener mi tranca extremadamente dura y pulsante, estaba produciendo una cantidad razonable de líquido pre seminal, que ayudo a que Marimar se moviera sin dificultad mientras me masturbaba.

Yo estaba inmóvil, dejaba que ella hiciera lo que quisiera, después vino la explicación y todo me comenzó a quedar claro, los recuerdos regresaban poco a poco.

-Extrañe a mi esclavo favorito todos estos años, no sabes lo mucho que anhelaba volver a tener tu pito entre mis manos, así, obediente, sumiso, totalmente listo para cogerme como y cuando yo te lo ordene.

Marimar hizo una pausa y se quitó el top, dejando al descubierto sus hermosos pechos de tamaño mediano, suaves y naturales.

-Creo que el lavado de cerebro que te hice para que olvidaras todos esos años de incansable y exquisito incesto funciono de maravilla, pero ahora debes regresar a donde perteneces esclavo y hacer lo que tu ama te ordene, ¿entendido?

-Si ama, soy tu esclavo y te obedezco. Cuando salieron estas palabras de mi boca una fuerte carga de placer similar al orgasmo recorrió todo mi cuerpo, nublando mi voluntad aún más y excitándome como nunca antes.

-Estoy segura que estas guardando un montón de leche aquí adentro. Me dijo mi hermana mientras sobaba y apretaba suavemente mis testículos con la otra mano, mientras me seguía masturbando y comenzó a besarme el cuello.

Creo que vio en mi mirada perdida una ligera intensión de eyacular y entonces apretó un poco más fuerte mis testículos y mi pene.

-Todavía no esclavo, todavía no te voy a dejar venirte, tengo una pequeña y asombrosa sorpresa para ti, por la que también tuve que esperar 12 años en verla concretarse.

Marimar se levantó del sofá y tomándome por el pene me levanto y me llevo a su cuarto.
-Este apenas es el comienzo de tu regreso aquí Santi, tengo muchísimas sorpresas preparadas para ti las próximas semanas.

Ahora recuerdo todo, como desde que tenía yo 14 años ella y yo comenzamos a tener sexo, como ella se convirtió de mi hermana menor a mi ama sexual, como ella fue la responsable de que además de disfrutarla a ella, también cogiera con mis otras dos hermanas y con un gran y variado grupo de jovencitas, de niñas e incluso hasta de niños a los que convirtió al igual que a mí, en sus obedientes esclavos sexuales.

Estaba por descubrir cómo fue que había olvidado todo esto, como fue que logro convertirme en un verdadero y obediente esclavo, que con una simple palabra clave se ponía a sus pies y lo mejor de todo, cual era esa sorpresa que me esperaba detrás de la puerta de su cuarto.

CONTINUARA….

Me tire a mi prima Keivis

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Hola amigos la historia q le voy a contar ea 100%real la empezo de esta manera.

Pero primero les describire a mi prima , ella mide aproximadamente 1.68 es de piel morena peli risado negro de ojos castaño claro. Y puea yo soy un joven de 19 años de piel blanca , ojos azules y de cuerpo atletico ya que asisto al gym desde hacw tiempo.

Pss todo comenzo el dia despues de fin de clase cuando empezo mi travesia, ese mismo dia planie un viaje al pueblo natal de mi madre por cierto soy de colombia y mi viaje lo hice para sincelejo.

Despues de unas largas 4 horas de viaje por tierra llego a mi destino osea la casa de mi tio, y desde ese dia todo concluye normal pss saludo a mis familiares q entre ellos se encuentra mi prima keivis y al   momento que la vi tuve una ereccion descomunal al ver tremenda hembra de grande trasero pechos grandesitos ni muy pequeños ni ta gramdes de tamaño normal, pss llego y la saludo como si nada ya que como llevaba un jean no se notaba tanto la ereccion, la saludo y pss paso a saludar a los demas y todo el rollo, para no alargarle más la historia me ire directo al grano.

Dias después de haber llegado empezo todo, un de esos llegan unos amigos y me invitan a salir le dije a mi prima que me acompañará para que no se quedara sola en casa bueno llego la noche y pss salimos  todos,  llegamoa de la disco , y en si la pase muy aburrido porque me sentia apartado del resto ya que no tratamos mucho, llegamos ala casa tipo 2 am y la encontramos totalmente sola

Entramos como si nada la misma actitud de primos pss entramos y empezamos a hablar de que como le ha ido con sus novios  y cosas asi despues una larga conversación llegamos al tema del sexo y me contó que no le iba muy bien , ya que tenia mas de un año sin tener novio y psss le pregunte que porque

Y la muy perra dice que son una porquería que todos son iguales bla bla bla

Alo cual le respondi que yo era diferente

Entonces ella dice q como me iba a mi en el sexo

Le dije q no muy bien ya que tenia maa de dos meses sin nada de nada, y es cuando noto que se le veía los pezones puntudos ya excitados y sin preanbulos me lanzo a ella a besarla y tokarla lo cual me sorprendió que no me rechazará lo cual segui tocandole esos hermosos pechos morenos y tremendo trasero y poco a poco le fui quitando la blusa y toda su ropita tam sexi por cierto llevaba puesto un legins blanco el cual le marcaba ese chocho espléndido y una blusa roja de tirante,


Alicia… Mi vida

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Alicia

Veamos, no sé cómo empezar.

Hace algunos meses llegó a mí a través de un “buen amigo” del que también hablaré, el enlace de Marqueze.net.

Desde entonces, no he dejado de leer los relatos que van saliendo, mientras tomaba valor para escribir mi historia… sexual, claro.

Me registre hace unos días y aquí estoy.

Bueno me describiré.

Tengo 62 años para 63 pero para los hombres soy una MIlf muy bien conservada. Mido 1,68, peso 78 kilos, pero proporcionada, cuerpo duro y fibroso, pero no machuno, me gusta el deporte, el tenis, nadar, jugué en la uni al baloncesto, de base, y con unos pechos más que regulares y aun bastante firmes y levantados. Culito redondo y prieto y con unas caderas algo anchas pero proporcionadas, en fin una mujer que aun levanta admiración en los hombres de cualquier edad y que sobre todo entre 35 y 45 y alguno más mayor, no me han faltado propuestas de un revolcón o de hacerme pasar una tarde o noche feliz.

Incluso de alguno de mis jefes, trabajo de Secretaria de Dirección en una multinacional, aunque estoy a punto de jubilarme, que más de una vez me han propuesto sobre todo en viajes, pero dentro del máximo respeto, pasar un ratito más íntimo. Pero lo tengo claro, al menos a nivel de dirección, no mezclar trabajo y placer.

Una vez fuera de la planta noble de la empresa, la cosa cambia como veréis en mi relato.

Mi pelo es castaño tirando a rubio y me gusta llevarlo recogido aunque es largo, me llega a media espalda. Ojos verde obscuro marrones, sí así de raros, y boca sensual, labios gruesos que no gordos, boca amplia que creo que a base de mamadas se ha desarrollado mas pero con estilo y elegancia, dentadura cuidada y cara agradable de menos edad que la que tengo lo que a algunos desconcierta… ah, jajajaja, y una lengua que hace virguerías, jejejeje, aunque este mal que yo lo diga.

Me he propuesto escribir una página diaria veremos si lo logro.

Siempre fui una niña algo pija por mi ambiente, pero aun así tenia mis convicciones y tengo un carácter dominante y fuerte, aunque depende de quién esté enfrente se también ceder de forma insospechada.

Yo  quería llegar virgen al matrimonio, algo que no pude mantener una vez cumplí los 18, entonces con unas tetas bastante más desarrolladas que mi propio cuerpo y de las que me sentía, al igual que hoy, muy orgullosa, era el deseo andante de una generación de hombres, hablo de los años 70, que aún no se habían liberado y cuando veían un buen par de tetas, babeaban con solo pensar en cómo serían… más de una vez me propusieron solo mamarme las tetas, “nada más…”

Por cierto que me gustaba vestir ropa ajustadita y en verano sobre todo abierta con generosos escotes, lo cual enloquecía mas a los hombres, aunque entonces yo no entendía la razón en mi “inocencia”.

Cuando cumplí mis 18 primaveras, mi hermana ya casada, decidió invitarme a pasar las vacaciones de verano junto con su marido en Mallorca, aunque al final acabaríamos en Ibiza y allí seria donde perdería mi virginidad, aunque no total me refiero que mi cuito aún seguiría virgen un tiempo más… aunque no mucho más, no creáis…

Pero no la perdí con mi cuñado, mal pensados, sino con un turista italiano, Paolo, jajaja, que típico, de 25 años al que me entregue en una cala unos días después de llegar a Ibiza… quizá me pudieron mis raíces, mi padre era italiano.

Hasta entonces había tenido algún rollete en el colegio y e instituto, me encantaba besar a los tíos y ponerlos cachondos… con la máxima “inocencia” y a veces aun no entiendo como no me forzaron en aquella época, aunque algún incidente próximo a esa situación tuve, y algún peaje de “pajas” y alguna “chupadita”, pues entonces aun no sabía mamarla bien, tuve que pagar por no ser follada o incluso violada.

Eso si mis tetas conocieron varias manos pero casis siempre por encima de la ropa, dado el lugar de mis encuentros en parques o cines.

Con los tíos no pasaba, como digo, de  besos y caricias y cuando volví tras el verano a la universidad, me empecé a convertir en una mujer muy caliente y con ganas de fiesta casi constantes, pero dentro de un orden, hasta que ese invierno conocí al que sería mi marido, pero antes de casarnos, decidí que una vez estrenada quería llegar al matrimonio al contrario de lo que pensaba, en vez de virgen, lo más experimentada y trabajada posible… y es que el sexo una vez lo pruebas… te engancha, jajajaja…

Mas apuntes, después de casi una vida con mi marido, me he separado hace unos meses y no ha cambiado mucho mi vida en lo sexual, como iréis viendo en mis confidencias.

Esta es mi historia y espero os guste.

Espero vuestros comentarios, por cierto si queréis conocerme de forma virtual ando por Second Life… ya os diré como encontrarme ;-)

AliciaCollony@hotmail.com

De como papi se convirtio en mi amante

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Mi nombre es Eva, tengo 19 y me acuesto con los hombres de mi familia (Parece confesión de AA, lo que no está tan mal porque en ocasiones lo considero adictivo).

 

Soy una persona de mente abierta, curiosa, por lo cual descubri como darme placer a corta edad, sin embargo no fue hasta que cumpli 16 que comenzó el vicio con mi viejo. Le digo viejo por hábito pero mi papá y mi mamá son una pareja relativamente joven, tuvieron a mi hermano mayor cuando tenían 17 y luego poco a poco vinos nosotros, los gemelos, niña y nño, que aun no se llevan muy bien que digamos aunque compartan ciertos secretos.

 

Volviendo a mi historia, cuando tenía 16 tenía un novio con el que nos bajábamos los calentones mutuamente, debo confesar que sabía mucho de sexo como para su edad y estaba bastante desarrollado, pero siendo un pibe de 17 años, obviamente muchas veces prefería estar pegado a los videojuegos que a mi, la primera vez que estuve con mi papá fue uno de esos días. Diego, como se llamaba ese ex me metió mano en su carro y me puso a cien, siempre jugábamos a eso, toqueteos, sexo oral, me encantaba chupar su verga, y el me hacia correrme con sus dedos y su boca, pero nunca llegamos mas lejos, me chupo cada pezón y me masturbo hasta que sonó su teléfono, los amigotes lo invitaron a un torneo de videojuegos del que el se había olvidado y de buenas a primeras me dijo que me dejaría en casa e iria y luego me compensaría dándome verga hasta que me desmayara, que ya era hora de hacerme suya, ya se, a las chicas de 16 generalmente las convencen con promesas de cariñitos y tiempo de calidad, pero el sabía la clase de novia que tenia y me sobornaba con sexo, lo cual me encantaba porque yo hacía lo mismo con el.

 

Me dejo en casa, sola, ya que mi familia había salido, mi hermano mayor pasaba el tiempo follando con una chica diferente cada día, mi papá y mi mamá siempre buscaban aventuras, iban a bars y sitios donde intercambiaban parejas y se unian a orgías, ellos creían que nosotros no sabíamos de esos gustos y placeres que se daban al menos cada 15 días y lo tapaban con “Reuniones de trabajo hasta tarde” , y mi gemelo, seguro estaba tirándose a una chica también, o a un tipo, es una especie de bixesual pasivo, que le gusta “dar pero no que le den”, lo cual me indica que seguramente pronto se dejará llevar y terminara con una buena verga en la boca, como ven, somos, o en ese tiempo eramos, una familia de secretos a voces, sabemos la mayoría de las cosas que hace el otro pero nadie las dice en voz alta.

 

Camine hasta mi habitación y tire mi cartera en una silla mientras me quitaba los zapatos de tacón, estaba enojada y tenía un calentón horrible que necesitaba bajarme, no era tan idiota como para una ducha de agua fría porque eso solo me pondría de mal humor. Encendí mi computador y busque entre las carpetas una con fotos y videos que me gustaban para darme placer, eran mas de los que podría tener otra persona y la tenia oculta dentro de un folder llamado “Libros”, no era tan fanática de los libros online como mi familia creía.

 

Asi que ahí estaba mi video, una pelí que duraba unos 45 minutos, tiempo suficiente para bajarme el calentón y probablemente me sobraría y como siempre, estaría tan satisfecha que no vería el final, lo coloque y desconecte los auriculares, total no había nadie en casa y era una de esas pocas noches en que podía soltar mi adicción al porno y poner la película a todo volumen, desde mi punto de vista la parte mas atractiva del porno es el morbo de escuchar a alguien disfrutando.

 

Con la primera imagen del protagonista chupando un pezón de la protagonista me deje llevar, me quite la falda a cuadros que llevaba y me tire boca arriba en la cama y comencé a jugar con mi coñito, seguía húmedo por el encuentro anterior, asi que tenia un dedo acariciando mi clítoris y la otra mano acariciando mi teta derecha. Estaba totalmente ida y gemía abiertamente, como no podía hacerlo cuando veía porno y la familia estaba en casa, un dedo dentro y fuera, una y otra vez me transportaban, no era tan bueno como una buena verga pero me ayudaría a sobrevivir a la noche hasta obtener mi compensación.

 

Gemia como perra en celo y estaba compitiendo con la mujer de la película, que ya tenia un vergón en el coño dándole salvajemente y otro en la boca, quería mas y no imaginaba que se me iba a cumplir. Tan ida como estaba y en una enorme casa de dos plantas no me di cuenta de que tenpia compañía, hasta que abri los ojos, mire a la puerta y lo vi, en su perfecto 1,80, traje que demostraba que ciertamente estaba de regreso del trabajo y cara de ¿rabia?, ¿decepción?, parecía una mezcla de ambas con algo turbio en sus ojos que no podía definir, yo estaba paralizada, no sabia cuanto tiempo tenía ahí porque tenía un muy buen rato iba con la mirada fija en el monitor y luego con los ojos cerrador en lo que fue mi primer orgasmo.

 

Seguía parado en la puerta como estatua y yo tan paralizada como quede cuando lo ví, supongo que haberme paralizado con dos dedos en el coño y dos de la otra mano en la boca no ayudaba, solo me quede ahí, el se movio, se dirigio al computador y observo con atención la escena, quería tener un trio con dos hombres, soñaba con ello desde que vi la primera porno con el tema, y mi novio lo sabía, en una “compensación por calentón” yo le había regalado ese mismo año parte de la imagen de su sueño de trio con otra chica, le comi el coñito depilado para que el lo disfrutara y lo hizo, se corrió en mis tetas con esa imagen, yo sabía que mi trio con otro chico de invitado se daría, a Diego no le molestaba darme placeres y conversábamos de muchas de las cosas que haríamos y cada vez fantaseaba mas. Mi papá se volteo para observarme fijamente, paralizada, inmóvil y se acerco con una silla para sentarse frente a mi, me miro por un par de minutos que parecio una eternidad, y sin decir nada puso una de sus manos en mi pierna derecha, comenzó a acariciarla de arriba abajo y poco a poco se acercaba a mi coñito lleno de jugos.

 

Su mano quito la mia mostrando mis dedos mojados los que miro con atención, como quien evaluara que debía hacer, parecía librar una batalla interna que no le tomo mas de 30 segundos, en tiempo record su mano sustituía la mia y acariciaba mi clítoris al cual miraba fijamente, luego metió un dedo, deje escapar un gemido fuerte, lo metía y lo sacaba, miraba como complacido y molesto, metio un segundo dedo y se sentía apretado, mi coño virgen, aunque no por falta de ganas, gemi mas alto de placer, el me siguió dando y paso lo inesperado en aquella situación bizarra, sentí su lengua, había comenzado a dar lametones en mi coñito, sin adivinar como me ponía aquello, la primera vez que Diego me dio sexo oral sabía que nunca podría sobrevivir sin una lengua en mi coñito y mi papá me estaba dando aquello, con su lengua mas experimentada, me hacía gritar de placer, una y otra vez mientras no dejaba de meterme sus dedos y sostener mi pierna izquierda con su otra mano. Me vine, me corrí ante aquellas sensaciones y aquella imagen de ese hombre guapo comiéndome el coño.

Levanto su cara y me miro fijamente, me había corrido como nunca pero mi cuerpo quería mas, quería sentir su polla dentro de mi, cosa que ese día no se me dio, mi papa dio un ultimo beso a mi coñito, esta vez uno carioso y salio disparado de mi habitación, quede alucinada y no pude dormir pensando en aquello.

 

Al otro día baje a tomar el desayuno y la familia actuaba normal, mi gemelo me hacía bromas, mi hermano mayor se quejaba de que debía llevarnos a clases, mi mamá hablaba de un viaje de negocios por una semana y que tendría que salir urgente ese mismo día y mi papá, rompiendo la rutina se había ido temprano, me quería evitar y yo lo sabía, y lo logro, por dos largos días me evito, incluso cuando estaba en casa se encerraba y no se dejaba ver por mi, y cuando lo veía apenas asentía su cabeza a modo de saludo, lo que paso había arruinado nuestra relación y tenía que arreglarlo, tal vez una conversación larga cerraría el caso y nada pasaría, mas nunca, aunque me perdiera del mayor placer que había tenido.

Esa tarde, en la salida del colegio mi gemelo me dijo que tenia algo que hacer y tomo el carro de mi mamá, mi hermano mayor por su parte se había citado con una chica a la que el mismo al teléfono llamo putón, asi que solo seríamos mi papá y yo, cuando me vio busco una excusa, supo que estaríamos solos y al parecer no le gustaba la idea.

-Espera papá!

-Eva… ¿Necesitas algo?

Si, necesitaba sus dedos en mi coito de nuevo, y su lengua, esa lengua experta… mmmm… pero si eso le asustaba debía abstenerme de pedírselo, aunque mi mente solo gritaba “Violame papi, follame, cógeme duro y como quieras”

-Yo… necesitaba que me ayudaras con una tarea de física –Punto para mi, algo que hacía normalmente, sin embargo para el parecía una invitación a la tortura, me miro de arriba abajo en mi uniforme y yo puse mi mayor cara suplicante de “no entiendo esta mierda y voy a reprobar”, hasta que asintió con la cabeza, me dijo que me fuera a cambiar de ropa y lo hice, les juro que quería evitar algo que le incomodara pero supongo que mi subconsciente jugaba rudo, y en vez de un pijama de pantalón largo use el shortcito mas corto que tenia con una franelita de un blanco medio transparente y letras rosadas que decía “On Wednesdays we wear pink”

Baje hasta la sala de estudios, idea de mi mamá que decía que era mal habito estudiar en la cama, y me sente frente a la mesa de 4 puestos que ahí había, mi papá medio nervioso se sento junto a mi y no quitaba la mirada de mi busto, me estuvo ayudando con la tarea y lucía tan incomodo que tuve que romper el silencio.

-Lo siento papi

-¿Qué sientes?

-Que estas molesto por mi culpa y estas decepcionado de mi, yo solo… soy asi, cachonda y con ganas de todo pero te prometo que no me tocare mas nunca si te incomoda la dea de que haga eso en tu casa.

-Nena…

-De verdad papi, solo vuelve a quererme.

-Ese no es el problema, el problema es lo que te  hice, lo que aun quiero hacerte.

-Tal vez si lo hacemos se te asen las ganas –Esperen, esa no fue la respuesta mas inteligente del mundo, pero funciono-

-Nena… no creo que quieras…

-Si quiero, si eso ayuda

-Asi que dejarías a papá chuparte los pezones –Me quede de piedra con esa frase tan honesta- ….comerte el coñito…

-Papi yo…

-Correrse en tu dulce boquita y cogerte duro.

-Yo

-Lo siento –dijo volteando la cara- no debi ser tan explicito pero nena quiero que entiendas, amo a tu mamá y ella es abierta he estado con otras mujeres, ella con otros hombres, pero eres mi hija, mi nenita y te deseo, y amo a tu mamá lo que lo hace puramente sexual y enfermo, aunque no sabía que sería peor.

-Papi –Me pare y me sente sobre el- hazme lo que necesites hacer –me quite la franelita- chúpame los pezones –el me miraba como ido y llevo su mano a mi pezón derecho y lo pellizco, luego hizo lo mismo con el izquierdo, fue duro, me causo dolor-

-No debemos hacer esto, no puedo chupar…

-Entonces besa, besa donde pellizcaste papi, me duelen mucho, solo hazlo para aliviar el dolor.

Me dio un beso en cada pezón, luego repitió la acción, a la tercera repetición fue un lamentón en cada uno y luego, tenia una de mis tetas en su boca y chupaba como un poseído, yo comencé a gemir, el me miraba por momentos y continuaba, sentí su mano bajar poco a poco y meterse entre mi short y mi tanga hasta todar mi clitorios, comenzó a mover el dedo en circulor y no dejaba de chupar, morder y lamer.

-Mmmmm… papi…

El no decía nada, era como ese día. Senti su dedo clavarse dentro de mi y quería mas, gemía alto, en algo Diego tenía razón era hora de dejar de ser virgen aunque no pura, y mi papá me podía ayudar con eso, hace un par de días pensaba que era mi papá, hace unas horas decía que estaba mal desearlo tanto, y ahora solo quería que me rompiera el coñito por primera vez.

Me baje de su regazo y me subi a la mesa, no sin antes quitarme el short y la tanga,  mi mente sabpia lo que pasaría, el me chuparía hasta hacerme correr y tenpia que evitar que huyera antes de cogerme.

-Me arde papi, te necesito adentro.

-Nena yo… -Ahí estaba, hablo, su voz sonaba exitada y totalmente sexi, ronca- yo…

-Porfavor papi, porfa

Comencé a abrir el cinturón de su pantalón y baje el bóxer hasta sacar su verga, no diré cuanto medía porque seamos honestos, nadie se toma el tiempo en medio de la acción para medirlas, eso se hace en momentos de ocio, pero era gruesa, no se veian venas, era hermosa. Me baje de nuevo de la mesa y me la lleve a la boca, lo hacía como lo hice con –diego y como lo vi en muchas películas, chupar, lamer, metérmela completa, cuando logre meterla toda en mi boca fue un detonante, me tomo por el cabello y comenzó a follarme la boca como un desesperado, lo hicimos por un par de minutos hasta que yo misma la saque.

-Metemela papi, sigue quemando, quema mas –me levante y me subi a la mesa totalmente abierta- porfavor papi… -me tocaba las tetas, estaba dando aquel espectáculo porno y suplicaba a mi viejo para que me cogiera.

El puso sus manos en mis rodillas y las abrió lo mas que pudo, pudo su verga en mi coñito y la movia de arriba abajo acariciándolo –Metelo porfa, no puedo mas papi- Y asi fue, me lo metió duro hasta el fondo y estaba el efecto esperado, dolor mezclado con el placer que venía sintiendo, mas ardor, el me miro a los ojos y se quedo petrificado, claro, la porno, lo cachonda, creía que tenia la experiencia de una actriz porno y le dolía comprobar que no era asi. Se salió de mi y me miro con tristeza, no podía permitir que me dejara.

-Papi lo necesito… -esta vez mi gemido sono a llanto- papi porfa… -Se acerco a mi y me lo metió nuevamente esta vez poco a poco, beso mi viente, mis pezones, mi cara y mis labos.

-Te amo muñeca… -se movio poco a poco adentro y afuera y continuo a ese ritmo, lo acelero poco y fue esa clase de primera vez lenta donde el hombre se preocupa porque tu estes bien, y asi fue como exploto, mi primer orgasmo, un orgasmo lleno de gritos de placer

-Eres tan estrecha nenita, se siente tan bien –Se estaba dejando llevar y poco a poco aceleraba- …oh nena… oh nena, ya voy a…

-Hazlo dentro de mi papi.

-Nena, nena, nena… -pense que se dejaría llevar pero no lo hizo, en el ultimo momento, cuando mi segundo orgasmo venía lo saco y se corrió en mi vientre- Lo siento, yo… debo limpiarte.

-No… quédate.

Se acerco a mi coito de nuevo y lo chupo hasta que me corri con su lengua, su estilo de chupar era urgido, usando su lengua en todas las formas posibles, se trago todos mis jugos y se levanto para besarme en los labios, nuestro primer beso lleno de mis juguitos, que no sabían mal. Me abrazó en la mesa y nos quedamos así parte de la tarde hasta que me recordó que no era una pose en la que nos deberían encontrar mis hermanos.

-No debimos hacer esto, eras virgen

-Si no hay nada de malo en que estemos juntos porque no lo veo no veo problema en lo de mi virginidad, desaparecida gracias a ti…

-Debiste experimentar eso con un muchachito que…

-Perdón por no dejarme montar por algún mocoso del colegio

-Eva!!!! –dijo medio horrorizado-

-Esta bien papi, yo lo quería, y lo sigo queriendo, no me confundas con una nena enamorada como en las películas, aunque no lo parezca mi cabeza no esta tan jodida, es solo placer, en mayusculas, pero si tu no lo quieres simplemente no… -Me beso usando su lengua, profundizando, como los amantes lo hacen y se fue de la habitación dejándome sola y con una sonrisa idiota-

Desde ese momento el resto de la tarde/noche fue el mas cariñoso, me preguntaba en murmullos si me dolía, me llevo una pastilla para el dolor y me vio tomarla, y me dijo que además de ser su nena y con todo y sus gustos por mujeres que eran putones en la cama el las trataba bien y quería que sus amantes siempre se sintieran bien, que si quería ser su amante siempre tendia su polla a mi disposición y que el también me tomaría si lo deseaba sin pedir permiso, me conto que mi maá tenia otros y el disfrutaba viéndolos, y que el tenia otras y mi mamá lo veía, que compartían con otras parejas con sus gustos. Sonrei ante la idea, un amante como el me enseñaría mucho, y ya me las arreglaría con Diego, a quien si quería para decirle que deje de ser virgen, aunque conciendolo le gustarían los detalles y se exitaria mas de lo que se molestaría.

 

El inicio de la lujuria. Aventura 1

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Tengo que admitir que me enfadé. Me enfadé muchísimo cuando me enteré que mi mujer, por aquel entonces mi novia, me había sido infiel. Y para más inri, con su ex. No me lo podía creer.
Por aquel entonces ella tenía dieciocho años y yo había cumplido los veinte ese verano. Llevaba unos días un poco rara. Más mimosa, más silenciosa, algo ausente perdida en sus pensamientos…
El día que me lo confesó estábamos en el sofá de casa de sus padres, que se habían ido el fin de semana, viendo una película en la televisión después de cenar, sentados cariñósamente abrazados. En un momento dado ella giró su cuello y empezó a besarme despacio y suave por la cara, el cuello, la boca. Después se sentó encima mio y me abrazó muy fuerte, yo la estreché en mis brazos y le pregunte que le pasaba.
—Tengo que decirte algo, pero no me atrevo.
—¿Por qué no te atreves?. ¿Qué te pasa?. ¿Qué te preocupa?
—Es que te vas a enfadar y no quiero que te enfades conmigo, yo te quiero mucho.
—Yo también te quiero mucho, ya lo sabes. Va, dime que te pasa —le dije, deshaciendo el abrazo para poder mirarla.
Ella me miró a los ojos y lentamente acercó sus labios a los míos para besarme, tan suavemente como si quisiera extasiarme acariciándome con su boca.
—Me he acostado con Ángel —soltó de golpe, mientras se enganchó a mi cuerpo con toda la fuerza de sus pequeños brazos.
Me quedé en “shock”.
—No me dejes, no me dejes, no me dejes —repetía una y otra vez mientras se apretaba más y más contra mí.
—¿Qué te has acostado con Ángel, tu ex? —logré preguntar pasada la sorpresa inicial, intentando volver a separarla de mí para poder mirarla a los ojos.
—Si, lo siento mucho —respondió, mientras sus ojos húmedos dejaban caer lágrimas que resbalaban por sus mejillas—. No volverá a pasar. Perdóname, lo siento. Perdona, perdona… —repetía sin dejar de besarme.
No sabía como reaccionar. No sabía lo que sentía. Estaba tremendamente enfadado, pero la amaba. Estaba rabioso por lo que había hecho, pero me enternecía verla tan triste, llorando y pidiéndome perdón. La odiaba por la dureza de su confesión, pero estaba preciosa tan frágil. Y sus besos producían un efecto hipnótico. La besé. No se porque, pero la besé. La besé cada vez con más ganas y más pasión.
—¿Cuando? —le pregunté mientras seguía besándola.
—El viernes pasado —respondió sin dejar escapar mi boca.
—¿Cuando saliste con tus amigas? —volví a preguntar mientras nos besábamos más frenéticamente.
—Si, lo siento mi amor.
—¿Cómo? —pregunté mientras le daba la vuelta para ponerla en el sofá y colocarme encima.
—Me lo encontré allí —dijo mientras le mordía los labios y le abría la camisa arrancándole los botones sin miramientos—, se acercó a saludarme y… no se como pasó, pero cuando me di cuenta nos estábamos liando.
Me la imaginé besando a Ángel. Le arranque también el sujetador, dejando al aire aquellos pechos que me volvían loco. Los agarré con mis manos con dureza.
—Aaaay! —gritó Pilar de dolor.
Estaba enfadado, pero cada vez más excitado. Acallé sus quejidos besándola con pasión, metiendo mi lengua es su boca mientras pellizcaba uno de sus duros pezones.
—¿Dónde lo hicisteis?
—En el coche de su padre —contestó mientras yo seguía amasando sus pequeños y firmes seños—, me lo propuso y lo hice sin pensar —me contó mientras yo bajaba mi boca para meterme sus tetas en ella—. No se porque, pero me puse muy cachonda mientras nos liábamos y me vino a la mente la imagen de su polla —seguía contándome mientras mi mano se deslizaba por su vientre, desabrochaba el botón de su pantalón y le agarraba el coño por encima de sus bragas empapadas.
—Estás chorreando, ¡puta! —exclamé—. ¿Tanto te gusta su polla? —le pregunté mientras me incorporaba y le quitaba los pantalones.
—¡Oh, cariño, yo te quiero a ti!
—Yo también te quiero a ti —dije mientras le bajaba las bragas y dejaba a mi vista su vagina totalmente depilada y completamente húmeda—, pero no te he preguntado eso, te he preguntado, ¿si tanto te gusta su polla? —le repetí mientras puse mi boca entre sus piernas y pasé la lengua para limpiar sus jugos.
—Aaaah! —gritó muy excitada—, ¡la tiene muy gorda!
No lo pude evitar, sentí una presión enorme en mis pantalones. Escuchar esas palabras hizo que mi erección creciera considerablemente, tanto que me producía dolor. Desabroché mis pantalones y bajé mis calzoncillos, liberando mi polla que estaba irreconocible de grande y dura.
—Oooh! —exclamó Pilar, también sorprendida.
—Así que la tiene muy gorda, ¿no? —le pregunté mientras me arrodillaba.
—Mmmm… —gemía Pilar de placer mientras le succionaba el clítoris rosado y empapado—, mmmm… ¡Si, la tiene gordísima!
—¿Si?, ¿Así? —dije introduciendo fuerte y profundo dos dedos de mi mano.
—¡Ooooh! —exclamó Pilar abriendo sus piernas-.
—¿Así? —insistí metiendo y sacando mis dedos con velocidad.
—No, la tiene más gorda —consiguió responderme entre gemidos.
—¿Más gorda?. ¿Así? —pregunté de nuevo mientras metía un tercer dedo sin dificultad en la empapadísima cueva de mi novia.
—Mmmmm… más gorda —me contestó entrecortadamente mientras abría más sus piernas y se agarraba las tetas.
—¿Más gorda todavía?. ¿Seguro? —dije mientras observaba excitadísimo como el coño de mi novia se tragaba cuatro de mis dedos enteritos.
—¡Oooooh! ¡Siiii! ¡Siiiii!—gritaba descontrolada—. Así la tiene Ángel.
Oír su nombre casi hizo que me corriera aun sin haberme tocado la polla. Estaba más cachondo que nunca, con el rabo a punto de reventar. Estaba excitadísimo viendo a Pilar agarrarse las tetitas con fuerza, con las piernas muy abiertas y el coño más abierto aun. Alucinaba viendo como el pequeño chochito de mi novia se abría al máximo para que entraran mis cuatro dedos a la vez. Me encantaba ver como se abría y se cerraba al sacar mis dedos cada vez más empapados y no podía sacarme de la cabeza que hacía una semana lo había tenido así de abierto, pero con una polla dentro.
Sus gritos empezaron a subir, sus gemidos cada vez eran más fuertes y más seguidos, mis dedos cada vez salían más empapados y volvían a entrar haciendo un ruido como si Pilar tuviera el coño encharcado. Cada vez se los metía más rápido, más fuerte, más profundo, hasta que ella gritando como una loca, empezó a sacar chorros y chorros. La muy puta se estaba corriendo como nunca con la paja que le estaba haciendo. Me encantaba verla así, con el chocho chorreando como una fuente, así que sin sacar mis dedos, acerqué mi boca y empecé a tragarme sus jugos dulces. Me empapó la mano, el brazo, la camiseta, la cara y me llenó toda la boca.
Cuando sus espasmos pararon, saqué mis dedos y limpié bien todo su coño abierto. Conforme iba lamiendo, ella empezó a moverse de nuevo, me apretó la cabeza con sus piernas y con sus manos me la empujaba hacia abajo para que siguiera lamiendo. Noté que seguía excitada…

Me cojio mi feo vecino

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Soy tv de closet,mido 1.80 gordita aunque dicen que me veo bonita cuando me visto de nena tengo 42 años tengo buenas piernas y creo que también buenas nalgas vivo a dos casa de la esquina y mas adelante vive un vecino nada agraciado es alto como de 1.90 gordo calculo que pesa sobre 130 o 140 kg feo de rostro Moreno pero es muy amable tiene sobre 50 años.

Pues resulta que me quede solita ya que mi esposa salió varios días a su pueblo de visita a su familia,así que desde el jueves y hasta el domingo aproveche para vestirme de nena después del trabajo,pero el día sábado no podía dormir hacia calor y como a las 12 de la noche mi Cel se estaba descargando y recordé que mi cargador lo había yo dejado en mi auto así que decidí salir a buscarlo para poder seguir chateando en facebook como mi auto se queda en la calle pues me asome con cuidado y no vi a nadie cerca,las luces de las casa cercanas estaba apagado as en su mayoría solo alguna de las casa más lejanas se notaban encendidas,salí excitada sonando mis tacones en la acera,abrí mi auto y me agache buscando mi cargador en eso escuche un auto encenderse el la calle que cruzaba en la esquina encendió las luces y arranco cuando quise reaccionar mi vecino que se llama armando se acercaba de la esquina a hacia su casa y su camino forzoso era pasar frente a mi casa,al pasar y verme de espaldas solo vio a una mujer y me saludo,buenas noches vecina,y yo sin saber que hacer apenas conteste tratando de suavizar la vi esperando que siguiera su camino,el,amable como siempre lo ha sido se acercó provocándome un gran nervio y me dijo puedo ayudarla en algo? Y sin poder evitarlo se acercó más a mi y pregunto le ayudo vecina? Y ya nerviosa lo único que pude hacer fue,ya gracias saliendo de mi auto y pasando junto a él me dirigí al interior de mi casa pero al pasar tan cerca de él se ti su aliento alcohólico entre a mi casa temblando pero sentí que el venia detrás de mi pasando hasta el interior de mi casa y ya con la luz del interior me vio completa,tomando valor le dije ya vecino,con la voz quebrada,y antes de poder decir algo mas se acercó sonriente y dijo wauuu con lo que me gustan las niñas como tu,yo no sabia que decir y me quede quieta,quería correrlo pero a la vez me sentía excitada y nerviosa muchas veces soñé con el momento de que un hombre me viera así y me dijera cosas lindas,pero debía estar segura así que le dije gracias,puedo verte mas? Date la vuelta por favor,me sorprendió que aun tomado seguía siendo tan amable y educado,suavemente comencé a girar tratando de verme femenina en mis movimientos,cuando termine de dar la vuelta el estaba muy cerca de mi,tanto que sentí su aliento alcohólicos nuevamente acariciar mi nariz,puedo? Pregunto extendiendo sus manos en dirección a mi cintura,bueno ahí donde deberia tenerla jejeje,solo asentí con la cabeza y entonces me abrazo oliendo mi cabello suavemente el cual estaba recién lavado,agachándose un poco busco mi boca y me dio un beso suave,sentí me placer explotar en ese momento y me dispuse a gozar,sentí su aroma a linpio a jabón mezclado con su aliento,entonces me besó mas apasionadamente embriagándome con su aroma a alcohol,subí mis brazos a su cuello correspondiendo a su beso,el cual ya era de sentir nuestras lenguas acariciarse mientras su manos bajaban a mis nalgas y las acariciaba,poco a poco sentí como iba subiendo la minifalda rosita hasta mi cintura,colocando sus grandes manos en ellas y apretarlas deliciosamente buscando suavemente mi raja que dividía mis nalgas,jalaba el hilo de mi tanga y lo estiraba soltando provocando ligeros y suaves golpes en mi raya central,depares pasaba sus uñas acariciando mi entrada trasera y con la otra acariciaba mi pene duro atrapado en la tanga,se separó un momento ye me dijo mi amor que rica estas,me encantas,entonces le pregunte de verdad te gusto? Claro mami eres hermosa dijo, y volvió a besarme.

Bajando mis manos las dirigí a su verga y pude sentir un trozo de muy buen tamaño,duro pujando por salir de su escondite y como lo que mas me gusta en estos casos es mamar verga desabroche su cinturón y luego su pantalón,el entendió y retirándose un poco me empujó hacia abajo sin forzarme ya que no lo nesecitaba llegue a su verga aun atrapada en su calzoncillos que tenía un claro aroma a suaviza te y un leve olor a orín aunque nada exagerado,lo mordí y chupe aun sobre la tela de su calzoncillo sentí la humedad expedida de su verga y que ya humedecía la tela,ahí me di cuenta de que estaba muy bien armado,al fin libere esa verga negra,y peluda de unos 20 cms y gruesa sin mas y habiendo pasado anteriormente la prueba de haberme comido una similar,abrí mi boca introduciéndome la y mamandola tomándome de sus grandes nalgas peludas lo jalaba y metía y sacaba su verga de mi boca,bueno no toda porque no me cabía mas de la mitad,armando tomaba mi cabeza y dirigía la velocidad de la penetración hasta que me dijo ya mami porque me harás terminar amor,entonces me hizo levantarme y colocándome en cuatro abrió mis nalgas y me comenzó a dar una mamada deliciosa,mientras con una mano acariciaba mi verga mojada y con la otra mis piernas enfundadas en una medias de red negras,sentí uno de sus enormes dedos abriéndose paso en mi culo,arrancándome un gemido de placer después sentí dos dedos entrando a una velocidad medianamente rápida hasta que de golpe me los saco sentí como se acomodo detrás de mi embarrando los jugos que escurrían de su verga a lo largo de mi raja,deteniéndose a momentos en la entrada de mi culo dando empujóncitos y retirándolo siguiendo su camino de arriba abajo hasta que en una de esas de un empujón metió la cabeza provocándome un dolor fuerte provocándome lanzar un doloroso y placentero gemido de placer y dolor,te dolió reina? Me pregunto armando,si papi y esperando un rato permitió que mi esfínter se acostumbrara y suavemente le fue dejando ir toda una ve que sentí sus pelos y sus huevos acariciar mis nalgas metí mi mano entre mis piernas y toque sus bolas que estaban totalmente unidas a mi dándome cuenta de que toda su vega estaba alojada en mi recto.

Tomándome de la cintura comenzó a cojer me prinero despacio y después más rápido provocando que en cada penetración tocara el fondo de mi interior lastimándome pero por ningún motivo deseaba que dejara de hacerlo,así por varios minutos hasta que me hizo girar colocando mis piernas en sus hombros y de un solo golpe me metió todo su pene y seguía cojiendome mientras dejaba caer su pesada humanidad sobre mi buscando mis labios y besándome casi con violencia,totalmente a su disposición,después me hizo montarme en el cabalgando mientras tomándome de la cintura me jalaba metiéndome toda su verga yo estaba loca de placer ya que a pesar de como me lo hacia siempre se porto como un caballero,cchondo pero caballero,después me recostó boca abajo y coloco cojines en mi vientre y así sin más recostándose sobre mi espalda me la dejo ir toda cojiendome violentamente mientras besaba mis hombros y espalda hasta que lanzando un fuerte gemido comenzó a rellenar mi culo con su leche empujándose con feurza comos si deseara que su verga saliera por mi ombligo,una ve que vacío todo,se dejó caer de lado y pasando sus manos por delante me abrazo con una y con la otra me masturbo hasta que vacié todo mi semen,que no tardo mucho en salir por lo exxitada que me sentía.se quedo quieto un rato hasta que lo escuche roncar,y su berga salía poco a poco de mi culo,me levante a limpiarme y note en el papel restos de su semen con manchas de sangre y heces me dolía pero el placer que aun sentía por mi culo abierto era mas,termine de limpiarme y me fui a recostar juntos a el y me quede dormida desperté cuando sentía su lengua acariciando mi culo empezaba a amanecer y note su verga en todo su esplendor,se la mame y colocándose el boca arriba me monte penetrabdome s yo solita sintiendo un poco de ardor en el culo pero era mas mi placer hasta que la tuve toda dentro y levantándome el mismo un Poco de las nalgas comenzó a mover sus caderas penetrabdome,ya no duro mucho y volvió a vaciarse dentro de mi culo al poco rato,me deje sentar sobre el moviéndome suavemente en círculos,mientras me maaturbaba y escupía mi semen en su panza que es de buen tamaño,ahí me jalo hacia él y me besaba deliciosamente y abrazándome me dijo me tengo que ir reina ya esta amaneciendo y no he llegado a mi casa,si papi como tu digas,se levanto empujándome delicadamente para que me bajara de el si torneo como su verga salía de mi culo dejando escapar su semen,fue al baño y se limpio salió ya vestido a arreglado me abrazo así semidesnuda como estaba me beso un rato y apretando mis nalgas me dijo cuídalas mamacita quiero que sean solo mías,si papi le conteste solo tuyas,salió de mi casa y yo me fui a recostar acariciando mi culo provocándome que mi vega se volviera a endurecer y masturbandome vacié mi semen h me quede dormida en medio de mis sabanas húmedas de nuestras leches.

para algun comentario extra raul24960@hotmail.com

De dama a puta

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este relato es de como fue que la mujer que fue mi primer amor,que era una niña seria y recatada tuvo el descaro de engañarme creyendo que yo no lo sabia,pero lo peor de todo o lo mejor es que disfruto mucho de ser su cornudo

mi esposa y yo nos conocimos desde niños,teniamos 11 años,nos hicmos amigos precticamente de inmediato y a los 6 meses ya eramos novios,tuvimos sexo por primera vez a los 13 años,siempore cuidandola de no terminar dentro de ella sino que antes de eyacular sacaba mi verga y me vaciaba fuera,solo termine dentro de ella cuando por su periodo podiamos hacerlo asesorado por mi hermano mayor,casandonos cuando cumplimos 17 años,a los 21 años teniamos a nuestro tercer hijo y eramos y fuimos y somos una familia feliz,hoy abuelos muy jovenes de un bebe.

la historia que hoy les cuento comenzo cuando decidimos hacer una ampliacion en casa,por lo que contratamos a un maestro albañil,el es un señor de unos 45 años bastante bien parecido,alto como de 1.85 fuerte aunque algo robusto(gordito) cabello entrecano y requemado de la piel por el sol,su chalan un chavo de unos 20 años de cuerpo trabado por la rudeza de su trabajo,de 1.75 de estatura aproximadamente,moreno claro y guapo y lo digo asi porque me considero bisexual por lo que se apreciar la belleza masculina,mi esposa es una mujer de mediana estatura,sus pechos aunque un poco caidos por las tyres maternidades aunado a su tamaño 34 C llenita sin verse gorda,y unas nalgas bastante lindas duritas y paraditas,su carita que nbo representa su edad 42 años pero parece de 35o menos,cabello largo abajpo de sus hombros,rizado y teñido en color castaño que la hace verse hermosa con su piel morena clara.

pues resulta que mis hijos salen temprano al trabajo,mal igual que yo y pues ella como siempre dedicada al hogar,poseedora de toda mi confianza,por lo que nunca paso por mi mente que me hiciera lo que hizo,aunque en nuestra intimidad fantaseabamos de incluir a una dama en nuestra intimidad para que ella viera y se exitaba teniendo unos orgasmos increibles,quedando solo en eso,en una fantasia.

ese dia salimos como siempre mis hijos y yo al trabajo,pasda media hora tuve la nesecidad de regresar a casa por unos documentos que habia olvidado,pero como presintiendo algo entre en silencio ya que el lugar donde debian estar los albañiles trabajando solo estaban sus herramientas,la mezcla recien preparada,con las palas clavadas pero no hab ia ningun movimiento,me asome por una ventana que daba hacia la nueva obra de la ampliacion,que qeudaba a la sombra y estaba cubierta con hules negros para evitar que se ensuciara con la mezcla,por lo que al tener la luz interior encendida y en la parte exterior un poco mas obscuro pues no se veia hacia afuera pero si hacia adentro,ahi senti un frio recorrer mi cuerpo al ver a mi amada y hasta un os minutos antes la mas sagrada y pura mujer que podia existir en mi vida amorosa,abrazada del maestro albañil con sus brazos al cuello,besandose mientras que el ayudante estaba detras de ella acariciando ese par de tetas amadas y puras que habian amamantado a nuestros hijos,pude apreciar como ella se giraba ahora besando al ayudante y el maestro levantaba su vestido descubriendo sus hermosa piernas y nalgas mostyrando que mi amada usaba una tanga rosita que yo mismo le habia regalado.

senti una rara mezcla de doraje,odio y placer que provoco que mi verga brincara de su escondite comenzando a erectarse,pero a la vez una opresion en mi pecho que no sabia entender,sin poder o sin querer hacer nada,me quede parado detras del cristal observando como el maestro apretaba ese hermoso trasero que tanto años fue solo mio y ahora otro tipo lo gozaba,mientras el ayudante ya habia bajado los tiorantes del vestido de mi amada esposa,liberando sus hermosas tetas que para colmo no usaba brasier por lo que de inmediato estaban desnudas ante el mamando y mordiendo sus pezones alternadamente y asi mismo pellizcaba el que quedaba libre,instintivamente mi mano acariciaba mi verga sobre mi pantalon mientyras senti en mi pecho un fuerte golpeteo de mi corzaon,

el maestro albañil le empujo de su ciontura provocando que ella se empinara quebrando su cintura por lo que el ayudante se sento en una silla mientras seabrochaba su pantalon liberando una verga de bastante buen tamaño calculo unos 20 cms morena y con la cabeza mas grande que el resto de la verga,mi esposa sonriente tomo esa verga y le dijo algo que no alcance a escuchar,mientras el la tomaba de su cabeza y la inducia a mamarle su gran verga,mientars el maestro abria sus nalgas con ambas manos y metia su lengua en ese rico y virginal culo o al menos eo creia yo,ya que despues de varios años de ,matrimonio nunca me hab ia permitido abrir su culo,desde donde estaba podia apreciar su cara de placer que ponia mi amada esposa,mientars sentia la lengua del maestro hurgar en su precioso culo y la verga del ayudante perforando su linda boca,que para ser sinceros me seguia diciendo constantemente cuando me amaba y lo feliz que segun ella era a mi lado,ya que aunque ocasionalmente discutiamos realmente nunca eran pleitos que duraran mas de un dia y que no solucionaramos con un delicios encuentro sexual.

sentia yo mi calzoncillo mojado de la axitacion pero a la vez mi corazpon no se relajaba y segui latiendo como loco,mientras el maestro terminaba de retirar el vestido de mi hermosa esposa dejandola solo con unos tacpones de 10 cms y su tanga empapada como unicas prendas en su cuerpo cosa que no tardo mucho en cambiar,ya que en un momento la tanga se deslizo por sus piernas hasta quedar tirada en el piso,de esa forma el maetsro añlbañil desabrocho su cinturon y su pantalon y al bajar su calzoncillo pude ver una verga como de unos 18 cms pero muy gruesa morena y peluda que contrastaba con la piel mas blanca de mi esposa y sin mas se acomodo detras de mi hermosa y amada mujer,colocando esa verga entre sus labios vaginales y de un solo empunjon tomandola de sus caderas la penetro sin condon alguno asi pude escuchar al fin un grito de mi esposa que se habia sacado la verga del chalan de su boquita,hagggg cabron que vergota,duele hazlo despacio,mientras el maestro reia casi a carcajadas igorando la peticion de mi bella,comenzo a cojerla primero despacio y luego mas rapido mientras empujaba la cabeza de mi amor haciendola tragar de nuevo la verga del ayudante.

asi vi como entre los dos cojian a mi esposa casi con violencia como si la violaran,ella gemia escandalosamente mientras le daban verga por sus dos hoyos,por varios minutos hasta que ambos se retiraron y el chalan acomodando su camisa en el piso se recosto boca arriba y el maestro que era el que llevaba el control de todo le daba instrucciones a su ayudante y a kmi esposa colocandola sobre el ayudante introduciendose se vergota en su preciosa y apretada vagina bueno al menos asi estaba antes de suceder esto,una vez que la vagina de mi epsosa habia devorado esa gran verga,el maestro se coloco detras de ella empujandola obligandola a recostarse sobre en ayudante,yo sorprendido y enojado,celoso e incredulo no podia creer que mi esposa me habia negado tantos años su culo y ahora estaba ahi a total disposicion de un par de cabrones a punto de ser reventado su ano,el maestro metia sus dedos en la vagina de mi esposa mojandolos y embarrando el culo de mi esposa que se queria resisitir y trataba de safarse pero el ayudante mas feurte que ella la abrazaba im pidieno que se pudiera levantar,recibiendo ordenes de su maestro,la posicion en que me encontraba me permitia ver casi por completo el culo abierto de mi esposa a total merced del maetsro,quien coloco su verga en la entrada trasera de mi esposa y espucpiendo en su culo comenzo a empujar arrancando un grito de dolor en mi amada mujer,yo estaba petrificado viendo como ese intruso desconocido se abria paso en tan anhelado culo y que ahora estab siendo poseido por otro y no por su esposo,mi verga estaba a reventar y ya habia yo tenido un orgasmos que provocaba sentir mis calzoncillos empapados de mis leche que ya habia salido con apenas tocarme.

vi como el cuerpo del maestro se repegaba al trasero de mi esposa y ella trataba de manotear buscando librarse pero entre la feurza del ayudante y del maestro nada podia hacer asi el maestro se recostaba sobre ella y besaba y mordia sus hombros y espalda,mientras poco a poco comenzaba acojerla primero despacio y luego mas rapido,al poc rato pude apreciar como mi angelical esposa conmezaba a contribuir a la cojia moviendo su culo yendo al encuentro de esa prieta verga y a la vez montando al ayudante hasta que solto un grito intenso estaba terminando placernteramente,pero ellos sin hacerle caso seguian cojiendola con fuerza permitiendome apreciar entre los jugos que escurrian del culo de mi princesa u color rojo seguramente por culpa de la violenta penetracion de la que hab ia sido objeto,pero al parecer eso ya no le importaba ya que por varios minutos mas la penetrabnan cuando de pronto otro grito mas salio de su boca yaggggg haaaa cabrones que rico me cojen pero ya no peudo mas ya por favor decia ella y ellos le girtaban querias verga no puta? pues gozala te gusta? preguntaba el maestros y ella respondia entre gritos siiii ha que rico pero ya npo puedo mas y en eso volvio a gritar teniendo un terce orgasmo mientras el ayudante gritaba yaggggg ufffff ten perra mi leche decia mientras la barzaba con fuerza y empujaba su pelvis con fuerza hacia arriba y mi esposa decia siiiii papi dame toda tu ñleche haaggg que rico,en seguida el maestro empuaba violentamen te a mi princesa gimiendo y gritando ten pinche puta tu leche en el culo decia ten perra querias leche? pues tenla cabrona llenando el repcioso culo de mi esposa dejandose caer sobre ella comprimiendola entro los cuerpos del ayudante y el de el gimiendo los tres cansados y complacidos.

no lo podia creer,era como ver una pelicula porno donde la protagonista pricipal,es la muer que mas he amado en la vida,la muejr que tenias en un altar como lo mas hermoso y sagrado se habia convertido en una puta capaz de satisfacer los bajos instintos de un par de machos calientes y depravados,yo casi sin darme cuenta habia mojado el muro con mi esperma que habia salido con fuerza de mi verga que casi sin darme cuenta habia sacado de su escondite,sentia mis piernas temblar pero sin poder moverme todavia pude ver como el maestro se levantaba y mi esposa amada y hermosa,que ahora la veia desconocida,se levantaba sonrietnte y con un rictus en so rostro de placer y dolor con sus piernas debiles que apenas la sostenian y tomando papel que tenia cerca intentaba limpoarse su culo cosa que el maestro caballerosamente le impidio y empinandola sobre la mesa abria sus nalgas preciosa y entre besos y mordidas en sus nalgas limpiaba su culo mostrandole a ella los restos de eses fecales leche y sangre,mientras ella asustada los veia.

me retire cuando vi que ellos coemnzaban a vestiurse y mi esposa se colocaba su vestido,con las piernas temblando sali y me fui del lugar……

ya de noche cuando regrese………

espero sus comentarios si desean saber que apso despues….

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